Más de 7.000 toneladas de basura inundan París: “Había basura hasta cerca de la Torre Eiffel”
La capital francesa acumula desechos en sus calles debido al paro de los trabajadores del servicio municipal que protestan por la reforma de las pensiones de Macron. El proyecto recibirá este jueves el voto definitivo
A unos metros de la catedral de Notre Dame de París, las calles se vuelven más angostas y por ellas suelen pasear locales y turistas. El carismático Quartier Latin, como es conocido, está lleno de librerías, tiendas, restaurantes y cafés. Pero desde hace unos días, sus aceras acumulan bolsas repletas de basura, colocadas unas sobre otras y, en ocasiones, superando los dos metros. La escena se repite en otras zonas de la capital, donde ya hay más de 7.000 toneladas de desechos sin recoger, según el Ayuntamiento. Los trabajadores del servicio público ...
A unos metros de la catedral de Notre Dame de París, las calles se vuelven más angostas y por ellas suelen pasear locales y turistas. El carismático Quartier Latin, como es conocido, está lleno de librerías, tiendas, restaurantes y cafés. Pero desde hace unos días, sus aceras acumulan bolsas repletas de basura, colocadas unas sobre otras y, en ocasiones, superando los dos metros. La escena se repite en otras zonas de la capital, donde ya hay más de 7.000 toneladas de desechos sin recoger, según el Ayuntamiento. Los trabajadores del servicio público cumplen diez días de huelga, en protesta contra la reforma de las pensiones del presidente Emmanuel Macron. El proyecto, que busca retrasar la edad de jubilación de los 62 a los 64 años para 2030, recibirá este jueves el voto definitivo en la Asamblea Nacional.
“Es una locura. No debería haber esto en París. Hoy no tuve ningún cliente”, se queja el camarero de un restaurante de comida francesa. Mientras prepara las mesas con la esperanza de atraer a algunos turistas, cuenta que ha decidido guardar la basura en el sótano, hasta que se resuelva la situación. Las bolsas de residuos se acumulan a unos metros de la puerta. Y con ellas los olores y las ratas. Hace unos días estaban aún más cerca, en la entrada del edificio colindante, señala. “Ya ni se podía entrar”, asegura Lucette Valensi, de 86 años. Cuando se dio cuenta de que las bolsas tapaban el portal, llamó a la policía y a los bomberos. Junto al restaurante, lograron que las autoridades despejaran la entrada. A pesar de los problemas ocasionados, Valensi apoya la huelga sin dudarlo. “La mayoría de la población está en contra” de la reforma, recuerda. “Aun así, siguen adelante”, agrega, refiriéndose al Gobierno.
En una avenida cercana, Fernando Portillo y Alicia Morales, una pareja de turistas hondureños de 38 y 43 años, respectivamente, cuentan que es la primera vez que visitan París. Aunque disfrutan de su estancia, admiten que los desechos les ha “matado un poco la vista”. “Había basura hasta cerca de la Torre Eiffel”, relata el hombre, antes de seguir su camino. En una esquina, un cartel pegado a un montículo de bolsas negras pedía colocar las nuevas bolsas en una calle más arriba o cerca de los muelles del río Sena.
El plan de retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y acelerar la exigencia de cotizar durante 43 años para cobrar una pensión completa ha desatado huelgas y manifestaciones masivas en todo el país. Miles de personas volvieron a manifestarse este miércoles, en la octava jornada de protestas desde que inició el movimiento en enero. Según los sondeos, dos de cada tres franceses se oponen a la reforma, aunque, paradójicamente, la mayoría piensa que se aprobará.
Queda poco. Un grupo de diputados y senadores acordó este miércoles una versión definitiva del texto, que será adoptado o rechazado este jueves definitivamente en la Asamblea Nacional. El Gobierno carece de mayoría absoluta en el hemiciclo desde las legislativas de junio, por lo que depende de los votos de la derecha de Los Republicanos para aprobarlo. Si le faltan votos, podrá recurrir al polémico artículo 49.3 de la Constitución, que permite zanjar los debates y adoptar la ley por vía exprés.
“La gente se queja ahora de que hay ratas; nosotros las vemos todos los días”
La aprobación de la reforma no implica el fin de la contestación. Los sindicatos han intensificado sus acciones con huelgas prorrogables en sectores clave como la energía y la recogida de basuras. Tres plantas de incineración situadas a las puertas de París están también paradas y los huelguistas del sindicato CGT votaron ayer que seguirán con el paro “al menos hasta el 20 de marzo”.
En la de Ivry, en el sureste de la ciudad, se encontraba esta mañana Sebastien Szhutt, de 47 años. Lleva dos años recolectando basura, pero no se imagina retrasar su edad de jubilación: “Es un trabajo muy físico y cansado. Estamos siempre fuera, aunque llueva, nieve o haga mucho calor”. “La gente se queja ahora de que hay ratas, pero nosotros las vemos todos los días”, continúa este trabajador municipal. La recolección de la basura la realizan empleados públicos en la mitad de la ciudad; la otra parte es gestionada por prestatarios privados. Así, los barrios controlados por la alcaldía son los que más se han visto afectados. El ministro del Interior, Gérald Darmanin, pidió el martes que el Ayuntamiento, dirigido por la socialista Anne Hidalgo, “requisara” los medios necesarios para retirar la basura. Si no actúa, lo hará el propio Estado, advirtió el ministro.
“Después de ocho años [trabajando como basureros] estamos rotos”, cuenta Laurent Provost, de 56 años, que también acudió a la planta de Ivry para apoyar la protesta. No solo se trata de recoger los cubos, explica, sino toda la basura que está en la calle, lo que implica agacharse continuamente: “Hay bolsas que pesan casi tanto como yo”.
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