El Partido Conservador endurece las normas de las primarias para acelerar la sustitución de Boris Johnson
Los candidatos, 11 hasta el momento, necesitarán al menos el respaldo de 20 diputados para competir. En 2019, el umbral era solo de 8 avales. El vencedor se conocerá el 5 de septiembre
Nada ha sido normal desde la caída de Boris Johnson. Mientras los 11 candidatos preparados para competir por el liderazgo de los conservadores británicos comenzaban ya a despellejarse entre ellos antes incluso de que empezara la campaña oficial ―dosieres salvajes, acusaciones de esparcir basura informativa...―,...
Nada ha sido normal desde la caída de Boris Johnson. Mientras los 11 candidatos preparados para competir por el liderazgo de los conservadores británicos comenzaban ya a despellejarse entre ellos antes incluso de que empezara la campaña oficial ―dosieres salvajes, acusaciones de esparcir basura informativa...―, el partido aceleraba la decisión de endurecer las normas para presentarse a las primarias. Si en 2019 bastaban 8 avales de compañeros diputados para entrar en la primera votación, el Comité 1922 (el organismo que reúne a los diputados tories sin cargo en el Gobierno, encargado de organizar el proceso de primarias y elección de nuevo líder) ha decidido este lunes aumentar considerablemente el listón: sin el apoyo de 20 parlamentarios conservadores, nadie podrá competir.
“A partir de la primera votación, todo aquel candidato que no supere los 30 votos quedará descartado”, ha explicado Graham Brady, el presidente del comité. “Queremos un proceso suave, limpio y rápido que ofrezca suficiente tiempo como para que los afiliados puedan conocer a los dos candidatos finales”, ha asegurado ante el Parlamento de Westminster, cuando ya se ha decidido finalmente el cambio de reglas. En 2019, cuando se celebró el proceso de primarias después de la dimisión de la entonces primera ministra, Theresa May, los apoyos requeridos para superar la primera votación eran 17. El umbral de 30 pone muy cuesta arriba la apuesta a algunos de los aspirantes menos populares.
Las candidaturas finales, con su número de avales, deberán presentarse este martes. Se sabrá ya entonces quiénes llegan a la primera votación. El miércoles se convocará ya a los diputados a las urnas. El procedimiento funciona por descarte. En la primera ronda deberá superarse el nuevo umbral de 30 votos. En las siguientes, se irá eliminando al rival que obtenga menos votos. El jueves también habrá votación, y el próximo lunes. Es posible que, para entonces, ya se conozcan los dos candidatos que queden en pie para la segunda fase.
Durante todo el verano, tendrán la oportunidad de celebrar todos los hustings (encuentros con miembros del partido, y también con votantes, en la jerga política británica). Brady se ha comprometido a que el nombre del vencedor se haga público el 5 de septiembre, justo al comienzo del nuevo periodo de sesiones del Parlamento después del verano.
Con un país que sufre una inflación galopante ―la peor de todo el grupo de naciones del G-7―, situada en el 9,1% en mayo, y con la perspectiva de una recesión a finales de año, como ha anunciado el Banco de Inglaterra, los conservadores quieren que el tiempo que permanezca Boris Johnson al frente de Downing Street como primer ministro interino sea el menor posible. El propio Johnson, que asegura estar comprometido a realizar una mera función de custodio de la estabilidad institucional, no ha querido este lunes mostrar su respaldo a ninguno de los candidatos. “No me gustaría dañar las oportunidades de nadie al ofrecerle mi apoyo”, ha reconocido Johnson, consciente a su pesar de que se ha convertido en materia tóxica para gran parte del Partido Conservador.
Solo pueden quedar dos
A media tarde de este lunes, solo 2 de los 11 aspirantes ―un dato no definitivo, pero que apunta la tendencia de la competición—tenían ya completado el umbral de los 20 apoyos. Al menos la mitad del grupo parlamentario no se ha pronunciado aún sobre por quién se inclina, con lo cual es muy posible que este martes cambie la suerte de alguno más de los candidatos que a día de hoy están lejos de tener posibilidades de entrar en la carrera.
El exministro de Economía Rishi Sunak, el claro favorito, según los sondeos, y el primero en lanzar su candidatura, tenía 38 avales. La secretaria de Estado de Comercio, Penny Mordaunt, enormemente popular entre los miembros del Partido Conservador, tenía 21. Les seguían el presidente de la Comisión de Exteriores del Parlamento, Tom Tugendhat, con 19; la ministra de Exteriores, Liz Truss, con 15; empataban con 13 avales cada uno el exministro de Sanidad y exrival de Johnson en las primarias de 2019, Jeremy Hunt, el actual ministro de Economía, Nadhim Zahawi, y Kemi Badenoch. Esta última, la secretaria de Estado para Gobierno Local, Vecindades y Asuntos Religiosos, de padres nigerianos, ha sido una de las sorpresas de la competición, con un apoyo más que considerable.
La abogada general del Estado, Suella Braverman, que cuenta con el apoyo de diputados relevantes del grupo de los euroescépticos, cuenta con 11 avales. El exministro de Sanidad Sajid Javid, el primero en dimitir del Gobierno de Johnson y acelerar la crisis que acabó con su renuncia el pasado jueves, tiene 10 apoyos. El ministro de Transporte, Grant Shapps, cuenta con 7. Finalmente, la ministra de Interior, Priti Patel, quien aún no ha hecho oficial su candidatura, pero ha dado pistas de querer competir, tendría ya 9 diputados comprometidos con su causa. En el caso de que se lanzara a la piscina, esta dirigente, que se ha labrado fama de dura con su política de inmigración, podría acaparar mucho apoyo entre los defensores a ultranza del Brexit.
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