Críticas y enfado por el tiempo de respuesta de la policía en la matanza de Uvalde
Los padres de las víctimas cuestionan por qué el tirador estuvo más de una hora dentro de la escuela hasta que fue abatido
Después del dolor ha llegado la ira. El tiempo de respuesta de la policía al tiroteo en la escuela primaria de Uvalde, en Texas, está en el centro de las críticas, dos días después de un acto de barbarie que aún nadie puede explicar. Los habitantes de esta pequeña ciudad se preguntan por qué tardaron tanto en llegar las diferentes fuerzas al sitio donde perdieron la vida 19 niños y dos maestras. El tirador descargó su letal rifle semiautomático...
Después del dolor ha llegado la ira. El tiempo de respuesta de la policía al tiroteo en la escuela primaria de Uvalde, en Texas, está en el centro de las críticas, dos días después de un acto de barbarie que aún nadie puede explicar. Los habitantes de esta pequeña ciudad se preguntan por qué tardaron tanto en llegar las diferentes fuerzas al sitio donde perdieron la vida 19 niños y dos maestras. El tirador descargó su letal rifle semiautomático desde las 11.40 de la mañana hasta que fue abatido, aproximadamente a la una de la tarde. Las autoridades locales, en cambio, defienden su actuación y aseguran que la reacción impidió que creciera el saldo de fallecidos en la que es la matanza escolar más grave que ha vivido Estados Unidos en la última década.
Un vídeo publicado este jueves en The Washington Post revela los minutos de frustración y pánico que vivieron los padres de las víctimas de la escuela Robb. “Hay un tiroteo en la escuela y estos policías le están diciendo a los padres que se vayan, no los dejan recoger a sus hijos”, dice la voz de un hombre que estaba emitiendo en directo afuera del centro. El vídeo se borró horas después, pero ha sido recuperado por la agencia digital Storyful. “¡Mátenlo o hagan algo, maldita sea!”, gritaba una mujer con frustración en otro momento de la grabación.
La investigación, en manos de autoridades federales como el FBI y la Agencia de Alcohol, Tabaco y Armas, está en desarrollo e intenta llenar los huecos en la línea de los acontecimientos. Desde que Salvador Ramos abandonó la casa de su abuela tras dispararle en la cara, después de las 11.00 del martes, hasta su propia muerte dentro de una de las aulas de la escuela que atacó. Las autoridades han dado a conocer que el tirador, quien estaba armado con un rifle automático AR 15, entró en el colegio a las 11.40.
Los primeros agentes de la policía local llegaron cuatro minutos después, siempre de acuerdo con el relato oficial. Las imágenes tomadas por un testigo anónimo muestran a policías vigilando el perímetro de la escuela, asegurándose que los padres no entraran al sitio. “Saben que son niños pequeños, ¿verdad? ¡No pueden defenderse a sí mismos! ¡Hay niños de seis años allí que no saben defenderse de un tirador!”, gritaba el hombre que grabó el vídeo.
Según Víctor Escalon, portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas, los primeros policías en la escena intervinieron disparando contra el agresor, un joven de 18 años. “No entran por el fuego que están recibiendo, pero llaman para obtener refuerzos”, aseguró el funcionario en una rueda de prensa. Escalon afirma que la evacuación de los menores comenzó a hacerse desde que los primeros oficiales llegaron al lugar.
“¿Dónde estaban los policías?”, se preguntaba el martes Adolfo Cruz frente a la escuela. El hombre, de 69 años, llevaba toda la tarde buscando a su nieta, Elihana Torres, de 10. Cruz no lo sabía entonces, pero el cuerpo de la menor estaba dentro de la escena del crimen. Apenas horas después de la agresión, fue uno de los primeros familiares que se mostraba indignado contra el Distrito Escolar Independiente de Uvalde, un órgano que rige a las escuelas y que cuenta con su propia policía, encargada de vigilar los campus. “Es una fuerza que todos pagamos con nuestros impuestos y no hicieron nada...”, dijo Cruz a este periódico.
El papel de esta diminuta fuerza compuesta por un jefe de policía, un detective y cuatro agentes, todos ellos armados, también está siendo revisado. El Gobierno de Texas aseguró en un primer momento que uno de estos policías fue el primer agente con el que tuvo contacto el tirador. Esta versión fue corregida este jueves, cuando se informó de que nadie impidió el paso de Salvador Ramos al centro educativo. El asesino solo tuvo que saltar la cerca que rodea la escuela, una de las 21 medidas contempladas por el distrito escolar para impedir sucesos como el del martes.
El equipo especial táctico tardó una hora en llegar a la escuela desde que se pidieron refuerzos, admitió Escalon. Este estuvo formado por varios agentes federales, especialmente de la patrulla fronteriza, entró en la escuela y finalmente mató a Ramos. “Inmediatamente, se convirtió en una operación de rescate, de cómo salvar a los niños”, dijo el portavoz. El tiroteo también dejó 17 personas heridas.
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