Un hombre mata a siete personas en un centro de testigos de Jehová en Hamburgo y se quita la vida
Entre las víctimas hay cuatro hombres, dos mujeres y un nonato. El presunto agresor es un alemán de 35 años que había pertenecido a esta confesión religiosa
Un hombre de 35 años identificado como Philipp F. es el presunto autor de la matanza ocurrida la noche del jueves en un templo de testigos de Jehová de la ciudad alemana de Hamburgo. El hombre disparó, por motivos que todavía se desconocen, a los miembros de esta comunidad que estaban allí reunidos y mató a siete personas, cuatro hombres, dos mujeres y el hijo nonato de otra mujer, que resultó herida. Posteriormente, tras la llegada de la policía al edificio, el asaltante se suicidó. Las fuerzas de seguridad y la Fiscalía de Hamburgo han informado de que hay ocho heridos, cuatro de ellos de gr...
Un hombre de 35 años identificado como Philipp F. es el presunto autor de la matanza ocurrida la noche del jueves en un templo de testigos de Jehová de la ciudad alemana de Hamburgo. El hombre disparó, por motivos que todavía se desconocen, a los miembros de esta comunidad que estaban allí reunidos y mató a siete personas, cuatro hombres, dos mujeres y el hijo nonato de otra mujer, que resultó herida. Posteriormente, tras la llegada de la policía al edificio, el asaltante se suicidó. Las fuerzas de seguridad y la Fiscalía de Hamburgo han informado de que hay ocho heridos, cuatro de ellos de gravedad. El atacante, de nacionalidad alemana, no tenía antecedentes policiales ni estaba en el radar de las autoridades por radicalización. Philipp F. tenía permiso desde el mes de diciembre para portar un arma automática, que es la que empleó para disparar a los miembros de la comunidad religiosa.
El tiroteo empezó pasadas las nueve de la noche. La primera llamada de auxilio se registró a las 21.05, según ha relatado este viernes el ministro del Interior de Hamburgo, Andy Grote. Las primeras unidades de la policía llegaron solo cuatro minutos después, lo que “evitó muchas muertes”, según ha asegurado Grote. Se encontraban por casualidad muy cerca del lugar de los hechos cuando recibieron el aviso. Se desplazaron a la zona gran cantidad de ambulancias y servicios de emergencia.
Los agentes accedieron al edificio y poco después escucharon un último disparo, con el que presuntamente se suicidó el atacante, al que encontraron en la segunda planta. Pese a que se desconocen los motivos del agresor, las autoridades descartan un móvil político o de carácter terrorista. El atacante podría tener problemas mentales, según han apuntado los responsables policiales que han participado en una rueda de prensa en Hamburgo.
Un testigo presencial relató a la cadena NTV que grabó con su móvil al presunto autor de los disparos desde su casa, situada enfrente del edificio. Al principio no sabía de qué se trataba. Vio cómo un hombre entraba al edificio. “Después oí alrededor de 25 disparos”, contó. “Unos minutos más tarde oí un único disparo más”.
El ataque se produjo en un centro de culto de testigos de Jehová de la calle de Deelböge, en el distrito de Gross Borstel, al norte de la ciudad. Toda la zona quedó acordonada, con calles y carreteras cortadas. Durante las primeras horas, las fuerzas de seguridad pidieron a los ciudadanos que no salieran de sus casas y buscaran refugio en un edificio si se encontraban por la calle. Ya de madrugada, la situación se había calmado y la Policía informó de que el peligro para los transeúntes había pasado.
El lugar de culto en el que se produjo el tiroteo es un edificio de tres plantas situado en una calle de seis carriles en una zona poco densa de casas bajas. Los habitantes de esta área fueron alertados a través de una aplicación del teléfono móvil que avisa de emergencias y que en este caso informó de “peligro extremo”. Según los medios locales, a las siete de la tarde se celebraba una ceremonia en el Salón del Reino ―nombre con el que se refiere a sus lugares de culto esta confesión― a la que acudieron numerosas personas.
“Malas noticias desde Hamburgo”, afirmó el canciller alemán, Olaf Scholz, el viernes a primera hora en su cuenta de Twitter. Ha calificado el ataque de “acto de violencia brutal”. “Mis pensamientos están con las víctimas y sus familias”, ha añadido, y ha agradecido el trabajo a las fuerzas de seguridad. Las noticias de lo ocurrido en el centro son “estremecedoras”, aseguró el alcalde de Hamburgo, Peter Tschentscher, también en su cuenta de la red social. “Mi más sentido pésame a los familiares de las víctimas. Los servicios de emergencia están trabajando a velocidad para localizar al autor o autores y aclarar lo sucedido”, añadió.
En un comunicado en su página web, la confesión religiosa se declaró “profundamente afectada por el terrible tiroteo”. “Nuestro más sentido pésame para las familias de las víctimas y los testigos presenciales traumatizados. Los ministros de la iglesia local están haciendo todo lo posible para ayudarles en este momento difícil”, señaló en la nota.
Las primeras informaciones en la cuenta de Twitter de la Policía de Hamburgo señalaban que se estaba llevando a cabo una operación a gran escala con muchos efectivos en el lugar de los hechos y que ofrecerían más información a medida que dispusieran de ella. “Hasta el momento, no existe información fidedigna sobre el móvil del crimen”, rezaba la cuenta oficial, que pedía a los ciudadanos que no compartieran hechos sin comprobar y que no difundieran rumores.
Las imágenes mostraban anoche una gran concentración de ambulancias y vehículos policiales y decenas de agentes frente al edificio, algunos de ellos con uniforme y armas de los grupos de operaciones especiales. En un perchero en el hall del edificio se apreciaban muchos abrigos colgados, lo que podría indicar que se estaba celebrando algún tipo de acto o reunión dentro con numerosos asistentes.
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