Israel recrudece los bombardeos sobre Gaza mientras golpea Cisjordania y el sur de Líbano
Netanyahu: “Hezbolá cometerá el peor error de su vida si entra en la guerra. Las consecuencias serán devastadoras”
Israel ha intensificado desde el fin del sabbat judío los ataques aéreos en el norte de la franja de Gaza, una vez completado un despliegue masivo de tropas, artillería y carros de combate que ya solo espera la orden de avanzar hacia el interior del enclave. El ejército parece estar cumpliendo escrupulosamente su plan de tres fases para invadir Gaza y erradicar para siempre a Hamás y sus milicias. Las oleadas de bombardeos han machacado el territorio costero pa...
Israel ha intensificado desde el fin del sabbat judío los ataques aéreos en el norte de la franja de Gaza, una vez completado un despliegue masivo de tropas, artillería y carros de combate que ya solo espera la orden de avanzar hacia el interior del enclave. El ejército parece estar cumpliendo escrupulosamente su plan de tres fases para invadir Gaza y erradicar para siempre a Hamás y sus milicias. Las oleadas de bombardeos han machacado el territorio costero palestino con una intensidad no vista en Gaza desde los conflictos de 2014 y 2021. Más de 260 personas han muerto este domingo en las incursiones aéreas israelíes, entre ellas 117 menores, según el Ministerio de Sanidad gazatí. Las escaramuzas ya han comenzado. En una de las incursiones puntuales lanzadas en el interior de la Franja, un soldado israelí ha muerto y otros tres han resultado heridos en la noche de este domingo tras recibir el impacto de un cohete antitanque.
El portavoz jefe castrense, el contralmirante Daniel Hagari, ha instado este domingo una vez más a la población palestina a desplazarse al sur de la Franja, como ya han hecho más de 700.000 habitantes del norte del territorio desde el 13 de octubre. Además, el ejército ha bombardeado una mezquita en Yenín (Cisjordania), donde asegura que se ocultaba un puesto de los brazos armados de Hamás y de la Yihad Islámica, y sigue enzarzado en intercambios de disparos con la milicia Hezbolá en el sur de Líbano.
Israel ha conminado de nuevo a la población civil a abandonar el norte de la Franja, en particular la capital del enclave, donde considera que se ocultan en una red de túneles secreta los centros de mando de la milicia de Ezedin al Qasam y los líderes políticos de Hamás. “Aviso urgente a los residentes de Gaza. Su presencia al norte del río Gaza [límite fijado por el ejército en la zona central del enclave] pone su vida en peligro. Cualquiera que decida no abandonar el norte de Gaza hacia el sur del río podría ser identificado como cómplice de organización terrorista”, se afirma en árabe en los panfletos lanzados desde el aire sobre Ciudad de Gaza y en mensajes de texto recibidos en los móviles de sus habitantes. De los 1,1 millones de palestinos que residen en esta parte del territorio costero (casi la mitad de total), unos 700.000 ya han huido hacia el sur.
El ministro de Defensa, Yoav Gallant, prevé que la ofensiva terrestre puede durar meses. “Esta debe ser la última operación dentro de Gaza, por la sencilla razón de que después de ella ya no existiría Hamás. Llevará un mes, dos meses, tres, pero al final no habrá enemigo”, ha asegurado este domingo en el centro de mando de la Fuerza Aérea en Tel Aviv, según informa el portal digital Times of Israel. “Pero antes de que Hamás se enfrente a los blindados y a la infantería, se encontrará bajo las bombas de la aviación”, advirtió.
La ofensiva diplomática para intentar evitar que el conflicto se extienda a la región continuará en los próximos días. La oficina del primer ministro, Benjamín Netanyahu, informó en la tarde del domingo de que el primer ministro holandés, Mark Rutte, y el presidente francés, Emmanuel Macron, y visitarán Israel el lunes y el martes, respectivamente, para reunirse con él.
Al menos cuatro palestinos murieron también en ataques del ejército israelí en el norte de Cisjordania durante la noche del sábado al domingo, según la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Una de las incursiones —lanzada por vía aérea en un hecho sin apenas precedentes desde la Segunda Intifada (2000-2005)—, alcanzó una mezquita de Yenín que, según las fuerzas israelíes, servía como “infraestructura terrorista subterránea”. La ANP ha emitido un comunicado en el que denuncia que el bombardeo de la noche del sábado en Yenín supone una “peligrosa escalada” del conflicto.
Mientras, la tensión se mantiene en el norte del país, en la frontera con Líbano, donde el ejército ha decidido evacuar otras 14 localidades ante los ataques e intercambios de disparos con el partido-milicia chií Hezbolá, al que ha avisado de que “está jugando un juego muy peligroso”. En una visita al cuartel del Comando Norte de las Fuerzas Armadas, Netanyahu ha advertido este domingo a Hezbolá de que “cometerá el peor error de su vida” si entra en guerra con Israel y de que “las consecuencias serán devastadoras” para sus milicianos y para todo Líbano. “Estamos en una lucha en defensa de nuestro hogar. Se trata de matar o morir”, arengó a las tropas del norte, como ya había hecho antes con las fuerzas desplegadas en torno a la Franja.
Israel ha ordenado la evacuación de esas 14 poblaciones próximas a la frontera de Líbano tras haber desalojado ya otras 28, así como la Kyriat Shmona, una ciudad de 23.000 habitantes. Desde el inicio del conflicto en Gaza, han muerto al menos 35 personas en Líbano en los intercambios de fuego entre Israel y Hezbolá, junto con milicianos palestinos exiliados, en la frontera libanesa. En el lado de Israel han perdido la vida cinco soldados en la escalada bélica más grave en el frente del norte desde la guerra abierta de 2006. Por su parte, Siria ha acusado a Israel de haber atacado de nuevo los aeropuertos de Damasco y Alepo para dejarlos fuera de servicio. La aviación israelí ataca desde hace más de una década bases militares en Siria para impedir que Irán rearme a sus aliados de la milicia chií Hezbolá.
En medio de los ataques israelíes en zonas próximas, un convoy de 17 camiones con ayuda humanitaria, entre la que no se incluye combustible –solo comida y medicinas–, habían entrado en el puesto fronterizo de Rafah. Ahmed Sallem, el director de la Fundación Sinaí de Derechos Humanos, aseguró a EL PAÍS que solo 14 de los 17 camiones acabaron entrando en la Franja de Gaza, informa Marc Español desde El Cairo. Durante la misma tarde del domingo, una torre de vigilancia del ejército egipcio fue alcanzada accidentalmente por un disparo de un carro de combate israelí, según confirmaron portavoces castrenses de ambos países. Nueve miembros del cuerpo de guardias de fronteras de Egipto resultaron heridos y fueron evacuados a un hospital. El acuerdo alcanzado por Estados Unidos con Israel y El Cairo permitió el sábado la entrada de un primer convoy de 20 camiones con alimentos y medicinas, manifiestamente insuficiente para cubrir las necesidades de la población. Representa apenas un 4% de las necesidades diarias del territorio.
El portavoz del ejército israelí ha elevado a 212 la cifra de rehenes israelíes y de otras nacionalidades que permanecen en manos de Hamás en Gaza, tras el ataque del 7 de octubre contra territorio israelí que causó la muerte de al menos 1.400 personas. Desde el inicio de la guerra, más de 4.700 personas de Gaza han muerto por ataques o bombardeos israelíes, de las que un 70% son civiles, según el Ministerio de Sanidad palestino en la Franja.
Los comandos del Shin Bet han organizado una fuerza especial para liquidar, sin tomar prisioneros, a todos los miembros de la unidad Nujba, el grupo de élite de Hamás al que Israel atribuye la matanza de soldados y civiles del 7 de octubre y el secuestro de más de 200 israelíes. En los bombardeos de este domingo, Israel ha asegurado que ha abatido a uno de los jefes de las operaciones de artillería de Hamás. Día tras día, los ataques descabezan la cúpula de las brigadas Ezedín al Qasam, ala militar del movimiento de resistencia islámica.
A la espera de la orden de invasión en represalia por el peor ataque sufrido por el Estado de Israel desde su creación, hace 75 años, Gaza permanece sellada desde hace 15 días bajo un cerco medieval por hambre y sed, mientras cerca de la mitad de su población ha huido de norte a sur.
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