Muere en un atentado con bomba en San Petersburgo un conocido bloguero prorruso

El ataque ocurrió durante un coloquio en un restaurante en el que participaba el fallecido Vladlén Tatarski. Una sospechosa, detenida por su posible relación con el atentado

El conocido bloguero prorruso Vladlen Tatarski, en una imagen sin fecha conocida. Foto: TELEGRAM @VLADLENTATARSKYBOOKS (VIA REUTERS) | Vídeo: Reuters
San Petersburgo -

La explosión de una bomba en un café restaurante en el centro de San Petersburgo se ha cobrado la vida del conocido miliciano y bloguero de guerra prorruso Vladlén Tatarski y ha herido a más de dos decenas de personas. El ataque —que recuerda a la explosión que mató el pasado agosto a Daria Dugina, la hija del filósofo ultranacionalista Alexánder Duguin— ha tenido lugar durante un coloquio del fallecido sobre ...

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La explosión de una bomba en un café restaurante en el centro de San Petersburgo se ha cobrado la vida del conocido miliciano y bloguero de guerra prorruso Vladlén Tatarski y ha herido a más de dos decenas de personas. El ataque —que recuerda a la explosión que mató el pasado agosto a Daria Dugina, la hija del filósofo ultranacionalista Alexánder Duguin— ha tenido lugar durante un coloquio del fallecido sobre la invasión de Ucrania. Como en aquel caso, también se trataba de una destacada figura del sector más radical de Moscú, que propugna la desaparición del país vecino. “Venceremos a todos, mataremos a todos, robaremos a todos los que haga falta. Todo será como queramos”, dijo Tatarski en el Kremlin durante el acto de anexión de los territorios ucranios ocupados en septiembre del pasado año.

Según la agencia Interfax, una sospechosa identificada como Daria Trépova ha sido detenida por su posible relación con el atentado. El canal ruso Baza asegura que fue detenida en dos ocasiones durante las primeras protestas contra la guerra.

A última hora del domingo, una pareja joven contemplaba el cordón policial desplegado en torno al café. “Esto es terrorífico, no me lo creo”, afirmaba Yulia a EL PAÍS con la mirada perdida hacia el lugar de la explosión. “Da miedo. Un atentado así puede ocurrir en cualquier lugar ahora. En una cafetería, en un centro comercial”, añadía protegida de una noche tan fría como silenciosa. En una farola donde está atado el cordón policial, situado a decenas de metros del lugar, alguien ha depositado una bandera con la calavera y las tibias con las que se identificaba Tatarski mientras otras personas dejan rosas.

Agentes de las fuerzas de seguridad y miembros de los servicios de emergencias, junto al café donde se ha producido el atentado, en San Petersburgo.ANTON VAGANOV (REUTERS)

El ataque quedó grabado por los asistentes del evento. Las imágenes posteriores a la deflagración mostraban la destrucción ocasionada no solo en el escenario, donde estaba tendido el cuerpo destrozado de Tatarski, sino también en el resto de la sala, cubierta por un amasijo de mesas, sillas y numerosos daños. Según el gobernador de la ciudad, Alexánder Beglov, hubo 24 heridos en el suceso, 19 de ellos hospitalizados.

Las fuerzas de seguridad rusas sospechan que el artefacto explosivo se encontraba escondido en una figura que le entregó una mujer al organizador del coloquio, y este a Tatarski justo antes de su muerte. Una fuente de los Servicios de Emergencias dijo a la agencia Interfax que el estallido se produjo justo después de que la joven abandonase apresuradamente el local. Según la investigación, dentro de la figura habría entre 100 y 200 gramos de TNT.

El foro, llamado Frente Cibernético, se celebra cada pocas semanas en el café Street Food N.º1, cuya propiedad, según destaca el diario local Fontanka, es del dueño de la compañía de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin.

El bloguero, cuyo nombre real era Maxim Fomin (Makiivka, Ucrania, 40 años), tenía más de 560.000 seguidores en Telegram y participaba habitualmente en estas charlas del local de la calle Universitétskaya Náberezhnaya, justo en la ribera opuesta a donde se encuentra el museo Hermitage.

“Liquidado”, decía nada más morir su perfil del portal ucranio Mirotvorets, una lista negra que incluye no solo milicianos y militares, sino también políticos, periodistas y otras figuras públicas consideradas prorrusas.

Este atentado, ocurrido a las 18.23 horas (17.23 horas en la España peninsular), trajo a la memoria inmediatamente el violento asesinato de Daria Dugina en las afueras de Moscú en agosto de 2022. La hija de uno de los principales referentes del sector ultranacionalista ruso había acudido también a un coloquio de su padre. Tras concluir, ambos se subieron a coches diferentes. Entonces, las autoridades rusas apuntaron inmediatamente a los servicios secretos ucranios como autores del asesinato de la mujer. En octubre pasado, la inteligencia estadounidense filtró al diario The New York Times que Kiev ejecutó el atentado sin su consentimiento.

“El sentido común del guerrero. El enemigo será derrotado. La victoria será nuestra”, escribió en su canal de Telegram el propio Dugin tras conocer el asesinato de Tatarski. El filósofo ultranacionalista citó además al fallecido en una frase que describió como su testamento: “La muerte nos enfrenta a lo más importante. Y ahora no hay nada más importante que la profundidad del alma de la persona rusa”.

Un influyente defensor de la guerra

Tatarski, en ocasiones crítico con la dirección de la guerra por el alto mando ruso, se alistó en el batallón Vostok de las milicias separatistas de la región oriental de Donbás tras aprovechar que la guerra desatada en la región en 2014 dejó sin vigilancia la cárcel donde cumplía una condena de 12 años desde 2011 por un asalto a mano armada en un banco.

Después de servir como voluntario con las milicias prorrusas, Tatarski escribió varios libros autobiográficos y cobró fama en Rusia como bloguero. En diciembre del pasado año fue invitado a un acto del presidente ruso, Vladímir Putin, en el Kremlin.

En el último comentario que publicó en sus redes sociales recomendaba al ejército ruso copiar algunas técnicas de las fuerzas ucranias “para prepararse ante su ofensiva”. Tatarski hacía énfasis en las compañías de choque con drones de sus rivales “y sus proyectiles especiales con un área mortal de 11 metros”. “Sería bueno que estas unidades y sus juguetes aparecieran en las Fuerzas Armadas rusas”, añadía.

El asesinato de Tatarski desató inmediatamente una ola de indignación y deseos de venganza en los círculos del Kremlin. “Solo es posible terminar con todo esto con una victoria completa. Cuando se limpie toda la inmundicia nazi, cuando caiga el régimen criminal enemigo”, escribió el diputado y general Andréi Guruliov en Telegram.

Vladíslav, también de Donetsk como el fallecido Tatarski, dejó su hogar hace cuatro años. “Su asesinato me toca muy personalmente. Es un hermano, luchó por nosotros en 2014″, manifiesta tras depositar una rosa. “El frente ya está aquí. No solo en Ucrania, en la zona caliente. También en Rusia, es una escalada. Mataron a Dugina, ahora a Tatarski. Nos bombardeaban constantemente en Donetsk, y ahora aquí cometen atentados”, afirma el joven, que reconoce ser un fiel seguidor de la blogosfera prorrusa.

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