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Polonia apunta a los servicios de inteligencia rusos como responsable del sabotaje de la infraestructura ferroviaria

El primer ministro anuncia que las autoridades han identificado a los presuntos autores como dos ciudadanos ucranios que trabajan para Moscú

Tras la contención inicial, Polonia ha verbalizado la hipótesis que todos sospechaban sobre quién está detrás del sabotaje a su infraestructura ferroviaria perpetrado este fin de semana. Para sorpresa de nadie, las autoridades polacas apuntan a Rusia, a ...

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Tras la contención inicial, Polonia ha verbalizado la hipótesis que todos sospechaban sobre quién está detrás del sabotaje a su infraestructura ferroviaria perpetrado este fin de semana. Para sorpresa de nadie, las autoridades polacas apuntan a Rusia, a falta de completar la investigación. Como ha señalado este martes el portavoz del Ministerio de Servicios Especiales polaco a la prensa, en referencia a quienes han “encargado” la acción encubierta, “todo indica que han sido los servicios de inteligencia rusos”. El primer ministro, el liberal conservador Donald Tusk, ha anunciado después que las autoridades han identificado a los presuntos autores del atentado: dos ciudadanos ucranios que llevan tiempo trabajando para Moscú. El acto “fue intencionado” y su objetivo era “provocar un desastre ferroviario”, según Tusk.

En declaraciones ante el Sejm, la Cámara baja del Parlamento polaco, Tusk ha detallado, sin desvelar su identidad —que sí ha sido establecida—, que uno de los autores es “un ciudadano ucranio condenado por un tribunal de Lviv en mayo de este año por actos de sabotaje en Ucrania”. Este hombre, según el dirigente polaco, reside en Bielorrusia. “El otro es residente en Donbás. También entró en Polonia desde Bielorrusia este otoño, justo antes de los atentados”, prosiguió Tusk.

Ambos abandonaron Polonia inmediatamente después del ataque y entraron en Bielorrusia por el paso fronterizo de Terespol. “Los servicios polacos disponen de toda la información sobre estas personas y de imágenes grabadas”, aseguró el primer ministro, que por la mañana dirigió una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad Nacional.

La línea Varsovia-Lublin, por la que circulan a diario 115 trenes y que sirve para conducir suministros a Ucrania, sufrió varios daños, según había detallado el lunes el ministro del Interior, Marcin Kierwinski. Un artefacto explosivo voló un tramo de la vía a la altura de Mika, a unos 100 kilómetros al sudeste de la capital. También se localizaron daños en 60 metros de líneas eléctricas y se detectó una abrazadera metálica sobre los raíles, a unos cientos de metros de distancia.

La Fiscalía Nacional trata el caso como “actos de sabotaje de carácter terrorista, dirigidos contra la infraestructura ferroviaria y cometidos en beneficio de servicios de inteligencia extranjeros”, según un comunicado.

Tras el ataque, el Gobierno ha decidido elevar el nivel de alerta del segundo al tercero (de cuatro), en algunas líneas férreas, según Tusk. También ha instruido al Ministerio de Exteriores a solicitar a Rusia y Bielorrusia la extradición de los presuntos autores del sabotaje.

Moscú respondió como suele hacer. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, lamentó que “se acusa a Rusia de todas las manifestaciones de la guerra híbrida y directa que se está librando”. “En Polonia, digamos, todo el mundo está tratando de adelantarse a la locomotora europea en este sentido. Y la rusofobia, por supuesto, está floreciendo allí”, añadió en respuesta a un periodista de la televisión estatal.

En una entrevista en Radio Zet este martes, el ministro de Defensa, Wladyslaw Kosiniak-Kamysz, había sugerido también que Moscú está detrás del “sabotaje sin precedentes”, como lo describió el lunes Tusk. “Analizando los acontecimientos en Polonia, Europa, aeropuertos, actos de sabotaje en otros países, incendios provocados en centros comerciales, todas las pistas apuntan hacia el este, hacia Rusia”, declaró el ministro.

El titular de Defensa describió las acciones híbridas que Rusia perpetra para debilitar a Occidente como “un estado entre la guerra y la paz”, lo que se conoce como zona gris. “Los ataques, los actos de sabotaje, la desinformación, los intentos de destruir infraestructuras críticas en Europa, las nuevas rutas migratorias para perturbar la paz (...)”, son elementos de un “nuevo tipo de guerra”, como lo describió el ministro.

Ante estas agresiones y provocaciones, Polonia, la UE y la OTAN deben “ser cautelosos, pero sin miedo; humildes, pero fuertes”, sostuvo el responsable de Defensa. “Todo está diseñado para destruir la comunidad, destruir las alianzas y sembrar la incertidumbre”.

El jefe del Estado Mayor polaco, el general Wieslaw Kukula, declaró en una entrevista radiofónica el domingo que “el adversario se está preparando para la guerra”. “Están creando aquí un ambiente cuyo objetivo es generar condiciones favorables para una posible agresión en territorio polaco”, añadió.

Algún analista polaco experto en Defensa, como Konrad Muzyka, director de Rochan Consulting, relativizan la situación. Como recordó este experto en X, “estas acciones se han venido repitiendo desde hace años y tuvieron lugar mucho antes del ataque a Ucrania”. En el mismo mensaje, publicado el lunes, Muzyka señaló algo que suelen repetir en el país, que es que Polonia no necesita a Rusia para dividir, generar miedo y desconfianza: “Nadie socava más la confianza de la sociedad en el Gobierno y sus instituciones básicas que los políticos polacos, así que tampoco sacaría conclusiones precipitadas al respecto”.

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