Macron promete reforzar la policía y combatir el tráfico de drogas a un año de las elecciones

El presidente francés asegura que cumplirá su promesa de aumentar las fuerzas de seguridad con hasta 10.000 agentes suplementarios y propone un “debate nacional sobre el consumo de estupefacientes”

El presidente francés, Emmanuel Macron, durante su visita al barrio La Mosson de Montpellier, este lunes.Guillaume Horcajuelo (AP)

El presidente francés, Emmanuel Macron, defendió este lunes su acción en materia de seguridad ciudadana y aseguró que cumplirá la promesa de reforzar los agentes del orden con 10.000 uniformados suplementarios antes de que acabe su mandato. El jefe de Estado galo visitó una comisaría y un barrio conflictivo en el sureste del país para escenificar su compromiso en este campo a un año de las elecciones presidenciales para las que, aunque aún no ha oficializado su candidatura, Macron corteja ya a un electorado de de...

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El presidente francés, Emmanuel Macron, defendió este lunes su acción en materia de seguridad ciudadana y aseguró que cumplirá la promesa de reforzar los agentes del orden con 10.000 uniformados suplementarios antes de que acabe su mandato. El jefe de Estado galo visitó una comisaría y un barrio conflictivo en el sureste del país para escenificar su compromiso en este campo a un año de las elecciones presidenciales para las que, aunque aún no ha oficializado su candidatura, Macron corteja ya a un electorado de derechas que considera la seguridad una cuestión clave en la que el Gobierno no ha hecho lo suficiente.

Coincidiendo con su desplazamiento, en una entrevista que publica este lunes el diario conservador Le Figaro, Macron aseguró además que la guerra contra el tráfico de estupefacientes, que apunta como especialmente responsable de la inseguridad ciudadana, es “la madre de las batallas” y anunció que lanzará un “gran debate nacional sobre el consumo de droga y sus efectos perjudiciales”.

La secuencia estaba calculada al milímetro. Macron se desplazó el lunes hasta Montpellier, una ciudad bajo mandato socialista, acompañado de su ministro del Interior, Gérald Darmanin, que desde febrero encabeza un grupo de trabajo con sindicatos de policía para reformar una institución contra la que en 2020 se vertieron numerosas acusaciones de racismo y violencia policial. El responsable de Interior, uno de los miembros más conservadores del Gabinete de Macron, es también el principal impulsor de la recién aprobada ley de seguridad global, muy cuestionada entre otros por su potencial efecto negativo en la libertad de expresión.

El presidente discutió con agentes sobre la seguridad ciudadana y los problemas de delincuencia, a menudo relacionados con el tráfico de drogas, explicaron los uniformados. Macron no iba de vacío. “Los franceses verán más azul sobre el terreno en 2022 que en 2017”, había prometido poco antes desde las páginas de Le Figaro. Los 10.000 policías y gendarmes suplementarios anunciados al comienzo de su Gobierno “estarán todos sobre el terreno antes de que acabe el quinquenio”, aseguró el mandatario, que también anunció la creación de una “escuela de guerra con formación continua” para los policías —su falta de preparación es una de las principales críticas a las fuerzas del orden, que también reclaman mejor preparación— que tendrá su sede en Montpellier y la mejora de sus equipos.

Una mayor presencia policial “da seguridad a la gente y disuade a los delincuentes. Trabajo por el derecho a una vida tranquila”, aseveró el presidente en tono electoral.

Según una reciente encuesta del instituto Elabe, tras el empleo y el poder adquisitivo, la seguridad es uno de los temas que “más contarán” para los franceses de cara a 2022. “El presidente del caos, de la violencia en todas partes, todo el tiempo (…) nos vende ahora la ‘vida tranquila’”, ironizó la líder de ultraderecha Marine Le Pen sobre las declaraciones de Macron. “Desde hace cuatro años, el presidente no entiende que su papel es garantizar la seguridad de los franceses”, comentó también el presidente de la región Hauts de France, Xavier Bertrand, que ya ha manifestado su interés de postularse como candidato conservador en 2022.

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Macron también visitó La Mosson, un “barrio de reconquista republicana”, como se denomina a los barrios identificados como zonas especialmente afectadas por la delincuencia y el tráfico de drogas en los que, desde 2018, el Gobierno despliega una mayor presencia policial.

El tráfico de drogas es “la matriz económica de la violencia” en Francia, según Macron. “Erradicarla por todos los medios posibles se ha convertido en la madre de las batallas, ya que la droga inerva ciertas redes separatistas, pero también la delincuencia común (…) No dar descanso a los traficantes de droga es hacer recular la delincuencia en todas partes”, afirmó en el diario francés, en el que también criticó a los defensores de la legalización de las drogas blandas. “Al contrario, pienso que hay que frenar los estupefacientes. Decir que el hachís es inocente es más que una mentira (…) ¿Cuántos jóvenes, porque empiezan a fumar en el instituto, acaban abandonando el sistema escolar y arruinan sus posibilidades?”, se preguntó el mandatario, que quiere un “gran debate nacional” sobre el tema. “Aquellos que se drogan, y esto concierne a todas las categorías sociales, deben comprender que no solo ponen en peligro su salud, sino que alimentan un tráfico más grande. Uno se lía un porro en su salón y acaba alimentando la fuente de inseguridad más importante”, dijo de una propuesta que aún no ha detallado.

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