Francia empieza a aplicar el veto a los imanes pagados por Estados extranjeros
La medida es una de las promesas de Macron para luchar contra lo que califica de “separatismo islamista”
Francia ya no acepta a imanes pagados por países extranjeros. La medida, que entró en vigor el 1 de enero, busca reducir el control de otros Estados sobre la comunidad musulmana local e impulsar la formación de predicadores religiosos propios en el país. La decisión era una de las promesas del presidente Emmanuel Macron en 2020 en su lucha contra lo que él considera “separatismo islamista”. Pero tanto imane...
Francia ya no acepta a imanes pagados por países extranjeros. La medida, que entró en vigor el 1 de enero, busca reducir el control de otros Estados sobre la comunidad musulmana local e impulsar la formación de predicadores religiosos propios en el país. La decisión era una de las promesas del presidente Emmanuel Macron en 2020 en su lucha contra lo que él considera “separatismo islamista”. Pero tanto imanes como otros representantes del culto musulmán consideran que su eficacia será limitada y que faltan lugares de enseñanza.
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, envió una carta a los países afectados, principalmente Argelia, Turquía y Marruecos, para recordarles que la medida se aplicaría “de manera efectiva a partir del 1 de enero de 2024″. En la misiva, del 29 de diciembre, explica que Francia ya no aceptará a imanes financiados por autoridades extranjeras y que los que ya se encuentren en territorio francés tendrán hasta el 31 de marzo para cambiar de estatuto, es decir: para conseguir que desde esa fecha estén bajo contrato local francés y no extranjero.
La nueva norma, precisa el documento difundido por los medios locales, no afecta a los predicadores que llegan temporalmente a Francia durante el Ramadán, el mes sagrado del islam en el cual los creyentes realizan el ayuno. El objetivo no es impedir que los imanes extranjeros prediquen en Francia, sino asegurarse de que ninguno es pagado por un Estado extranjero. En otras palabras: limitar la influencia de países terceros en el culto musulmán que se practica en Francia.
La carta enviada por Darmanin materializa un anuncio hecho por Macron en octubre de 2020, cuando insistió en que era necesario enfrentarse al “separatismo islamista”. Durante un discurso, el dirigente centrista esbozó algunos puntos claves de su iniciativa, entre los que figuraba construir un “islam ilustrado” y “que pueda estar en paz con la República” laica francesa.
Para ello, insistió, será necesario liberar “el islam en Francia de influencias extranjeras” con la formación de imanes locales que sustituyan a los llamados “imanes consulares”. Una ley adoptada en agosto del siguiente año materializó algunos de los anuncios del dirigente francés. La norma respondía a un contexto de casi una década de atentados yihadistas en el país, que dejaron casi 300 muertos.
Imanes pagados por Argelia, Turquía y Marruecos
Cerca de 270 imanes pagados por Argelia, Turquía y Marruecos se encuentran actualmente en el país, según el Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM, por sus siglas en francés). Representan menos del 10% del conjunto de los que están en ejercicio, resalta el organismo, que representa a un centenar de mezquitas.
A partir del 1 de abril, las autoridades galas implementarán un “marco específico” para que las asociaciones que gestionan mezquitas y otros centros religiosos contraten ellas mismas a los imanes. La cuestión de la financiación, sin embargo, sigue sin estar del todo clara. “A estos imanes, ¿quién los pagará? ¿Serán las mezquitas?”, preguntó Abdallah Zekri, vicepresidente del CFCM, en la cadena BFMTV.
En los años noventa, París firmó acuerdos bilaterales con los Estados de donde era originaria una gran parte de su población musulmana. El objetivo era que pudieran enviar imanes al país, ya que la población musulmana había crecido y aún no existían suficientes estructuras para formar a estas personas encargadas de conducir los rezos. La ley francesa prohíbe censar a la población por religión, pero algunas estimaciones cifran en más de cinco millones el número de musulmanes que hay actualmente en el país, de 67 millones de habitantes. El islam es la segunda religión de Francia, por detrás del cristianismo.
En la carta enviada a finales de diciembre por el ministro del Interior se precisa que una proporción cada vez mayor de los imanes que ejercen en Francia deberán ser formados “al menos parcialmente” en ese país, según recoge la agencia France Presse. Las autoridades apuestan por el rápido desarrollo de formaciones que respeten “las leyes y los principios de la República”, a través de universidades u otras organizaciones.
“Una parte muy pequeña de la solución”
Las instancias religiosas musulmanas se preparan para el cambio desde hace varios años, pero la transición no ha sido fácil. “El culto musulmán se enfrenta a muchos desafíos en ese ámbito”, subraya el CFCM en un comunicado. El consejo cita el “estatus precario” que tienen los imanes y la “incapacidad financiera de muchas mezquitas para contratar con salarios decentes”, lo que dificulta atraer a nuevos candidatos.
“La necesidad [de imanes] es grande y los disponibles no son tantos y son menos experimentados que en el extranjero”, afirmó, por su parte, Ibrahim Alci, el presidente del comité de coordinación de los musulmanes turcos de Francia, a France Inter.
Coincide en la falta de predicadores Bissirou Camara, uno de los 60 miembros del Foro del Islam de Francia (Forif, creado por Macron en 2022 como nuevo canal de comunicación entre el Estado y la comunidad musulmana). “Incluso con los 300 imanes [pagados por el extranjero], estamos muy por debajo del número que necesitaríamos”, apuntó. “El riesgo es que entonces solo tendremos imanes autoproclamados”, recalcó.
Otras de las preguntas que plantea la medida es si realmente será eficaz. Para el gran imán de Burdeos, Tareq Oubrou, solo supone una “parte muy pequeña de la solución”. En una entrevista, recordó que el “separatismo” se desarrolla más en las redes sociales que en las mezquitas.
“Es necesario, pero no suficiente, porque aún hay otras etapas para integrar el islam en los valores de la República”, defendió el imán, conocido por su defensa de una práctica religiosa acorde a los grandes principios republicanos franceses. En 2020, el entonces ministro del Interior, Christophe Castaner, respondió a un periodista que le preguntaba cuántos imanes formados en el extranjero estaban en la diana de las autoridades: “Bastante pocos hoy”.
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