Un simpatizante del ISIS causa al menos seis heridos en un ataque en un supermercado de Nueva Zelanda
La policía ha abatido al presunto terrorista. Tres personas se encuentran en estado crítico y una, grave
A las dos de la tarde de este viernes (hora local; 10 horas menos en la España peninsular), un hombre entró en un supermercado de Auckland, la mayor ciudad de Nueva Zelanda, cogió un cuchillo de un estante y empezó a apuñalar a los clientes que tenía más cerca. La rápida actuación de la policía neozelandesa impidió que el ataque fuera mayor de lo que ha sido: en tan solo 60 segundos los agentes dispararon y abatieron al autor del suceso, que de momento es la única víctima mortal. Seis personas han resultado heridas, tres de el...
A las dos de la tarde de este viernes (hora local; 10 horas menos en la España peninsular), un hombre entró en un supermercado de Auckland, la mayor ciudad de Nueva Zelanda, cogió un cuchillo de un estante y empezó a apuñalar a los clientes que tenía más cerca. La rápida actuación de la policía neozelandesa impidió que el ataque fuera mayor de lo que ha sido: en tan solo 60 segundos los agentes dispararon y abatieron al autor del suceso, que de momento es la única víctima mortal. Seis personas han resultado heridas, tres de ellas en estado muy crítico. La primera ministra del país, Jacinda Ardern, ha calificado los hechos como “atentado terrorista”.
Durante una comparecencia ante la prensa, Ardern ha informado de que el atentado fue perpetrado por un ciudadano originario de Sri Lanka y simpatizante del Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés). Aunque su identidad no se puede revelar por orden judicial, Ardern ha explicado que se trata de “lobo solitario” que llegó a Nueva Zelanda en 2011. El pasado mes de mayo, el Tribunal Supremo lo declaró culpable de poseer propaganda de la organización de terrorismo islamista, y decretó que estuviera bajo vigilancia policial las 24 horas del día.
El fiscal intentó que se le juzgara bajo la Ley Antiterrorista, pero el juez concluyó que no había suficientes pruebas para proceder. Cuando los periodistas han cuestionado porque un individuo considerado tan peligroso seguía en la comunidad, Ardern ha defendido la actuación de las autoridades: “Por ley no podíamos retenerlo en prisión. Si hubiera cometido un acto criminal que nos hubiera permitido encarcelarlo, así lo hubiéramos hecho. Desafortunadamente, no lo cometió”.
La policía ha reiterado que el hombre ha actuado solo y que no se ha registrado ninguna otra amenaza, por lo que la alerta terrorista se mantendrá como hasta ahora a nivel medio. Los neozelandeses aún no se han recuperado del mayor atentado terrorista de su historia, cometido en marzo del 2019 en la ciudad de Christchurch, cuando el supremacista blanco Brenton Tarrant atacó dos mezquitas y causó la muerte de 51 personas. En esa ocasión Jacinda Ardern emergió como un ícono de paz y concordia al ofrecer todo su apoyo a la comunidad musulmana. Esta vez ha hecho lo mismo al apresurarse a dejar claro que el atacante del supermercado no representa a nadie. “Lo que ha pasado hoy es despreciable”, ha manifestado Ardern. “Está mal, es abominable, y ha sido cometido por un individuo, no por una fe, ni una cultura, ni una etnia. Solo se trata de una persona que simpatiza con una ideología que aquí no tiene el apoyo de ninguna persona ni de ninguna comunidad”.
La ciudad de Auckland está paralizada desde el 17 de agosto, cuando se detectó el primer caso comunitario de la variante delta de la covid-19. El Gobierno decretó el confinamiento de la población y solo los servicios esenciales como los supermercados tienen permiso para abrir. El ataque terrorista de este viernes se ha producido en una tienda Countdown, que forma parte de una de las cadenas de supermercados más importantes del país. Encerrados en sus casas, los neozelandeses han observado con horror las escenas de pánico filmadas en el supermercado, sito en un complejo comercial, y compartidas en las redes sociales.
Los mensajes de apoyo a la policía han empezado a multiplicarse de forma inmediata, tan pronto como se ha sabido que los agentes han seguido al atacante desde su casa al supermercado y siempre se han mantenido a corta distancia de él.
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