Los sondeos a pie de urna colocan a los socialdemócratas por delante de los ultras en las legislativas de Rumania
La encuestas publicadas al cierre de los colegios, que no recogen el voto exterior, otorgan la victoria al partido en el Gobierno, con cerca del 25% de los votos, seguidos por la ultraderecha de AUR
El Partido Social Demócrata (PSD), del actual primer ministro Marcel Ciolacu, habría ganado las elecciones legislativas celebradas este domingo en Rumania, según los sondeos a pie de urna difundidos al cierre de los colegios electorales este domingo. El segundo partido más votado habría sido la formación de extrema derecha Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR, oro en rumano), que algunas encuestas habían situado como favorita en los últimos días. Si se confirman estas primeras encuestas, los resultados supondrían una nueva sorpresa en Rumania, un país que la semana pasada sufrió un terrem...
El Partido Social Demócrata (PSD), del actual primer ministro Marcel Ciolacu, habría ganado las elecciones legislativas celebradas este domingo en Rumania, según los sondeos a pie de urna difundidos al cierre de los colegios electorales este domingo. El segundo partido más votado habría sido la formación de extrema derecha Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR, oro en rumano), que algunas encuestas habían situado como favorita en los últimos días. Si se confirman estas primeras encuestas, los resultados supondrían una nueva sorpresa en Rumania, un país que la semana pasada sufrió un terremoto político con la inesperada victoria en la primera vuelta de las presidenciales de un candidato ultra desconocido, Calin Georgescu. Con el 45% del voto escrutado, los resultados se asemejan bastante a lo pronosticado en los sondeos a pie de urna.
“He entendido la responsabilidad que tenemos ante Rumania. Todos tenemos que mirar hacia el resultado de hoy. Es una señal importante que los rumanos enviaron a la clase política”, declaró Ciolacu en la sede del PSD nada más conocer los sondeos. “Continuemos desarrollando el país con dinero europeo, pero al mismo tiempo protejamos la identidad, los valores nacionales y la fe”, añadió el primer ministro en la sede del PSD nada más conocer las encuestas.
Los socialdemócratas habrían obtenido una horquilla de entre el 24,8% y el 26%, por delante de AUR, liderada por George Simion, que se tendría que conformar con entre el 19% y el 21,6%, según las encuestas de Curs e Inscop. “Este es un momento que la historia recordará como decisivo, en el que, gracias a nuestra voluntad común, Rumania renace. Estamos aquí, de pie, somos el siguiente paso, cada uno de nosotros, generación tras generación, demostrando que nada puede derrotar a una nación unida”, declaró Simion tras conocer los sondeos. Tras estas palabras, dio su apoyo al también ultra Georgescu para la segunda vuelta de las presidenciales.
La fortaleza de la ultraderecha en Rumania se refleja en el hecho de que, además de la segunda posición para AUR, las encuestas anticipan la entrada en el Parlamento de otras dos formaciones de esta tendencia: SOS, de la polémica eurodiputada Diana Sosoaca, y el Partido de las Personas Jóvenes, que se habrían hecho con un 7% y 5,5%, respectivamente.
La tercera formación más votada habría sido el Partido Nacional Liberal (PNL), que gobierna en coalición con los socialdemócratas, con una horquilla del 14,6% al 15,5%. Le seguirían los liberales conservadores de Unión Salvar Rumania (USR), con un porcentaje entre 12,6% y el 15,7%. Estos sondeos no recogen la estimación del voto de la diáspora, lo que podría hacer cambiar considerablemente el resultado final.
Los nervios están a flor de piel en Rumania desde hace varios días. La agitación desatada por las presidenciales del 24 de noviembre y por las sospechas de fraude que han llevado al Tribunal Constitucional a barajar la anulación de la primera vuelta celebrada ese día, una medida controvertida sobre la que los jueces se deben pronunciar este lunes y que ha supuesto la paralización de las campañas de los dos candidatos.
La sorpresa de Georgescu
“Voté por la paz, no por la guerra. Voté por el respeto, por una responsabilidad política total, totalmente dedicada a la nación rumana”, declaró este domingo Georgescu, el ultra que venció en las presidenciales sin ir respaldado por ningún partido y cuya popularidad se explica en gran medida por la red social TikTok. Georgescu no ha dado ningún dato de gastos de su campaña presidencial, pero el meteórico ascenso de su popularidad ha generado sospechas de fraude e interferencia extranjera. Poco tiempo después de conocerse los resultados del domingo 24, las autoridades rumanas solicitaron a la Comisión Europea que investigara a la red social china por presunto incumplimiento de la Ley de Servicios Digitales de la UE. Creen, como así ha demostrado Expert Forum, una organización especializada en la lucha contra las noticias falsas, que los mensajes del candidato ultraderechista y prorruso aparecían sin una identificación específica de contenido electoral.
Georgescu logró en las presidenciales el apoyo de más de dos millones de rumanos, un 22,9% del electorado, cuando los sondeos ni siquiera le daban una cifra de dos dígitos. Quedó por delante de Lasconi, de 52 años, la alcaldesa de centroderecha de la pequeña ciudad de Campulung, que logró el 19,7% de los votos, y del actual primer ministro, el socialdemócrata Ciolacu, que era el favorito y tuvo tan solo el 19,5%, quedando fuera de la segunda vuelta, que previsiblemente se celebrará el próximo domingo. Fue precisamente su formación de centroizquierda la que quiso organizar las parlamentarias y presidenciales seguidas para aprovechar la victoria que las encuestas vaticinaban a Ciolacu para asegurar su nombramiento como jefe de Estado.
Si no se cancelan los resultados de las presidenciales ya conocidos, Lasconi se enfrentará a Georgescu, de 62 años, apodado el Mesías de TikTok por sus declaraciones religiosas. Rumania asistiría a una pugna entre una candidata proeuropea y uno antioccidental que ha expresado abiertamente su admiración por el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y por líderes fascistas de tiempos de entreguerras como el mariscal Ioan Antonescu, quien empujó a Rumania a aliarse con la Alemania nazi en la II Guerra Mundial. Georgescu los ha calificado como héroes de la nación rumana. Su campaña, que defiende una Rumania “neutral”, con ecos de narrativas prorrusas, ha levantado la preocupación sobre el compromiso de Bucarest con la OTAN y la Unión Europea.
Este país de Europa del este constituye una pata esencial de la seguridad del mar Negro, un punto muy caliente por la guerra de Ucrania, nación con la que Rumania comparte 650 kilómetros de frontera. Además, el país cuenta con 5.000 soldados de la OTAN frente a cualquier amenaza proveniente de Moscú. La embajadora de Estados Unidos en Bucarest, Kathleen Kavalac, expresó el sábado su inquietud por la situación actual: “Nuestra esperanza pasa por que el sólido historial de Rumania como socio democrático de confianza en Europa y en la comunidad euroatlántica no se vea empañado”.
El Ministerio de Defensa de Rumania, principal garante del apoyo logístico a Moldavia, está analizando la posibilidad de derribar los drones rusos que entren en su espacio terrestre, después de que fragmentos de estos aviones no tripulados dirigidos hayan caído varias veces dentro de sus fronteras desde que comenzó el conflicto bélico hace casi tres años.
En una recepción para conmemorar el Día Nacional de Rumania, que se ha celebrado este domingo, el presidente saliente, el liberal Klaus Iohannis, declaró el sábado que su país se halla ante la tesitura “existencial” de escoger entre “democracia o aislacionismo”. “Tenemos que elegir: la democracia y los valores fundamentales que nos han guiado como nación europea moderna o el aislacionismo, el misticismo extremista y el odio al pluralismo occidental”, señaló ante políticos, diplomáticos y personalidades de la cultura y el deporte.