Kenty Aguirre, detenido en las protestas en Perú: “La violencia de la policía es estructural y la he vivido en carne propia”

El documentalista fue apaleado por los agentes en las últimas manifestaciones por grabar un arresto. Demandará a los efectivos por tortura y abuso de autoridad

Kenty Aguirre, documentalista que sufrió una detención arbitraria durante las últimas protestas contra el Gobierno de Dina Boluarte.Cesar Campos

El 28 de julio, pasada las dos de la tarde en el Parque Universitario del centro de Lima, un muchacho de polo verde y cabello recogido fue cogoteado y arrastrado por agentes policiales apostados allí para controlar las manifestaciones en contra del Gobierno de Dina Boluarte, quien a esa misma hora, a tan solo unas cuadras, daba lectura a los últimos párrafos de su extenso Mensaje a la Nación por Fiestas Patrias. En un...

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El 28 de julio, pasada las dos de la tarde en el Parque Universitario del centro de Lima, un muchacho de polo verde y cabello recogido fue cogoteado y arrastrado por agentes policiales apostados allí para controlar las manifestaciones en contra del Gobierno de Dina Boluarte, quien a esa misma hora, a tan solo unas cuadras, daba lectura a los últimos párrafos de su extenso Mensaje a la Nación por Fiestas Patrias. En un video se ve cómo un agente lo coge del cuello, el joven se desvanece y luego es levantado al peso desde cada una de sus extremidades hasta ser llevado detrás de un cordón policial. La fila de escudos interrumpe la escena.

Shanin Kenty Aguirre Figueroa, de 34 años, durmió dos noches en una celda. El parte policial justifica la detención porque supuestamente estaba realizando disturbios. Un agente asegura que estaba lanzando piedras, otro dijo que le pateó los testículos, y otro más que le mordió la mano. Sostienen, además, que Kenty Aguirre les había rociado un líquido blanco y que estaba azuzando a la gente. Pero en ninguno de los videos, ni de los periodistas ciudadanos ni de la Municipalidad de Lima, se pudo corroborar la versión de los efectivos. Lo que sí se vio minutos antes de su detención fue al joven de rastas y casco azul grabando con su celular la detención de un dirigente vecinal al que le habían roto el polo y estaban dándole de varazos en el suelo.

Convocatoria nacional denominada 'la toma de Lima' en contra del régimen de la presidenta Dina Boluarte y el Congreso de La República de Perú, en Julio de 2023. Musuk Nolte

Es una mañana de agosto y han pasado unas cuantas semanas del incidente. Kenty Aguirre llega en compañía de Kuzy, su hermana mayor. Avanza con un poco de dificultad, y se sienta en una de las bancas del Parque Universitario. Son las secuelas de las 17 lesiones que se le encontraron en el cuerpo. Kenty quiere contar lo que padeció. Sobre todo, porque desea que a nadie más le pase. “La Policía nunca me había inspirado confianza, he sido testigo de muchos abusos y ahora me tocó. Y no se trata de que solo fueron unos malos elementos, la violencia de la Policía es estructural y la he vivido en carne propia”, dice de entrada.

Kenty Aguirre es comunicador y jefe de prácticas desde hace una década en la universidad Católica. Se especializó en audiovisuales, exactamente en cine y documentales, y ha participado en varios rodajes como foquista, camarógrafo y director de fotografía. Cuando fue apresado, quienes están en contra de las manifestaciones, lo descalificaron diciendo que “era un vago más”. No fue muy distinto a lo que le dijeron los policías. “Seguro eres terruco (terrorista). Mira lo que te ganas. ¿Para qué vienes a las marchas? Pierdes el tiempo. Busca trabajo”, recuerda, omitiendo las lisuras.

Ese viernes de 28 de julio, Kenty Aguirre salió a registrar las protestas sin ser enviado por ningún medio de comunicación. Fue por voluntad propia. Lo hace desde que se dio cuenta que “era más útil grabando y difundiendo información que solo marchando”. Pertenece a un colectivo de fotógrafos autoconvocados. Para su mala suerte se olvidó su memoria, así que tuvo que dejar su cámara en la mochila y registrarlo todo desde su celular. Llevaba una máscara de gas, una botella de agua con bicarbonato, y un estuche de lentes.

Cuenta que detrás del cordón policial, cuando las cámaras ya no pudieron seguir registrando su detención, varios policías lo golpearon mientras él se cubría con la mochila puesta. Uno de ellos lo tumbó y le puso la rodilla sobre su cabeza. Solo cuando lo vieron reducido, pararon. Dice que trataron de intimidarlo, diciéndole que le cortarían el largo cabello que le llega hasta las rodillas. Y que luego cuando lo subieron al vehículo para trasladarlo a la comisaría un efectivo le dijo: “ya te cagaste, ahora no hay cámaras” y lo atacó con la mano abierta. “No he sangrado en la cara. La mayoría de golpes fueron en extremidades. Parece que los policías supieran dónde pegarte para no dejar tantas marcas. Lo que más me ha dolido han sido mis rodillas”, cuenta.

En la comisaría de Cotabambas, en Cercado de Lima, donde llegó cojeando, a Kenty Aguirre le pidieron firmar un acta donde se afirmaba que la detención había sido en buenos términos y que el procedimiento había sido regular y sin violencia. Él se negó a firmar. Otro detalle que denuncia es la actitud del médico legista Melva Vásquez Calderón que debía certificar sus lesiones. “No parecía tener interés en registrar mis heridas. Me despachó rápido y yo tuve que insistirle muchas veces para que su informe sea detallado. Me quité el pantalón y fue allí cuando vio todos mis moretones”, dice. Son 17 lesiones en brazos y piernas. La más grave es un hematoma de grandes proporciones en la parte posterior del muslo izquierdo.

En la celda, Kenty Aguirre, que había perdido sus lentes durante la detención y no distinguía rostros en medio de la oscuridad, se encontró con Raúl Tinco, el dirigente a quien había grabado minutos antes de que lo arrastraran. A diferencia de otros detenidos, Kenty Aguirre contó con una red de apoyo y diversas instituciones que se pronunciaron. Lo reconoce y lo agradece. “Nunca imaginé tanta solidaridad. Sé que he tenido privilegios, lo tengo muy claro. Sin los videos de la prensa alternativa no sé cómo hubiese acabado. Son por esos videos que se demostró que no hice otra cosa que grabar. Es la prensa alternativa la que se faja con el peligro y la que informa de hechos que muchas veces los canales de señal abierta no muestran”, afirma.

Kenty Aguirre fue liberado el domingo 30 de julio y su caso se archivó al no poderse demostrar que había causado disturbios. Pero esto no se quedará así, señala. Demandará a los agentes responsables por abuso de autoridad y tortura. Por ahora se ha podido identificar a los suboficiales Andrei Iván Laurente Sánchez y Francesco Vela Rojas, así como al suboficial superior Julio Castro Amoretti. El detalle es que hasta hoy, un mes después de los hechos, a Kenty Aguirre no se le ha devuelto ni su celular ni su cámara, ni sus pertenencias. Lo soltaron solo con su DNI y su mochila vacía.

“La Fiscalía dice que se debe acreditar la procedencia del bien. Eso es un absurdo. Eso solo se hace cuando un tercero va a recoger el bien o se trata de un robo. Ha sido una detención arbitraria e ilegal. Y una acción de amedrentamiento para todo aquel que filme actos de violencia policial en las marchas”, resume su abogado Juan José Quispe, del Instituto de Defensa Legal.

Kuzy Aguirre, la hermana mayor de Kenty, toma la palabra y se quiebra. “Cuando llamaron a casa hubiera sido menos preocupante escuchar que se encontraba en un hospital, pero saber que estaba con la Policía…no sabes cómo va a volver. Con ellos no hay ninguna seguridad de lo que va a pasar. Son una gran mafia”, expresa con la voz temblorosa. Poco antes de ser liberado, Kenty Aguirre cuenta que el policía que le pegó en el auto se le acercó, le dio una palmada en la espalda y le dijo casi susurrándole: “tranquilo, hijo, ya pasó todo”.

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