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Merz logra un acuerdo multimillonario para financiar el rearme de Alemania ante la amenaza rusa y el giro de Trump

El futuro canciller y los socialdemócratas obtienen el sí de los ecologistas al endeudamiento masivo en defensa y a un fondo de 500.000 millones de euros para infraestructuras y medio ambiente

Merz se dirige a la prensa en Berlín, este viernes.Foto: Axel Schmidt (REUTERS) | Vídeo: EPV

El futuro canciller alemán, el democristiano Friedrich Merz, ha superado este viernes el obstáculo clave para aprobar su plan de inversiones masivas en defensa e infraestructuras. Merz, que se prepara para gobernar en coalición con los socialdemócratas, ha obtenido el apoyo de Los Verdes, decisivos para la mayoría parlamentaria de dos tercios necesaria para la reforma constitucional que autorizará un endeudamiento y un gasto que podría alcanz...

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El futuro canciller alemán, el democristiano Friedrich Merz, ha superado este viernes el obstáculo clave para aprobar su plan de inversiones masivas en defensa e infraestructuras. Merz, que se prepara para gobernar en coalición con los socialdemócratas, ha obtenido el apoyo de Los Verdes, decisivos para la mayoría parlamentaria de dos tercios necesaria para la reforma constitucional que autorizará un endeudamiento y un gasto que podría alcanzar el billón de euros. El plan representa un giro copernicano en la política de austeridad de Alemania, y una respuesta contundente ante la posible pérdida del paraguas protector de Estados Unidos, y la amenaza de la Rusia de Vladímir Putin.

En contrapartida para el apoyo ecologista en la votación prevista para el martes en el Bundestag, Merz ha ofrecido un fondo para el clima de 100.000 millones de euros. Los votos de la Unión Democristiana/Unión Socialcristiana (CDU/CSU) de Merz y del Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller saliente, Olaf Scholz, eran insuficientes y Los Verdes habían amenazado con vetar el proyecto si no se atendía a sus peticiones. El acuerdo disipa la incertidumbre. Y escenifica una coalición de facto entre las fuerzas moderadas del Parlamento elegido en los comicios del 23 de febrero. Aunque dos de ellas —democristianos y socialdemócratas— gobernarán y la otra —Los Verdes— pasará a la oposición tras gobernar durante la última legislatura en un tripartito con socialdemócratas y liberales.

“Esto es un mensaje claro para nuestros socios y amigos, pero también para nuestros adversarios, para los enemigos de nuestra libertad: somos capaces de defendernos y ahora estamos del todo preparados para defendernos”, dijo Merz al anunciar en Berlín el acuerdo con Los Verdes. “Alemania ha vuelto”, añadió, “y realiza una gran aportación a la defensa de la libertad y la paz en Europa.”

El futuro canciller justifica el nuevo rumbo por el terremoto geopolítico tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Considera que ni Alemania ni Europa en su conjunto pueden fiarse de EE UU y por eso deben rearmarse. Sostiene que la situación económica, después de dos años de recesión y una crisis industrial que golpea a sectores fundamentales como el del automóvil, exige inversiones de miles de millones para reparar y modernizar las maltrechas infraestructuras alemanas.

El plan de endeudamiento, presentado la semana pasada, consta de un fondo especial de 500.000 millones de euros para infraestructura para los próximos 12 años, fondo que incluye los 100.000 millones para el medio ambiente. También flexibiliza el límite constitucional a la deuda para abrir las compuertas al gasto militar. Y alivia este límite para que los länder o Estado federados se endeuden. Se trata, en resumen, de un salto cualitativo en la política presupuestaria tras años de austeridad, y una ruptura, por parte de Merz, con su discurso durante la campaña. Las inversiones en defensa abren la vía para la militarización de un país que, tras la II Guerra Mundial, delegó su protección en Estados Unidos.

El acuerdo llega después de cinco días de negociaciones con Los Verdes, desairados porque Merz y el SPD les querían imponer una reforma constitucional sin consultarles. Pocos creían que se atreviesen a imponer su veto, pues tanto el gasto en defensa como las inversiones en infraestructuras son proyectos que este partido lleva reclamando desde hace tiempo.

Pero la formación ecologista acumulaba agravios, después de que los democristianos, durante la campaña, la acusasen de ineptitud para gobernar, se burlasen de sus dirigentes y descartasen una coalición con ellos. Los Verdes reprochaban a Merz su súbito cambio de chaqueta al defender políticas de gasto que hace poco repudiaba. Querían algo a cambio, y lo han obtenido. No solo el fondo para el medio ambiente, sino otras dos concesiones significativas. Una es la inclusión, en el gasto militar, de inversiones de protección civil, inteligencia y ciberguerra.

La otra concesión es la insistencia en que los 500.000 millones del Fondo especial para infraestructuras y para alcanzar los objetivos climáticos —este es su nuevo nombre completo, tras el acuerdo— será dinero “complementario” al presupuesto. Es decir, “no servirá para financiar rebajas de impuestos”, según la copresidenta del grupo parlamentario de Los Verdes, Katharina Dröge. En referencia al fondo contra el cambio climático, apuntó: “Si disponemos de créditos complementarios, nosotros, Los Verdes, queremos asegurarnos de que el dinero utilizado se invertirá de verdad en el futuro”. “Ahora tendremos margen de maniobra para las inversiones en nuestra infraestructura”, dijo Merz.

Después de la votación del martes, la reforma constitucional irá al Bundesrat, la cámara de las regiones. En Estados como Baviera, algunos socios minoritarios de los gobiernos plantean objeciones. Una vez adoptada la reforma, la atención se centrará en las negociaciones de coalición entre la CDU/CSU y el SPD, que arrancaron este jueves y se han fijado como objetivo poder investir canciller federal a Merz el 23 de abril.

El partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) y los poscomunistas de La Izquierda elevaron sendos recursos al Tribunal Constitucional contra la adopción del plan de inversiones. Denunciaban que Merz y el SPD presentasen la propuesta en el Bundestag saliente, sin esperar a que entrara en funciones el Bundestag elegido en las elecciones de hace tres semanas. El Constitucional rechazó el viernes los recursos, con el argumento de que, hasta que se constituya el nuevo Parlamento —la fecha prevista es el 25 de marzo—, el antiguo puede legislar.

La decisión de democristianos y socialdemócratas de someter la reforma al Bundestag saliente obedece a una razón. Gracias a su buen resultado el 23 de febrero, AfD y La Izquierda disfrutarán, en el nuevo parlamento, de una minoría de bloqueo que les habría permitido torpedear la reforma constitucional. Con el viejo hemiciclo, resultaba más sencillo superar la mayoría cualificada de dos tercios y adoptar la reforma. El problema, según los denunciantes, es que este procedimiento implica ignorar la voluntad de los alemanes recién expresada en las urnas.

La reforma no acabará con el llamado freno a la deuda, la norma constitucional que, desde 2009, impone un límite estricto al endeudamiento. Pero se ha entreabierto la puerta a reformarlo. El gasto militar, cuando supere el 1% del PIB, quedará exento de este límite. El fondo para infraestructuras contempla inversiones de una magnitud que el freno a la deuda no habría permitido. Los länder, que hasta ahora no podían endeudarse, podrán hacerlo hasta el 0,35% del PIB, unos 16.000 millones de euros anuales. Todas estas medidas son una inyección para relanzar la estancada primera economía de Europa. Y otorgarán a la coalición de democristianos y socialdemócratas un arsenal financiero y un margen para gobernar con el que sus antecesores más recientes ni pudieron soñar.

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