Malestar en Portugal por el gasto de más de 81 millones de euros de fondos públicos en la visita del Papa
El coste de la organización de la Jornada Mundial de la Juventud, que destina cinco millones a un altar-escenario en plena crisis económica, desata numerosas críticas
Portugal destinará más de 81 millones de euros de fondos públicos para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa. El evento, que se celebrará entre el 1 y el 6 de agosto próximo, será financiado sobre todo con partidas del Gobierno central y de los ayuntamientos implicados, Lisboa y Loures, donde se sitúan los terrenos que acogerán el encuentro religioso que clausurará el papa Francisco. Las contribuciones económicas de la Iglesia hasta el momento no se han desvelado. Pero la divulgación de las partidas públicas que se han conocido estos días ha causado estupor y críticas por coinci...
Portugal destinará más de 81 millones de euros de fondos públicos para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa. El evento, que se celebrará entre el 1 y el 6 de agosto próximo, será financiado sobre todo con partidas del Gobierno central y de los ayuntamientos implicados, Lisboa y Loures, donde se sitúan los terrenos que acogerán el encuentro religioso que clausurará el papa Francisco. Las contribuciones económicas de la Iglesia hasta el momento no se han desvelado. Pero la divulgación de las partidas públicas que se han conocido estos días ha causado estupor y críticas por coincidir con una crisis económica que está asfixiando a muchas familias portuguesas. Solo el altar-escenario que se construirá para el Papa valdrá más de cinco millones de euros, lo que supone un gran desvío respecto a lo que se presupuestó inicialmente para el palco. “La solución prevista costaba entre 1,5 y 2 millones, luego pasó a tres millones, y más tarde se ha aumentado muchísimo”, explicó durante una entrevista en la cadena de televisión SIC el coordinador del Gobierno para la organización de la Jornada Mundial de la Juventud, José Sá Fernandes.
El Consejo de Ministros, que preside el socialista António Costa, decidió en octubre fijar en 36,5 millones su presupuesto para la organización de la cita. Es casi la misma cantidad que prevé gastar la Cámara Municipal de Lisboa (35 millones de euros) con actuaciones en diferentes partes de la ciudad que acogerán eventos. Si a estas partidas se le suman los 10 millones que estima gastar el Ayuntamiento de Loures, el dinero público que se destinará a la organización del encuentro religioso será de 81,5 millones de euros, bastante más elevado que los 50 millones que invirtió Madrid cuando organizó la Jornada Mundial de la Juventud en 2011. “Queremos esta oportunidad única para poner a Lisboa en el mundo, que es un evento único que tendrá un millón y medio de visitantes. Vamos a multiplicar la inversión que hagamos por 10 o por 20”, aseguró el alcalde de Lisboa, Carlos Moedas (PSD, centro-derecha), que recibió el respaldo de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, con quien ha firmado este jueves en Lisboa un memorándum de colaboración. “El retorno recibido en Madrid fue de 350 millones, que multiplicó por siete la inversión”, subrayó Díaz Ayuso.
La última Jornada Mundial de la Juventud, un evento multitudinario de la Iglesia católica que suele clausurar el Papa con una misa al aire libre, se organizó en enero de 2019 en Panamá, donde se anunció que la siguiente cita se celebraría en Portugal. La Iglesia del país centroamericano gastó 20,7 millones de dólares (casi 19 millones de euros) en la organización, aunque en el informe sobre las cuentas constaba que el 73% había sido cubierto por las inscripciones de los participantes. El resto lo habían aportado donantes y patrocinadores. El Estado panameño solo se ocupó de acondicionar los recintos de la jornada y no sufragó nada más, según expusieron los representantes de la Iglesia en la rueda de prensa donde rindieron cuentas tras las críticas por el gasto.
En el caso de Lisboa, Carlos Moedas destacó que parte del dinero se gastará en actuaciones que mejorarán la ciudad, como es la urbanización del parque urbano del Tajo-Trancão, una zona ahora abandonada donde se ubicarán los actos principales de la cita religiosa y donde se invertirán 21,5 millones; una cuarta parte de los cuales financiará las obras del altar-escenario donde el Papa oficiará una misa. El diseño de esta estructura de 5.000 metros cuadrados ha sido decidida por la Iglesia para que pueda acoger a unas 2.000 personas (obispos, sacerdotes, coro, orquesta y personal técnico, entre otros) y elevarse unos nueve metros del suelo para ser visto por la mayor parte del público. El alcalde defendió la futura reutilización del escenario para otros eventos, aunque su optimismo no fue compartido por el representante del Gobierno, José Sá Fernandes: “Probablemente, solo podrá ser reutilizada la cuarta parte y esa adaptación costará dinero”.
Concurso público
Además del coste de la infraestructura, ha sido criticado que se haya adjudicado la obra de forma directa y no mediante un concurso público. Moedas señaló que se habían consultado a siete empresas y que ha actuado urgido por el tiempo. A pesar de que la elección de Lisboa como sede del encuentro se sabe desde 2019, Moedas asegura que el anterior equipo municipal, gobernado por el socialista Fernando Medina, no había avanzado nada en la organización. “Cuando llegué en 2021 comencé de cero porque no se había hecho nada”, reprochó.
Sin criticar abiertamente el gasto, el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, recomendó que se respetase tanto la situación actual como la propia personalidad del papa Francisco, “que es contrario a todo aquello que sea ostentoso”. “Se debe encontrar una solución que sea sencilla, a la medida de aquello que representa el pensamiento del Papa”, agregó.
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