Más de 7.000 toneladas de basura inundan París: “Había basura hasta cerca de la Torre Eiffel”

La capital francesa acumula desechos en sus calles debido al paro de los trabajadores del servicio municipal que protestan por la reforma de las pensiones de Macron. El proyecto recibirá este jueves el voto definitivo

Peatones y ciclistas pasan junto a una montaña de basura en los alrededores de la Torre Eiffel este miércoles. Foto: CHRISTOPHE ARCHAMBAULT (AFP) | Vídeo: EPV

A unos metros de la catedral de Notre Dame de París, las calles se vuelven más angostas y por ellas suelen pasear locales y turistas. El carismático Quartier Latin, como es conocido, está lleno de librerías, tiendas, restaurantes y cafés. Pero desde hace unos días, sus aceras acumulan bolsas repletas de basura, colocadas unas sobre otras y, en ocasiones, superando los dos metros. La escena se repite en otras zonas de la capital, donde ya hay más de 7.000 toneladas de desechos sin recoger, según el Ayuntamiento. Los trabajadores del servicio público ...

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A unos metros de la catedral de Notre Dame de París, las calles se vuelven más angostas y por ellas suelen pasear locales y turistas. El carismático Quartier Latin, como es conocido, está lleno de librerías, tiendas, restaurantes y cafés. Pero desde hace unos días, sus aceras acumulan bolsas repletas de basura, colocadas unas sobre otras y, en ocasiones, superando los dos metros. La escena se repite en otras zonas de la capital, donde ya hay más de 7.000 toneladas de desechos sin recoger, según el Ayuntamiento. Los trabajadores del servicio público cumplen diez días de huelga, en protesta contra la reforma de las pensiones del presidente Emmanuel Macron. El proyecto, que busca retrasar la edad de jubilación de los 62 a los 64 años para 2030, recibirá este jueves el voto definitivo en la Asamblea Nacional.

“Es una locura. No debería haber esto en París. Hoy no tuve ningún cliente”, se queja el camarero de un restaurante de comida francesa. Mientras prepara las mesas con la esperanza de atraer a algunos turistas, cuenta que ha decidido guardar la basura en el sótano, hasta que se resuelva la situación. Las bolsas de residuos se acumulan a unos metros de la puerta. Y con ellas los olores y las ratas. Hace unos días estaban aún más cerca, en la entrada del edificio colindante, señala. “Ya ni se podía entrar”, asegura Lucette Valensi, de 86 años. Cuando se dio cuenta de que las bolsas tapaban el portal, llamó a la policía y a los bomberos. Junto al restaurante, lograron que las autoridades despejaran la entrada. A pesar de los problemas ocasionados, Valensi apoya la huelga sin dudarlo. “La mayoría de la población está en contra” de la reforma, recuerda. “Aun así, siguen adelante”, agrega, refiriéndose al Gobierno.

En una avenida cercana, Fernando Portillo y Alicia Morales, una pareja de turistas hondureños de 38 y 43 años, respectivamente, cuentan que es la primera vez que visitan París. Aunque disfrutan de su estancia, admiten que los desechos les ha “matado un poco la vista”. “Había basura hasta cerca de la Torre Eiffel”, relata el hombre, antes de seguir su camino. En una esquina, un cartel pegado a un montículo de bolsas negras pedía colocar las nuevas bolsas en una calle más arriba o cerca de los muelles del río Sena.

Las calles de París acumulan basura desde hace diez días por la huelga de los trabajadores municipales de recogida de desechos. Hay montañas de hasta dos metros. Este miércoles, esa escena se repite en muchas zonas de la capital, donde ya hay más de 7.000 toneladas de desechos sin recoger, según el Ayuntamiento. En la imagen, una mujer pasa el martes junto a unos cubos rebosantes. Mohammed Badra (EFE)
Los basureros, como muchos franceses, se oponen a la reforma de las pensiones de Macron, que busca retrasar la edad de jubilación de los 62 a los 64 años para 2030 y que será votada el jueves en la Asamblea Nacional. En la imagen, un hombre camina este miércoles por una calle parisina.Thomas Padilla (AP)
Aunque la imagen de París sucio llama la atención, el plan de retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años ha desatado huelgas y manifestaciones masivas en todo el país desde su planteamiento. En la imagen, una montaña de basura junto a un inmueble de la capital francesa, este miércoles. Thomas Padilla (AP)
Ciudadanos y turistas se han encontrado con que la basura abunda inlcuso en las zonas más emblemáticas. En la imagen, peatones y ciclistas esquivan una montaña de basura en los alrededores de la Torre Eiffel, este miércoles.CHRISTOPHE ARCHAMBAULT (AFP)
“Es una locura. No debería haber esto en París", lamentaba un camarero de un restaurante del centro del París. El lunes, octavo día de la huelga, la basura se amontonaba como aparece en la imagen. BENOIT TESSIER (REUTERS)
La recolección de la basura la realizan empleados públicos en la mitad de París, mientras que en la otra parte es gestionada por prestatarios privados. Así, los barrios controlados por la alcaldía son los que más se han visto afectados. Peatones pasan junto a una pila de bolsas de basura en una calle de París, este miércoles.CHRISTOPHE ARCHAMBAULT (AFP)
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, ha demandado al Ayuntamiento parisino, dirigido por la socialista Anne Hidalgo, que haga lo necesario para retirar la basura. De lo contrario, ha advertido que lo hará el propio Estado. Detalle de los desechos de una calle del centro de la capital francesa, el lunes.BENOIT TESSIER (REUTERS)
“La gente se queja ahora de que hay ratas, pero nosotros las vemos todos los días”, afirma un trabajador municipal de recogida. En la imagen, basura acumulada frente a una pastelería de París, este miércoles. Thomas Padilla (AP)
Un trabajador de 47 años, y que lleva dos años recolectando basura, lamenta que no se tenga en cuenta que es "un trabajo muy físico y cansado": "Estamos siempre fuera, aunque llueva, nieve o haga mucho calor”, agrega. En la imagen, cubos de basura rebosantes de desechos en París, el martes.Mohammed Badra (EFE)
Tres plantas de incineración situadas a las puertas de París están también paradas y los huelguistas del sindicato CGT han votado seguir con el paro “al menos hasta el 20 de marzo”. En la imagen, camiones parados en la planta de incineración de Irvry, el martes.CHRISTOPHE ARCHAMBAULT (AFP)
Los desechos acumulados en el pavimento de las calles de la capital francesa se han convertido en norma, como en esta imagen, del lunes. THOMAS SAMSON (AFP)
La basura obstaculizan un paso de cebra del centro de París, el lunes. BENOIT TESSIER (REUTERS)

El plan de retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y acelerar la exigencia de cotizar durante 43 años para cobrar una pensión completa ha desatado huelgas y manifestaciones masivas en todo el país. Miles de personas volvieron a manifestarse este miércoles, en la octava jornada de protestas desde que inició el movimiento en enero. Según los sondeos, dos de cada tres franceses se oponen a la reforma, aunque, paradójicamente, la mayoría piensa que se aprobará.

Queda poco. Un grupo de diputados y senadores acordó este miércoles una versión definitiva del texto, que será adoptado o rechazado este jueves definitivamente en la Asamblea Nacional. El Gobierno carece de mayoría absoluta en el hemiciclo desde las legislativas de junio, por lo que depende de los votos de la derecha de Los Republicanos para aprobarlo. Si le faltan votos, podrá recurrir al polémico artículo 49.3 de la Constitución, que permite zanjar los debates y adoptar la ley por vía exprés.

Contenedores en llamas ante una manifestación contra la reforma de las pensiones, el 15 de marzo en la ciudad francesa de Nantes.LOIC VENANCE (AFP)

“La gente se queja ahora de que hay ratas; nosotros las vemos todos los días”

La aprobación de la reforma no implica el fin de la contestación. Los sindicatos han intensificado sus acciones con huelgas prorrogables en sectores clave como la energía y la recogida de basuras. Tres plantas de incineración situadas a las puertas de París están también paradas y los huelguistas del sindicato CGT votaron ayer que seguirán con el paro “al menos hasta el 20 de marzo”.

En la de Ivry, en el sureste de la ciudad, se encontraba esta mañana Sebastien Szhutt, de 47 años. Lleva dos años recolectando basura, pero no se imagina retrasar su edad de jubilación: “Es un trabajo muy físico y cansado. Estamos siempre fuera, aunque llueva, nieve o haga mucho calor”. “La gente se queja ahora de que hay ratas, pero nosotros las vemos todos los días”, continúa este trabajador municipal. La recolección de la basura la realizan empleados públicos en la mitad de la ciudad; la otra parte es gestionada por prestatarios privados. Así, los barrios controlados por la alcaldía son los que más se han visto afectados. El ministro del Interior, Gérald Darmanin, pidió el martes que el Ayuntamiento, dirigido por la socialista Anne Hidalgo, “requisara” los medios necesarios para retirar la basura. Si no actúa, lo hará el propio Estado, advirtió el ministro.

“Después de ocho años [trabajando como basureros] estamos rotos”, cuenta Laurent Provost, de 56 años, que también acudió a la planta de Ivry para apoyar la protesta. No solo se trata de recoger los cubos, explica, sino toda la basura que está en la calle, lo que implica agacharse continuamente: “Hay bolsas que pesan casi tanto como yo”.

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