Biden se la juega en el discurso del estado de la Unión
El presidente de EE UU afronta este jueves su intervención más importante del año en medio de las dudas sobre su capacidad para ser reelegido
No ha hecho más que empezar la campaña, pero ningún mitin en su camino en busca de la reelección como presidente tendrá mayores consecuencias que el que Joe Biden tiene previsto dar este jueves en Washington frente a unos pocos centenares de personas. Será en el Capitolio, cuando cumpla con su obligación constitucional anual de dar cuenta al Congreso del estado de la Unión. Aunque en realidad no es un mitin, sino un discurso. En él, ...
No ha hecho más que empezar la campaña, pero ningún mitin en su camino en busca de la reelección como presidente tendrá mayores consecuencias que el que Joe Biden tiene previsto dar este jueves en Washington frente a unos pocos centenares de personas. Será en el Capitolio, cuando cumpla con su obligación constitucional anual de dar cuenta al Congreso del estado de la Unión. Aunque en realidad no es un mitin, sino un discurso. En él, Biden se la juega ante millones de espectadores de Estados Unidos y también del mundo entero.
Será una intervención larga, tanto como para que le dé tiempo a él a vender los logros de sus tres años en el cargo y a quienes dudan de la idoneidad del candidato Biden ―un hombre de 81 años, que tendrá 86 cuando deje de ser presidente si sale reelegido―, a comprobar si es verdad eso que dijo el fiscal especial Robert Hur. A Hur le encargaron investigar sobre la gestión de Biden de unos papeles confidenciales que retuvo de sus años como vicepresidente de Barack Obama, pero decidió ponerse también la bata de geriatra para añadir un diagnóstico no solicitado sobre “la mala memoria” del paciente, que, dijo, olvidó fechas, algunas tan significativas como las de la muerte de su hijo Beau, fallecido en 2015 de un tumor cerebral.
Así que la primera pregunta que flotará en el ambiente en el hemiciclo del Congreso en un acto presidido por la vicepresidenta, Kamala Harris, y por el speaker de la Cámara de Representantes, Mike Johnson ―una ocasión solemne a la que están citados miembros de ambas Cámaras e invitados del presidente, famosos y anónimos― es qué tal estuvo Biden. Y sobre todo, si se le ve demasiado mayor para dirigir el destino de la primera potencia mundial en un momento de gran inestabilidad geopolítica. El reto es grande, sobre todo, para un hombre que nunca estuvo especialmente cómodo en las artes de la oratoria y que en estos tres años ha tendido a evitar el contacto con la prensa.
Según ha contado la Casa Blanca, Biden ha estado dando los últimos retoques al texto durante el fin de semana en su residencia de Camp David, apoyado en teleprompters, rodeado de seis asistentes y de un historiador de la escuela de los optimistas, Jon Meacham, siempre con el estímulo de un té pensado para, ejem, suavizar la garganta.
Es un discurso tan importante, y más en este año electoral, que sus ayudantes comenzaron a trabajar en él en diciembre. Su contenido se lleva en secreto. Así que no está claro si durante ese largo parlamento citará a su contrincante, Donald Trump, aunque sí se puede dar por descontado que hablará de Ucrania, de la guerra de Israel en Gaza, de China, del aborto y de la inmigración.
Sanidad y economía
En llamadas con periodistas, funcionarios de su Administración detallaron dos de los temas más importantes que Biden tocará este jueves por la noche en horario de máxima audiencia (21.00, hora de la Costa Este; 18:00, en la Oeste). En el campo de la sanidad, contaron que tiene previsto pedir este jueves al Congreso que trabajen para reducir el costo de los medicamentos con receta, y eso incluye fijar un tope para el precio de los fármacos de uso generalizado.
En la parte económica, Biden piensa centrarse en “priorizar a la clase media en la economía estadounidense”, según explicó Lael Brainard, consejero económico de la Casa Blanca. Entre otras medidas, hablará de aumentar el impuesto de sociedades con un horizonte de un 28% [desde el 21% fijado por la Administración de Trump en 2017], así como de su “lucha para reducir la tributación de las familias trabajadoras”. “Ninguna de sus políticas supondrá mayor gravamen para cualquiera que gane menos de 400.000 dólares al año”, añadió Brainard. “Los republicanos del Congreso quieren recortar aún más los impuestos para los ricos y las grandes corporaciones, lo que significará añadir más de 3.000 millones de dólares a la deuda. El presidente Biden ha dejado claro de qué lado está”, remató el alto funcionario. Otro de los guiños económicos que se esperan se refiere a su promesa de gravar las grandes fortunas con un 25%.
El discurso del estado de la Unión llega un día después de que los estadounidenses confirmaran un escenario que querían evitar a toda costa, según las encuestas: el de la repetición del enfrentamiento de 2020 entre Biden y Trump. Ambos cosecharon holgadas victorias en la gran jornada electoral del Supermartes. Biden llegaba a esa cita con la designación demócrata garantizada, como corresponde a un candidato que es además presidente. Trump despejó su postrero obstáculo a las pocas horas del cierre de las urnas de Alaska, cuando Nikki Haley, la última rival en pie, anunció que tiraba la toalla y que dejaba el camino libre para que el magnate persiga su segundo mandato presidencial poco más de tres años después de dejar deshonrosamente la Casa Blanca tras el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
La tradición dicta que alguien escogido por el otro bando responda el jueves al discurso presidencial. Y que lo haga, además, lejos del Capitolio. En este caso, la elegida es la senadora de Alabama Katie Boyd Britt. Solo lleva un año en el cargo, y a sus 42 es la más joven de los 100 senadores estadounidenses. Representa, por tanto, al relevo del Partido Republicano. “En este momento decisivo en la historia de nuestro país, es hora de que la próxima generación dé un paso adelante y preserve el sueño americano para nuestros hijos y nietos”, dijo Britt en una declaración ante los líderes del Congreso en la que confirmó que ella daría la respuesta.
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