Europa celebra el “progreso” en el plan de paz para Ucrania pero advierte de que aún quedan grandes cuestiones sin resolver
Zelenski afirma que Washington y Kiev trabajan en propuestas para “fortalecer y no debilitar” al país
Estados Unidos y Ucrania avanzan hacia un principio de acuerdo sobre el plan de paz que busca poner fin a la guerra imperialista lanzada por Rusia en febrero de 2022. Ambas partes hablan de grandes progresos tras una intensa y apresurada reunión de alto nivel ...
Estados Unidos y Ucrania avanzan hacia un principio de acuerdo sobre el plan de paz que busca poner fin a la guerra imperialista lanzada por Rusia en febrero de 2022. Ambas partes hablan de grandes progresos tras una intensa y apresurada reunión de alto nivel el domingo en Ginebra (Suiza), en la que la delegación ucrania estuvo apoyada por representantes europeos.
“Como resultado de las conversaciones, las partes elaboraron un marco de paz actualizado y perfeccionado”, señala una declaración conjunta de Washington y Kiev emitida de madrugada y que remarca que “cualquier acuerdo futuro debe respetar plenamente la soberanía de Ucrania”.
Sin embargo, persisten grandes dudas sobre cómo se sostiene ese nuevo marco, que todavía no se ha hecho público y que toma como base el controvertido plan de paz ruso-estadounidense de 28 puntos. Este borrador, redactado al margen de Ucrania y de los Veintisiete, cruzaba grandes líneas rojas para el país invadido, como la cesión de territorios, el veto para entrar en la OTAN e incluso una considerable rebaja en su Ejército.
Los trabajos técnicos sobre el documento siguen en Ginebra, a pesar de que la cúpula de la delegación estadounidense, encabezada por el secretario de Estado, Marco Rubio, se marchó el domingo a última hora. También este lunes, Rusia ha remarcado que no ha recibido ninguna información oficial sobre las modificaciones del plan de paz ruso-estadounidense. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha asegurado que no hay ninguna reunión prevista para esta semana, de momento, entre representantes estadounidenses y rusos.
El pasado viernes, antes de la reunión de este domingo en la ciudad suiza y de los esfuerzos europeos de minimizar los daños para Kiev, Vladímir Putin había valorado que el plan de 28 puntos constituía una “base” para la resolución del conflicto.
Del lado ucranio, Zelenski, que se ha visto sometido a una gran presión —también interna, acosado por los casos de corrupción de su círculo, que lo han dejado en una posición más débil para negociar—, ha afirmado este lunes que Ucrania, Estados Unidos y otros socios continuarán trabajando en el plan con propuestas para “fortalecer y no debilitar a Ucrania”. “Estamos en un momento crucial”, ha expresado en un vídeo durante una reunión de la plataforma de Crimea, que se celebra en Suecia.
El líder del país invadido, que podría viajar a Washington en los próximos días para apuntalar el plan, según fuentes al corriente de la negociación, ha remarcado que Rusia debe pagar por la guerra. También que es crucial que se tome una decisión sobre los activos soberanos rusos congelados en la UE por las sanciones, que la Comisión Europea propone entregar en forma de préstamos sin intereses a Kiev. Sería muy importante, dada la acuciante situación financiera que atraviesan sus arcas.
Los líderes europeos celebran este lunes por la mañana una reunión extraordinaria sobre Ucrania para tratar el plan de paz. Una cita que coincide con la cumbre entre la propia UE y la Unión Africana, y a la que se conectarán por videoconferencia los líderes que no han acudido a Luanda (Angola), según una portavoz del presidente del Consejo Europeo, António Costa, que ha hablado personalmente con Zelenski. “Una posición unida y coordinada de la UE es clave para garantizar un buen resultado de las negociaciones de paz, para Ucrania y para Europa”, ha escrito el portugués en sus redes sociales.
También ha conversado con el presidente ucranio el jefe de Estado finlandés, Alexander Stubb, muy involucrado en la cuestión. Aunque también ha puesto el acento en los “progresos” logrados en la negociación, advierte, no obstante, de los grandes temas pendientes. “Las negociaciones han supuesto un avance, pero todavía quedan cuestiones importantes por resolver. Cualquier decisión que sea competencia de la UE o de la OTAN será discutida y decidida por los miembros de la UE y de la OTAN en un cauce separado”, ha escrito el presidente del país nórdico, uno de los líderes europeos que mejor relación tiene con Donald Trump.
La UE continúa temerosa de que, bajo la presión estadounidense, Ucrania se vea obligada a avanzar en un plan de paz muy dañino para Kiev y para la propia arquitectura de seguridad europea. También de que Europa tenga un papel escaso en el proceso, salvo a la hora de pagar la factura de la reconstrucción, tal como aspiran Washington y Moscú.
Rubio ha hablado de “tremendos progresos”. En el mismo tono se expresó el jefe de gabinete de Zelenski, Andrii Yermak, que encabezó la delegación ucrania en Ginebra.
Ni Ucrania ni Estados Unidos han desvelado el contenido del nuevo marco de acuerdo, que enmienda el plan de 28 puntos esbozado por Moscú y Washington y que establecía que Kiev debía ceder territorio al Kremlin, limitar su ejército y renunciar a sus ambiciones de entrar en la OTAN. Sin embargo, los cimientos de ese principio de acuerdo siguen siendo esa hoja de ruta redactada sin la participación de Ucrania ni de Europa, y que tanto Kiev como los europeos han tratado de modificar lo máximo posible para limitar el alcance de los daños.
Garantías de seguridad para Ucrania
La idea ucrania y europea, según fuentes al corriente de la negociación, es blindar a Kiev con sólidas garantías de seguridad que les permitirían defender su territorio en caso de una nueva agresión. Una suerte de disuasión para el Kremlin. Sería algo así como la promesa de que Kiev no se vea obligada a limitar tanto el peso de su ejército y su armamento, como apunta el plan de 28 puntos.
Sobre la mesa está la idea de una fuerza de 800.000 efectivos en tiempos de paz, en vez de los 600.000 que marca la hoja de ruta ruso-estadounidense. También buscan matizar y limitar al máximo las cláusulas según las cuales el país invadido se vería obligado a ceder territorio.
Un documento de trabajo que adelantó el domingo la agencia británica de noticias Reuters proponía también, entre otras cosas, que la garantía de seguridad que ofrezca Washington debería ser como la del artículo 5 de la OTAN (que prevé la defensa mutua de los socios en caso de ataque); que Ucrania celebre elecciones lo antes posible después del pacto —en vez de un plazo fijo de 100 días que marcaba el plan ruso-estadounidense—; que la integración de Ucrania en la OTAN depende del consenso de todos los miembros y que este no existe —en vez de la obligación para Kiev de insertar en la constitución ucrania la renuncia a la adhesión—; y que la OTAN acuerda no desplegar tropas en Ucrania en tiempo de paz —en vez de a secas—.
Los europeos, que llevan semanas debatiendo una propuesta del Ejecutivo comunitario para entregar a Kiev 180.000 millones de euros procedentes de activos soberanos rusos inmovilizados en territorio comunitario (fundamentalmente en Bélgica) por las sanciones, reclaman también que esos fondos se entreguen a Kiev como compensación y se utilicen para la reconstrucción. Mientras, el plan ruso-estadounidense recoge que unos 100.000 millones de los activos rusos se invertirán en la reconstrucción y en inversiones en Ucrania, pero en un formato liderado por Estados Unidos, que recibiría el 50% de los beneficios. Europa añadiría además, según ese plan redactado sin los europeos, otros 100.000 millones para la reconstrucción.
Trump había fijado para el jueves, cuando se celebra Acción de Gracias, la fecha límite para que Kiev aceptara el plan. Sin embargo, pese a ese calendario tan perentorio, Rubio se mostró dispuesto a que Washington abra la mano con el plazo. Aseguró, en fin, que se siente “muy optimista” sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo en un “tiempo muy razonable”.