Zelenski confirma que “las fuerzas rusas ya han empezado la batalla de Donbás”

Al menos siete muertos en un ataque con misiles a Lviv, en la franja occidental del país. El Gobierno ucranio afirma que Mariupol ya no existe y que Rusia ha decidido “arrasar la ciudad hasta los cimientos”

Los bomberos trataban de apagar el lunes un incendio provocado por el ataque de misiles rusos en Lviv, en el oeste de Ucrania.Foto: JOE RAEDLE (GETTY IMAGES) | Vídeo: EPV

La gran ofensiva rusa en el este de Ucrania ha comenzado. Después de días de reagrupamiento y reorganización, las tropas del Kremlin han intensificado sus ataques en la región oriental del país. “Las fuerzas rusas ya han empezado la batalla de Donbás, para la que llevan tiempo preparándose”, confirmó el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, el lunes por la noche en un vídeo. El mismo día en que Moscú redoblaba sus ataques contra el este, la violencia volvió a acercarse a la frontera de Ucrania con la Unión Europea. Varios ataques con misiles a la ciudad de Lviv, a unos 70 kilómetros de terri...

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La gran ofensiva rusa en el este de Ucrania ha comenzado. Después de días de reagrupamiento y reorganización, las tropas del Kremlin han intensificado sus ataques en la región oriental del país. “Las fuerzas rusas ya han empezado la batalla de Donbás, para la que llevan tiempo preparándose”, confirmó el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, el lunes por la noche en un vídeo. El mismo día en que Moscú redoblaba sus ataques contra el este, la violencia volvió a acercarse a la frontera de Ucrania con la Unión Europea. Varios ataques con misiles a la ciudad de Lviv, a unos 70 kilómetros de territorio polaco, causaron el lunes la muerte de al menos siete personas, según informó el responsable de la administración militar regional, Maksim Kozitskii. Según el alcalde de la ciudad, Andrii Sadovi, son las primeras víctimas mortales civiles en esta ciudad durante la invasión. En el sudeste, la ciudad de Mariupol se resiste a ceder el control a Rusia ante el atroz asedio militar que sufre desde hace semanas y el ultimátum del Kremlin para su rendición.

“Podemos confirmar que las tropas rusas han comenzado esa batalla”, aseguró Zelenski en referencia a la prevista ofensiva en Donbás. El presidente ucranio añadió que el Ejército ucranio “batallará” y “no cederá”, informa Efe. “El Ejército ruso ha concentrado gran parte del total de sus efectivos ahí para concentrarse en su ofensiva”, afirmó Zelenski. “No importa cuántas tropas rusas se desplieguen: nosotros lucharemos”, agregó.

Las autoridades regionales de Lugansk ya habían informado por la mañana del lunes del inicio de la gran ofensiva rusa en el este de Ucrania, tras varios días de preparativos y concentración de tropas en esa parte del país. “La ofensiva ya ha comenzado”, afirmó a primera hora en un comunicado la administración militar regional, que añadió que se luchaba por las calles de la localidad de Kreminna (unos 22.000 habitantes antes de la guerra). En un mensaje difundido a través de su cuenta de Telegram, la administración militar regional añadió que la evacuación de civiles era “imposible”. Desde el este de Ucrania se reportaron de madrugada nuevos ataques rusos con misiles contra la ciudad de Kramators, así como en otras poblaciones de Donetsk, como Vugledar, Marinka y Gradiv.

El Pentágono también alertó el lunes de que Rusia estaba enviando refuerzos de material y soldados a la región, el escenario de una guerra de ocho años entre los separatistas prorrusos apoyados por Moscú y Ucrania. John Kirby, portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, aseguró en una rueda de prensa que han observado la llegada a Donbás de equipamiento de artillería, apoyo para helicópteros y elementos para facilitar las operaciones de comando y control. Según Kirby, Rusia ha enviado a la región en los últimos días más de 10 grupos tácticos de batallón, unidades que cuentan con entre 600 y 800 efectivos, con un alto nivel de preparación para librar combates de alta intensidad con distintos tipos de armas.

En su parte del lunes, el Ministerio de Defensa ruso afirmó haber golpeado cerca de Mikolaiv, en el sur del país; Barvenkovo, en la región de Járkov, en el noreste; en Popasna, en la de Lugansk, y en Yampol y Kramatorsk, en la de Donetsk, en la franja oriental de Ucrania.

Ataque en el oeste

En el ataque a Lviv, en el que la víctima mortal más joven tiene 30 años, también resultaron heridas al menos 11 personas, entre ellas un niño. El alcalde reveló que fueron cinco los misiles que cayeron en el municipio, y que fueron cuatro los que causaron la destrucción en el casco urbano: tres cohetes fueron dirigidos a edificios militares y un cuarto cayó en una estación de reparación de coches. En esta última localización perdieron la vida cuatro personas, según Kozitskii. El jefe militar de la provincia de Lviv solo precisó que el bombardeo había impactado en infraestructuras militares, entre ellas, un almacén en desuso. El Ministerio de Defensa ruso afirmó que los bombardeos iban dirigidos a un centro logístico del Ejército ucranio cerca de Lviv donde se almacenaban armas de origen extranjero, según la agencia TASS, citada por Reuters.

Las autoridades ucranias limitan al máximo que los medios de comunicación difundan detalles e imágenes sobre las acciones enemigas contra objetivos considerados estratégicos, incluso bajo amenaza de pena de cárcel. Así sucedió el 26 de marzo, cuando dos ataques con misiles de precisión Kalibr destruyeron en el centro de Lviv unos depósitos de combustible y dañaron unos hangares de reparación de tanques. El Ejército no reveló esta información e incluso impidió a los periodistas que tomaran imágenes de los destrozos que las bombas rusas causaron en una escuela vecina a los hangares.

El 13 de marzo, los misiles rusos apuntaron a la base militar de Yavoriv, a unos 40 kilómetros al noroeste de la ciudad y a 20 kilómetros de Polonia, con un balance de al menos 35 personas muertas y 134 heridos. La base volvió a ponerse en funcionamiento poco después como centro de formación militar, según confirmaron a EL PAÍS fuentes del Ejército. Los portavoces militares de Lviv indicaron que el ataque del lunes, como el de Yavoriv, posiblemente se ha llevado a cabo desde bombarderos que han despegado desde bases rusas en el mar Caspio. La aviación de las fuerzas invasoras evita sobrevolar Ucrania por las numerosas bajas que han causado los sistemas de defensa antiaérea.

El alcalde de Lviv detalló en rueda de prensa que, entre los heridos del lunes, hay dos personas en estado crítico. Ocho edificios de viviendas y un colegio sufrieron desperfectos. “Actualmente, no hay ciudades seguras y peligrosas en Ucrania”, dijo Sadovi para alertar a la población del peligro, pese a la aparente tranquilidad en la que viven las provincias occidentales del país, en comparación con las del frente de guerra oriental y del sur. “Reclamo otra vez más a los residentes de Lviv que cuando oigan las sirenas, se dirijan a los refugios. Eso les salvará la vida”, insistió el regidor. En grandes ciudades como Lviv o Dnipró, alejadas de las zonas más castigadas por la guerra, una elevada parte de la población hace caso omiso de las sirenas que alertan de un posible ataque aéreo. Estas se activan cuando los radares ucranios detectan misiles enemigos que pueden dirigirse a su territorio.

Lviv ha sido, desde el inicio de la invasión rusa, el 24 de febrero, uno de los principales puntos de salida del país para los ucranios que huían de la guerra, por su cercanía con la frontera polaca. La mayoría de los casi cinco millones de refugiados ucranios en el extranjero han pasado por Lviv en dirección a Polonia. Pero esta región también desempeña un papel determinante en la recepción de material militar procedente de los países europeos y norteamericanos miembros de la OTAN. El Ministerio de Defensa ruso ha advertido de que los convoyes con armamento que entran a Ucrania por las fronteras occidentales son también un objetivo a destruir.

Ofensiva contra objetivos militares

En Kiev, la capital del país, se escucharon el lunes explosiones cerca del río Dnipró, mientras que el medio de comunicación Suspilne informó de que dos personas resultaron heridas en ataques en la región sur de Dnipropetrovsk, en el centro del país.

Por su parte, la aviación rusa afirmó haber llevado a cabo más de un centenar de ataques a objetivos militares en Ucrania, según el parte bélico matutino del Ministerio de Defensa de Rusia. “La aviación operacional-táctica de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia atacó 108 áreas de concentración de personal y equipo militar ucranio”, indicó el portavoz Igor Konashénkov. Según la información del ministerio que encabeza Serguéi Shoigú, la ofensiva destruyó 16 instalaciones militares ucranias durante la noche, incluidos ‎‎cinco puestos de mando, un depósito de combustible y tres almacenes de municiones, así como ‎‎blindados y fuerzas ucranianas.‎

Mariupol resiste

Mientras Rusia mantiene bombardeos en varios puntos del país, la castigada Mariupol resiste al asedio y al ultimátum de las Fuerzas Armadas rusas. El ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, afirmó el lunes que esta ciudad “ya no existe” tras los enormes daños materiales causados por los ataques rusos, y resaltó que la situación en la ciudad es “dura a nivel militar” y “descorazonadora”. “La ciudad ya no existe. Lo que queda de las tropas ucranias y un gran grupo de civiles están básicamente rodeados por las fuerzas rusas. Continúan su lucha, pero parece, por la forma en la que se comportan los rusos en Mariupol, que han decidido arrasar la ciudad hasta los cimientos a cualquier precio”, manifestó.

Kuleba resaltó, en una entrevista concedida a la cadena de televisión estadounidense CBS, que durante las últimas semanas “no ha habido contactos con diplomáticos rusos a nivel del Ministerio de Exteriores”, e incidió en que, tal y como ha señalado el presidente Zelenski, “Mariupol podría ser una línea roja”.

Zelenski criticó el domingo el retraso de algunos países aliados en las entregas de munición y armas que el Gobierno de Ucrania ha estado solicitado desde el inicio de la guerra. “Estamos agradecidos con aquellos que realmente ayudan con todo lo que pueden. Pero aquellos que tienen las armas y municiones que necesitamos y retrasan su provisión deben saber que el destino de esta batalla también depende de ellos”, sostuvoo el mandatario ucranio en su discurso diario a la población.

El presidente ucranio aseguró que cada retraso en la entrega de armas es “un permiso” para que Rusia “se lleve la vida” de los ucranios. “Así lo interpreta Rusia”, añadió. El Kremlin insistió el lunes en que continuará la campaña militar en Ucrania. La guerra, según el Gobierno de Vladímir Putin, marcha “según el plan” previsto. “La operación militar especial continúa. El presidente dijo recientemente que todo marcha según lo previsto”, afirmó el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria.

El portavoz del Kremlin se refirió a las negociaciones con Kiev para alcanzar un alto el fuego y dijo que “la postura (de Ucrania) cambia a menudo y la dinámica de la marcha del proceso negociador deja mucho que desear”.

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