Simone Tebet y Ciro Gomes, el voto más cortejado
Los candidatos del centro tienen mayor sintonía con Lula pero todavía no revelan a quién apoyarán en la segunda vuelta
Simone Tebet y Ciro Gomes tienen la llave que necesita el próximo presidente de Brasil. Juntos sumaron el 7,2% de los votos en la primera vuelta de la elección, 8,5 millones de personas. Tebet ha dado señales de preferir a Luiz Inácio Lula da Silva, y Gomes es un antiguo aliado del líder izquierdista del que ahora está distanciado. Aunque ambos tienen mayor sintonía programática con Lula, está por ver a qué precio venden el respaldo y si su palabra es seguida por los votantes. ...
Simone Tebet y Ciro Gomes tienen la llave que necesita el próximo presidente de Brasil. Juntos sumaron el 7,2% de los votos en la primera vuelta de la elección, 8,5 millones de personas. Tebet ha dado señales de preferir a Luiz Inácio Lula da Silva, y Gomes es un antiguo aliado del líder izquierdista del que ahora está distanciado. Aunque ambos tienen mayor sintonía programática con Lula, está por ver a qué precio venden el respaldo y si su palabra es seguida por los votantes. A un mes de la votación final, la carrera por cortejar el voto centrista ya ha empezado.
“Tenemos mucho que reflexionar, pero no nos vamos a lavar las manos”, declaró Tebet el domingo por la noche. Con un 4% de los votos que le valió el tercer puesto en primera vuelta, la senadora del Movimiento Democrático Brasilero (MDB) ha dado un máximo de 48 horas a los líderes de su formación para que se pronuncien. El MDB, heredero del único partido de oposición permitido durante la dictadura militar, se inclina por otorgar libertad de voto a sus militantes, aunque Tebet ya ha dado a entender que prefiere a Lula. En los círculos del candidato se habla de ofrecerle una cartera ministerial, según los medios brasileños.
La senadora y antigua profesora universitaria, de 52 años, ha hecho una campaña de política seria. Su programa combinaba propuestas económicas liberales, como las privatizaciones, con medidas progresistas, como el nombramiento de un Gobierno paritario de hombres y mujeres. En ese juego de equilibrios, ha conseguido congeniar su apoyo al agronegocio y a la sustentabilidad ambiental. El Estado que representa, Mato Grosso do Sul, en la frontera con Paraguay y Bolivia, es eminentemente agrícola y ganadero, pero se enorgullece del Pantanal, uno de los mayores humedales del mundo.
Aunque el programa de Tebet tiene componentes de izquierda y de derecha, su énfasis en los valores democráticos la aleja del ultraderechista Jair Bolsonaro. En el último debate antes de la primera vuelta, dominado por los insultos y el tono bronco, Tebet le espetó a Bolsonaro: “¿Vamos a hablar de Brasil? No estamos viendo aquí presentación de propuestas, solo ataques mutuos para ver quién robó más”. También criticó a Lula por los escándalos de corrupción, pero el intercambio fue menos tenso. El izquierdista también se cuidó mucho de atacarla.
Los debates fueron lo que convenció a Leandro Santos, un joven negro de 24 años que trabaja como camarero en un restaurante caro próximo a la Avenida Paulista. Antes de verla en televisión, no sabía quién era. “Fue la única que habló de política, la que mostró más firmeza”, dice. El porcentaje de votos que se llevó la candidata le parece “excelente” y dice que la imagina como presidenta en cuatro años. En cuanto a la segunda vuelta, todavía no tiene el voto decidido: “Lula estuvo en prisión, mientras que Bolsonaro no tuvo eso. Pero tengo que investigar más”.
Ciro Gomes, de 64 años, será un hueso más duro de roer. Tras conocerse los resultados, que le dieron un 3% de los votos, el candidato del Partido Democrático Laborista (PDT, por sus siglas en portugués), un partido histórico del centro izquierda brasileño, pidió “algunas horas” para hablar con amigos y militantes. “Nunca vi una situación tan amenazadora para nuestra suerte como nación”, expresó, sin dar más detalles.
El que fuera ministro de Integración Nacional de Lula entre 2003 y 2006 tiene propuestas parecidas a las del Partido de los Trabajadores (PT) y hasta más progresistas, con una apuesta clara por la renta básica universal. Sin embargo, la relación entre Gomes y su antiguo jefe nunca ha sido tan mala. Gomes ha llegado a tildarlo de “fascistoide” y lo ha equiparado al actual presidente. “Bolsonaro no existiría si no fuera por la grave crisis económica y moral de los Gobiernos del PT”, dijo la semana pasada, mientras trataba de contener la fuga de votos.
La dureza del tono empleado por Gomes ha provocado malestar entre una parte de los militantes del PDT que favorecía que su líder se bajara de la carrera para facilitar una victoria de Lula en primera vuelta. La postura de Gomes ha abierto grietas incluso en su entorno familiar. En Ceará, un Estado pobre del noreste que el político gobernó en los años 90, sus hermanos hicieron campaña con el candidato a gobernador del PT. Una acción que Gomes tachó de “puñalada en la espalda”.
Apoyen a quien apoyen Tebet y Gomes, Lula parte con ventaja por el perfil de los votantes. Según una encuesta de Datafolha antes de la primera vuelta, un 31% de los votantes inseguros de Tebet y Gomes preferían al candidato de la izquierda, bastantes más de los que dudaban con Bolsonaro. Además, la opinión de los líderes no es determinante, según Claudio Couto, politólogo de la Fundación Getulio Vargas. “Los electores están más preocupados con su propia opinión que con la de los liderazgos. Creo que la mayoría tenderá a migrar a Lula por la preocupación alrededor del espíritu democrático ante el autoritarismo de Bolsonaro”, señala.
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