El primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, supera la moción de censura por un escándalo de escuchas
El jefe del Gobierno admite errores de los servicios secretos, pero niega que él ordenase los seguimientos a periodistas, políticos y militares
El primer ministro griego, el conservador Kyriakos Mitsotakis, ha superado este viernes la moción de censura presentada en el Parlamento por el principal partido de la oposición, el izquierdista Syriza, debido al escándalo de escuchas a políticos, militares y periodistas por parte de los servicios secretos. La moción, que requería la mayoría absoluta, esto es, el apoyo de 151 de los 300 escaños, fue rechazada por los 156 diputados del part...
El primer ministro griego, el conservador Kyriakos Mitsotakis, ha superado este viernes la moción de censura presentada en el Parlamento por el principal partido de la oposición, el izquierdista Syriza, debido al escándalo de escuchas a políticos, militares y periodistas por parte de los servicios secretos. La moción, que requería la mayoría absoluta, esto es, el apoyo de 151 de los 300 escaños, fue rechazada por los 156 diputados del partido Nueva Democracia del primer ministro, mientras que toda la oposición votó a favor.
Durante la sesión, Mitsotakis evitó nuevamente arrojar luz sobre el escándalo de espionaje protagonizado por los servicios secretos helenos (EYP), que se encuentran bajo su control directo, aunque admitió “errores”. El líder conservador aprovechó el debate sobre la moción de censura para hablar de presuntas irregularidades cometidas por el Gobierno de su predecesor, Alexis Tsipras, y su mala gestión cuando gobernó el país entre 2015 y 2019.
El jefe del Gobierno heleno alegó que en el contexto de las escuchas, los errores cometidos fueron subsanados despidiendo a algunos responsables, cambiando las leyes y que ahora todo está en manos de la Justicia. Mitsotakis afirmó nuevamente no haber ordenado ni tener conocimiento previo de quiénes fueron espiados. Por su parte, Tsipras acusó a Mitsotakis de ser el “coordinador” de las escuchas, un caso que constituye una “violación del Estado de derecho sin precedentes” y al que ya no se refieren solo publicaciones de los medios, sino que una autoridad oficial del Estado ha aportado pruebas sobre lo ocurrido.
Los acontecimientos se aceleraron este martes, cuando el director de la Autoridad para la Garantía de la Privacidad de las Comunicaciones (ADAE), Jristos Rammos, envió una carta al primer ministro, al responsable de Justicia, al presidente del Parlamento y a los líderes de los partidos en la que detalla los resultados de sus indagaciones sobre el escándalo.
La carta fue una respuesta a la solicitud que presentó Tsipras a esta autoridad en diciembre, en la que pedía que se investigase a seis personas ―entre ellas, el actual ministro de Trabajo y extitular de Energía y Medio Ambiente, Kostís Jatzidakis, y el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Konstantinos Floros― que fueron escuchadas por el EYP.
Rammos confirmó que estas personas fueron observadas gracias a la información que obtuvo de los operadores de telefonía que habían efectuado las escuchas a petición de los servicios secretos. Un día después, Tsipras presentó la moción de censura. El escándalo estalló en agosto con la revelación de que el EYP escuchaba al líder del partido socialdemócrata Pasok-Kinal, Nikos Andrulakis, lo que obligó a dimitir al entonces jefe de los servicios secretos, Panayotis Kontoleon, y al jefe de gabinete y sobrino de Mitsotakis, Grigoris Dimitriadis.
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