La coalición de derechas de Países Bajos liderada por el ultra Geert Wilders acuerda la composición del nuevo Gobierno
Los cuatro partidos quieren presentar a los 15 ministros a finales de junio. Está previsto que los cargos se dividan de manera equilibrada entre políticos y tecnócratas
“Estamos muy contentos. Ya hay un acuerdo”. Con estas palabras ha anunciado este martes el líder neerlandés de ultraderecha, Geert Wilders, el pacto alcanzado para decidir la composición del nuevo Gobierno de Países Bajos. Su Partido por la Libertad (PVV) es mayoritario en una coalición integrada por otras tres formaciones de derecha y, aunque no se han desvelado los nombres de los titulares de cada departamento, se prevé que l...
“Estamos muy contentos. Ya hay un acuerdo”. Con estas palabras ha anunciado este martes el líder neerlandés de ultraderecha, Geert Wilders, el pacto alcanzado para decidir la composición del nuevo Gobierno de Países Bajos. Su Partido por la Libertad (PVV) es mayoritario en una coalición integrada por otras tres formaciones de derecha y, aunque no se han desvelado los nombres de los titulares de cada departamento, se prevé que la mitad provenga de fuera de la política. Deben ser expertos en sus respectivos campos. El futuro primer ministro, Dick Schoof, —único nombre ya conocido— es un alto funcionario que dirigió antes los servicios de inteligencia y la lucha antiterrorista. Dejó su carné socialdemócrata en 2021.
Habrá 15 ministerios (cinco menos que el actual Ejecutivo). El PVV de Wilders se ocupará de Migración, Salud, Asuntos Económicos, Infraestructuras, y Comercio Exterior-Cooperación al Desarrollo, según ha detallado la televisión pública NOS. Para los liberales del VVD serán Finanzas, Justicia, Defensa y Energía. Nuevo Contrato Social llevará Asuntos Exteriores, Educación, Asuntos sociales e Interior. Y Movimiento Campesino-Ciudadano (BBB) estará al frente de Agricultura y Vivienda. Las cuatro formaciones contarán cada una con un vice primer ministro. Además, habrá entre 12 y 13 secretarías de Estado.
Una vez presentados oficialmente, los ministros comparecerán ante el Congreso para responder a las preguntas de los diputados acerca de su idoneidad. Superada esa prueba, el nuevo Gobierno espera estar listo para hacerse la foto de familia con el rey Guillermo de Orange a finales de junio. El periodo parlamentario de verano comienza el 5 de julio. Los líderes de los cuatro grupos que integran el Gobierno ―incluido Wilders― permanecerán en el Congreso.
Las negociaciones para armar una coalición gubernamental encabezada por Wilders, el político extremista más conocido de Países Bajos, no han sido fáciles. Si bien las otras tres formaciones están también en la órbita de la derecha, el ideario extremista del líder ultra ha complicado el pacto. En mayo, después de seis meses de encuentros y tropiezos, se acordó que la mitad de los ministros fueran técnicos independientes. Era uno de los requisitos de Nuevo Contrato Social, que subrayó la defensa de la ley y el Estado de derecho para permanecer en la coalición. Wilders aceptó no ser primer ministro y aseguró que había moderado sus ideas.
Como aglutinante de un Ejecutivo de estas características eran precisas dos cosas. Por un lado, un acuerdo marco en asuntos como sanidad, política exterior, control de la delincuencia y de las emisiones contaminantes. Por otro, un marco financiero sólido. El 16 de mayo, durante la presentación del pacto gubernamental, se supo que reclamarán a la Comisión Europea no participar en la política de asilo y migración, además de un mayor control fronterizo. También en política climática se buscarán exenciones, aunque las normas comunitarias son de obligado cumplimiento para los 27 socios.
El pacto de gobierno ―al que han llamado Esperanza, coraje y orgullo― ha sido revisado por funcionarios de varios ministerios. Su análisis aparece en un documento de 682 páginas presentado al Congreso la semana pasada y alerta de varias cosas. Entre ellas, de que el Ministerio de Asuntos Exteriores se verá afectado “con especial dureza” por el recorte del funcionariado propuesto. El texto cuestiona también la “viabilidad jurídica de una revisión a la baja” de las cifras de emisiones contaminantes. Además, el documento indica que para mejorar la vigilancia de los delincuentes demandada por el nuevo Ejecutivo, habría que reformar antes las cárceles. Y añade que la subida del IVA planteada para el sector cultural ―del 9% al 21%― puede afectar al precio de los libros de texto escolares.
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