La muerte de la senadora Dianne Feinstein crea un factor de incertidumbre para los demócratas en el Capitolio

El gobernador de California, Gavin Newsom, debe nombrar ahora un sustituto que cubra la vacante de la legisladora para el resto de su mandato, hasta noviembre del año próximo

La bandera estadounidense ondea a media asta sobre el Capitolio en Washington tras la muerte de la senadora Dianne Feinstein.Foto: EFE | Vídeo: EPV

La senadora Dianne Feinstein, fallecida en la noche del jueves en su residencia en Washington, era una de las grandes referencias de los demócratas en el Senado. Su muerte supone un nuevo factor de incertidumbre para esa bancada, que disfruta de una exigua mayoría de solo dos escaños en la cámara alta, en momentos en los que los desacuerdos en el Congreso, en particular entre las facciones de la oposición republicana, abocan al Gobierno federal a ech...

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La senadora Dianne Feinstein, fallecida en la noche del jueves en su residencia en Washington, era una de las grandes referencias de los demócratas en el Senado. Su muerte supone un nuevo factor de incertidumbre para esa bancada, que disfruta de una exigua mayoría de solo dos escaños en la cámara alta, en momentos en los que los desacuerdos en el Congreso, en particular entre las facciones de la oposición republicana, abocan al Gobierno federal a echar el cierre temporal. La llave de la certidumbre está, de momento, en manos de Gavin Newsom, el gobernador de California, quien debe enviar al Congreso federal a un nuevo representante de su estado que sustituya a Feinstein. La desaparición de la legisladora reduce la ventaja de los demócratas sobre los republicanos a un solo senador.

Newsom ha dado algunas claves en lo últimos meses de que estaba listo para actuar si el puesto de Feinstein, de 90 años, quedaba vacante. En una entrevista emitida hace algunas semanas en la cadena NBC aseguró que desea elegir un perfil que ocupe el asiento hasta enero de 2025, cuando expiraba el mandato de la senadora, quien ya había anunciado que planeaba retirarse.

El mensaje de Newsom estaba dirigido en especial a los tres políticos que pusieron en marcha sendas campañas para disputarse la plaza una vez que Feinstein comunicó que no se presentaría a la reelección. Estos son la progresista Barbara Lee, la congresista Katie Porter y el también legislador Adam Schiff, uno de los miembros de la comisión del congreso que investigó el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021. “Las primarias están solo a unos meses de distancia y no me gustaría romper el equilibrio en eso”, dijo Newsom al periodista Chuck Todd.

Newsom aseguró en 2021 que nombraría a una mujer negra para ocupar el puesto de Feinstein si esta no terminaba su mandato. El gobernador hizo esa promesa bajo presión de los sectores más progresistas de su partido y líderes de la comunidad afroamericana del estado. Cuando Kamala Harris se convirtió en vicepresidenta de Joe Biden, su escaño en el Senado quedó libre. Harris era la única política de color en la cámara alta. Newsom eligió como reemplazo a Alex Padilla, quien se convirtió en el primer latino que representa en la capital a California, una región donde el 40% de la población es hispana. El Senado, que tiene 100 legisladores, continúa sin mujeres negras. Esto eleva la tensión sobre Newsom, quien se convertirá en el primer gobernador local que nombra a dos senadores desde los años sesenta.

Aunque Newsom no quiere interferir en las primarias, los sondeos indican que los votantes preferirían que quien se quede con el puesto de Feinstein sea la misma persona que compita en las elecciones de 2024 por un periodo completo. La única mujer negra entre los contendientes actuales es la congresista Barbara Lee, quien lleva en la Cámara de Representantes desde 1998. Lee, sin embargo, es la peor posicionada en los sondeos, con un 7% de la intención de voto. Porter tiene un 17% y Schiff cuenta con el 20% en las encuestas. Ambos también superan en dinero recaudado a Lee.

La senadora Dianne Feinstein, fallecida el 29 de septiembre, en una silla de ruedas en la sede del Congreso de EE UU.EVELYN HOCKSTEIN (REUTERS)

El fallecimiento llega en un momento delicado. Republicanos y demócratas en el Senado llevan a cabo una carrera contra reloj para sacar adelante una medida presupuestaria temporal que cubra los gastos del Gobierno federal y evite la paralización de sus operaciones a partir de este sábado, cuando termina el año fiscal estadounidense. La medida cuenta con el respaldo de los dos partidos, pero en caso de una votación muy ajustada, los demócratas se encontrarían con un voto de menos.

Hasta el momento del fallecimiento de Feinstein, los demócratas mantenían una mayoría de 51 senadores por 49 de los republicanos. Con su muerte, y hasta su sucesión, los escaños del partido en el gobierno se reducen a 50 y su distancia sobre la oposición, a un único asiento.

Newsom “quiere ser respetuoso y no nombrar a alguien mientras la gente aún está encajando su dolor”, declaraba el senador Tim Kaine, de Virginia, al digital Politico. Pero, al mismo tiempo, tampoco “podemos permitirnos tener uno de menos. De verdad no podemos”.

El gobernador de California debe actuar rápido, pero el duelo ha marcado sus acciones este viernes. “[Feinstein] era un gigante político tan tenaz como elegante. Rompió barreras y techos de cristal, pero nunca perdió su creencia en el espíritu de la cooperación política”, escribió Newsom en las redes sociales. El mandatario considera a la extinta senadora una de sus mentoras en política y una “querida amiga”. Ambos tuvieron sus raíces dentro del partido demócrata en San Francisco.

La muerte de Feinstein también crea problemas en las comisiones parlamentarias en las que participaba. La senadora ya se había ausentado a principios de año por problemas de salud entre febrero y marzo, lo que dejó a los demócratas sin mayoría en el comité judicial de la cámara alta. Dado el bloqueo de la oposición republicana, su baja se tradujo en la imposibilidad de sacar adelante nombramientos de jueces durante tres meses.

Fue entonces cuando Feinstein, cuya frágil salud le había obligado a desplazarse por el Capitolio en silla de ruedas, anunció que no se presentaría a la reelección el año próximo, para lo que hubiera sido su sexto mandato en el Senado.

A diferencia de entonces, el Partido Republicano ha indicado que no pondrá obstáculos para que la formación rival nombre un reemplazo en el comité judicial para la senadora fallecida. En aquella ocasión “no se trataba de una verdadera vacante”, ha declarado el senador republicano John Cornyn (Texas) según publica The New York Times, al justificar el cambio de posición ahora.

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