La tormenta tropical ‘Hilary’ obliga a suspender las clases en Los Ángeles por las fuertes lluvias
El fenómeno, degradado en las últimas horas, ha dejado un muerto en su paso por México y provoca lluvias moderadas al sur de la entidad
La llegada de Hilary a California ha obligado a suspender las clases al sur del estado más poblado de Estados Unidos. El segundo distrito escolar más grande del país, con casi medio millón de estudiantes, ha suspendido sus actividades para este lunes por la llegada de la tormenta tropical, que ha dejado al menos un muerto en su paso por la región mexicana de la Baja California. Hilary entró en territorio estadounidense minutos después de las 17....
La llegada de Hilary a California ha obligado a suspender las clases al sur del estado más poblado de Estados Unidos. El segundo distrito escolar más grande del país, con casi medio millón de estudiantes, ha suspendido sus actividades para este lunes por la llegada de la tormenta tropical, que ha dejado al menos un muerto en su paso por la región mexicana de la Baja California. Hilary entró en territorio estadounidense minutos después de las 17.00 locales y provocará lluvias intensas en la zona metropolitana de Los Ángeles a partir de medianoche y a lo largo del lunes. El Gobierno de California ha decretado el estado de emergencia y ha solicitado a la población tomar todas las precauciones necesarias ante posibles inundaciones en los condados desérticos de la entidad.
Alberto Carvalho, el superintendente del distrito escolar de Los Ángeles, ha informado que lo peor de la tormenta tropical llegará a la ciudad a la medianoche. “Esto no permitirá tener el tiempo suficiente para inspeccionar nuestras escuelas”, ha señalado el funcionario, quien ha subrayado que la poderosa tormenta ha provocado que las autoridades estatales y locales firmen sendas declaratorias de emergencia, que tienen validez para el sur de California. Se espera que los vientos afecten la red de transportes de la ciudad angelina, cortes en el suministro eléctrico y cierres en calles y avenidas, lo que “puede poner en riesgo a los estudiantes y empleados”. El sistema roza el medio millón de estudiantes, que van desde los cuatro años hasta los dieciocho.
El gobernador Gavin Newsom firmó la declaratoria de emergencia el sábado, cuando Hilary era aún un huracán categoría dos. En las últimas horas, el fenómeno climático ha perdido su fuerza y se ha degradado a tormenta tropical con vientos de hasta 60 kilómetros por hora. No obstante, Hilary ha causado máxima alerta después de que el Centro Nacional de Huracanes (CNH) determinara que las lluvias pueden causar inundaciones “catastróficas y representan riesgo de muerte”. La mañana de este domingo, la tormenta se encontraba a unos 350 kilómetros de la ciudad de San Diego.
Hilary ha tomado velocidad en su aproximación a Estados Unidos. El sábado el huracán avanzaba a un ritmo de 25 kilómetros por hora, pero en las últimas horas pasó a registrar unos 40 kilómetros por hora, de acuerdo al CNH. El incremento en el ritmo significa que cubrirá mayor terreno, por lo que las lluvias llegarán a comunidades del oeste de Arizona y al sur de Nevada. Son localidades acostumbradas a un promedio bajo de precipitaciones y Hilary puede dejarles en unas cuantas horas la cantidad de lluvia de dos años.
El pronóstico ha hecho que cientos de habitantes se preparen ante eventuales chubascos. Especialmente en las comunidades del sudoeste de California. En Palm Springs, la popular ciudad de descanso ubicada a 170 kilómetros al este de Los Ángeles, cientos de pobladores llenaron sacos de arena a lo largo del sábado para prevenir la entrada del agua de las inundaciones atípicas en sus casas. Las autoridades no descartan el cierre de las autopistas que llevan a los parques naturales de Death Valley y Joshua Tree.
Esta misma escena pudo verse en ciudades costeras como Long Beach y San Pedro, ubicadas al sur de Los Ángeles. El Servicio Meteorológico ha determinado que existe solo una probabilidad de un 5% de inundaciones en la costa. Las urbes, no obstante, fueron el punto de contacto a la última tormenta tropical que arribó a suelo californiano. Conocido como El cordonazo de san Francisco, el fenómeno meteorológico dejó en septiembre de 1939 un total de 48 muertes y decenas de desaparecidos.
El Gobierno estatal ha movilizado a unos 7.500 elementos de la Guardia Nacional de California para auxiliar a la población en tareas de prevención y en rescates, en caso de ser necesario. De estos, unos 350 soldados y 24 vehículos anfibios se encuentran ya en posición en lo que será el primer punto de contacto de la tormenta. “Toda mi Administración está preparada a responder ante esta tormenta sin precedentes”, dijo Newsom el sábado.
Los servicios de algunos trenes de la costa, que conectan Los Ángeles con San Diego, han sido suspendidos temporalmente. Unos 2.000 trabajadores de la red de autopistas del Estado han instalado bombas para evitar la inundación de las carreteras en zonas como el condado de Orange, que tiene una población de 3,1 millones de personas.
Las autoridades locales han decretado el cierre de 10 parques públicos del sur de California y cuatro playas en los condados de Orange y San Diego, lo que ha llevado a la cancelación de las reservas de acampada para cientos de personas y la cancelación de conciertos y eventos públicos, entre ellos en el popular Hollywood Bowl de Los Ángeles. Se ha reforzado la presencia de los cuerpos de seguridad pública y de salvavidas en los pueblos costeros. “Se aconseja a la población no entrar al mar a lo largo de la tormenta”, indica el Gobierno estatal.
Las compañías telefónicas y de Internet han advertido a sus usuarios que pueden registrarse cortes en el servicio en las próximas horas. Lo mismo ha advertido la compañía estatal encargada de la red eléctrica. Las ligas profesionales de béisbol y fútbol, la MLB y la MLS, respectivamente, reprogramaron los juegos que tenían para el domingo.
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