Las protestas contra la reforma de las pensiones en Francia obligan a aplazar la visita de Carlos III
Los gobiernos francés y británico tomaron la decisión de común acuerdo tras una conversación entre el presidente Macron y el monarca del Reino Unido
No es la concesión que los sindicatos y la oposición franceses esperaban de Emmanuel Macron, pero por primera vez desde que comenzaron las protestas contra la contestada reforma de las pensiones, el presidente francés ha dado marcha atrás. Macron ha decidido este viernes aplazar la visita a Francia del rey Carlos III, inicialmente prevista del 26 al 29 de marzo, por las masivas movilizaciones y las huelgas que han colocado al país al borde de la crisis p...
No es la concesión que los sindicatos y la oposición franceses esperaban de Emmanuel Macron, pero por primera vez desde que comenzaron las protestas contra la contestada reforma de las pensiones, el presidente francés ha dado marcha atrás. Macron ha decidido este viernes aplazar la visita a Francia del rey Carlos III, inicialmente prevista del 26 al 29 de marzo, por las masivas movilizaciones y las huelgas que han colocado al país al borde de la crisis política y social.
Un portavoz de Downing Street ha confirmado que la decisión “se ha tomado de mutuo acuerdo, después de que el presidente de Francia pidiera al Gobierno británico que la visita fuera pospuesta”. “Esta visita de Estado se reprogramará en los plazos más adecuados”, ha dicho el palacio del Elíseo. La nueva fecha, en principio antes del verano, permitirá a Francia “acoger a Su Majestad el rey Carlos III en las condiciones que se corresponden con [la] relación de amistad [entre ambos países]”. “Sus Majestades esperan con sumo interés otra oportunidad para visitar Francia, tan pronto como puedan acordarse nuevas fechas”, ha anunciado, por su parte, el Palacio de Buckingham en un breve comunicado.
El primer viaje de Estado de Carlos III desde que septiembre sustituyó a su fallecida madre en el trono mantendrá su segunda parte. El monarca y su consorte viajarán a la capital de Alemania, Berlín, tal y como estaba previsto después de su paso por Francia. La Casa Real británica ha querido que la valoración y la decisión fueran anunciadas previamente por el Gobierno francés, aunque justifica el sorprendente anuncio en “la situación” que vive el país.
La visita a Francia habría coincidido con una nueva jornada nacional de manifestaciones y huelgas, convocada para el martes 28 de marzo, la décima desde que en enero el Gobierno presentó la ley que aumentará la edad de jubilación de los 62 a los 64 años. El jueves, las manifestaciones terminaron con incidentes en París y otras ciudades francesas, entre ellas Burdeos, que junto a la capital francesa debía ser el destino de la visita a Francia del jefe del Estado de Reino Unido.
En una rueda de prensa en Bruselas, donde asistía al Consejo Europeo, Macron explicó que por la mañana había hablado por teléfono con Carlos III y señaló la convocatoria sindical del 28 como motivo para la decisión. “El sentido común y la amistad nos llevan a proponer un aplazamiento”, justificó. “Lo que habría sido detestable para el pueblo británico y para nosotros mismos habría sido que hubiésemos hecho las cosas como si no ocurriese nada y con incidentes por añadidura”.
En la agenda de Carlos III figuraba una cena en el palacio de Versalles, asociado al rey absolutista Luis XIV. Las imágenes del esplendor y la pompa monárquica en plena protesta contra Macron y entre acusaciones de comportarse como un rey republicano podrían haberle perjudicado. El aplazamiento subraya la auténtica dimensión de la crisis actual en Francia, país que, con esta decisión, asume ser incapaz de organizar en condiciones una visita de Estado de este tipo y el momento actual.
Mélenchon: la “censura popular”
La presión popular, por ahora, no ha logrado ninguno de sus objetivos. Ni Macron ha retirado la ley, ni ha convocado un referéndum, ni se ha planteado convocar nuevas elecciones legislativas, ni siquiera ha relevado a su primera ministra, Élisabeth Borne, ni ha cambiado el Gobierno. Ahora, al menos, la calle podrá exhibir la pequeña victoria, no directamente buscada, al haber alterado la agenda internacional del presidente.
“La reunión de los reyes en Versalles, dispersada por la censura popular”, celebró en la red social Twitter Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa, el primer partido de la izquierda en Francia. Mélenchon considera que, tras el fracaso de dos mociones de censura contra el Gobierno el lunes en la Asamblea Nacional, ha llegado la hora de la “censura popular”.
Las protestas masivas del jueves, con más de un millón de manifestantes en toda Francia, demuestran que el movimiento contra la reforma de las pensiones no flaquea. Aunque la ley ya está aprobada, está pendiente del visto bueno del Tribunal Constitucional.
El éxito de las marchas pacíficas convocadas por sindicatos ha quedado empañada por los choques entre manifestantes y policía y los asaltos e incendios de edificio públicos como el Ayuntamiento de Burdeos. Desde que la semana pasada Macron optó por adoptar la reforma eludiendo el voto en la Asamblea Nacional, las protestas han adquirido un cariz violento que preocupa a los sindicatos.
“Todo el mundo está inquieto esta mañana, porque ha habido violencias que son inaceptables”, ha declarado a la cadena radiofónica RTL Laurent Berger, secretario general del sindicato moderado CFDT, el primero de Francia. “Hay que calmar el juego, ahora, antes de que haya un drama”.
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, ha explicado que 441 policías y gendarmes resultaron heridos el jueves. Darmanin ha implicado a lo que llama la “extrema izquierda” en la radicalización del movimiento. “No cederemos ante la violencia”, declaró Macron en Bruselas.
Por su parte, varios manifestantes denunciaron estos días agresiones de la policía. En una grabación obtenida por el diario Le Monde y el medio Loopsider, un grupo de policías amenazan e intimidan a siete jóvenes detenidos el lunes y se escucha lo que parecen dos bofetadas de los agentes a uno de ellos. La Inspección general de la policía nacional —la llamada “policía de los policías”— ya ha abierto 11 investigaciones por presuntos abusos de la policía en la última semana, según Darmanin.
En un comunicado, la comisaria de derechos humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatović, ha avisado al Gobierno francés: “Los actos de violencia esporádica por parte de algunos manifestantes y otros actos reprensibles cometidos por otras personas en el curso de una manifestación no justifican el uso excesivo de la fuerza por parte de los agentes del Estado”.
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