Claves del viaje del Papa a Canadá: del perdón a la “peregrinación penitencial” por los abusos en los internados
El pontífice concluye una visita de seis días que suscitó muestras de emoción, pero también críticas por no haber ido más allá en sus disculpas
El papa Francisco voló la tarde del viernes a Roma y dio así por terminada una visita de seis días a Canadá. El viaje, descrito por el mismo pontífice como una “peregrinación penitencial”, ha encerrado de principio a fin un mensaje de perdón por el papel de religiosos católicos en la red de antiguos internados para niños indígenas. Las disculpas del pontífice en el país norteamericano han sido una suerte de ...
El papa Francisco voló la tarde del viernes a Roma y dio así por terminada una visita de seis días a Canadá. El viaje, descrito por el mismo pontífice como una “peregrinación penitencial”, ha encerrado de principio a fin un mensaje de perdón por el papel de religiosos católicos en la red de antiguos internados para niños indígenas. Las disculpas del pontífice en el país norteamericano han sido una suerte de bálsamo para una parte de los exalumnos de estos centros y sus familias, mientras que otros deploran que no haya ido más allá.
Francisco fue recibido el domingo en el aeropuerto de Edmonton (Alberta) por el primer ministro, Justin Trudeau, la gobernadora general de Canadá, Mary Simon, y una comitiva de líderes autóctonos. Un día después, en el marco de una ceremonia en la comunidad indígena de Maskwacis, presentó sus disculpas a centenares de supervivientes de esos internados, Ya lo había hecho previamente en Roma frente a una delegación, aunque sin esa carga simbólica. “Quisiera repetir con vergüenza y claridad: pido perdón humildemente por el mal que tantos cristianos cometieron contra los pueblos indígenas”, afirmó. “Estoy dolido. Pido perdón, en particular, por el modo en el que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, también por medio de la indiferencia, en esos proyectos de destrucción cultural y asimilación forzada de los Gobiernos de la época, que finalizaron en el sistema de las escuelas residenciales”.
Unos 150.000 niños indígenas vivieron entre 1883 y 1996 en estos internados financiados por el Gobierno federal y administrados por órdenes religiosas (católicas en su mayoría). Agresiones de todo tipo, abandono y racismo fueron una constante dentro de sus muros. Algunos expertos calculan que más de 6.000 menores murieron en los centros. El hallazgo de más de 1.400 tumbas sin marcar –desde mayo de 2021- en terrenos de estas antiguas escuelas residenciales ha causado consternación dentro y fuera de Canadá. Estos descubrimientos han confirmado los párrafos más tétricos del informe publicado en 2015 por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación.
El pontífice pronunció las disculpas en otros momentos de su viaje a Canadá (tanto en homilías como en encuentros con representantes de los pueblos indígenas), insistiendo en que se trata de un primer paso en el “camino de la sanación y la reconciliación”. Las muestras de emoción afloraron, pero también los señalamientos de que pudo haber mostrado mayor vigor en sus palabras. El martes, Murray Sinclair, expresidente de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, lamentó que el Papa señalara que la tragedia de los internados fue obra de algunos católicos y no de la institución. Rose Anne Archibald, jefa de la Asamblea de Primeras Naciones de Canadá, calificó las disculpas como “cortas”. También declaró que “la reconciliación requiere de acciones”.
Distintas asambleas indígenas piden que la Iglesia católica cumpla con los montos establecidos en el acuerdo de reparación de 2007, a modo de indemnizar a exalumnos e inyectar fondos para la recuperación y la promoción de las culturas autóctonas. Otros reclamos incluyen la devolución de distintos objetos actualmente en colecciones vaticanas y el acceso a archivos para facilitar las pesquisas sobre los menores fallecidos en los antiguos internados. Asimismo, la presencia del pontífice en Canadá ha puesto en los reflectores la llamada Doctrina del Descubrimiento, empleada por la Iglesia –como resultado de bulas papales- para legitimar el decomiso de tierras y recursos durante épocas coloniales.
Francisco llegó el miércoles a Quebec. Ese mismo día, en un encuentro efectuado en la ciudadela de la capital provincial, el primer ministro Trudeau agradeció al Papa su compromiso con los pueblos indígenas y pidió que el Vaticano “tome medidas concretas” en favor de la reconciliación. La mañana del jueves, ofició una misa en la basílica de Sainte Anne de Beaupré. Por la tarde, en un rezo en la catedral de la ciudad con obispos, sacerdotes y otros miembros del clero, pidió perdón a las víctimas de violencia sexual por parte de la Iglesia Católica en Canadá. “Pienso en particular en los abusos sexuales cometidos contra menores y personas vulnerables, escándalos que exigen una acción enérgica y una lucha irreversible”, manifestó.
El Papa sostuvo un encuentro este viernes con miembros de la Compañía de Jesús en el Arzobispado de Quebec. También se reunió con otra delegación de exalumnos de los internados. Tras un viaje en avión de más de tres horas, aterrizó en Iqaluit (Territorio de Nunavut). De esta forma, se convirtió en el primer pontífice que visita un punto perteneciente al Ártico. Luego de algunos encuentros en esta comunidad habitada en su mayoría por miembros del pueblo inuit, el pontífice emprendió el regreso a Roma.
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