El vendedor de huevos que hace las preguntas incómodas en Brasil

Un colectivo circula por São Paulo con una furgoneta que cuestiona a los políticos por sus altavoces, con el presidente Bolsonaro como principal punto de mira

El “coche del huevo”, manifestación del colectivo Aparelhamento, en las calles de São Paulo.lucas bambozzi (LUCAS BAMBOZZI)

Vender huevos y discutir de política. Dos actitudes que no parecen tener ninguna relación, pero que un colectivo en São Paulo se ha encargado de unir durante las últimas semanas. El grupo Aparelhamento ha sacado a la calle de la capital una furgoneta que vende el producto artesanal proveniente de las gallinas criadas en libertad ―30 unidades a 10 reales, unos dos dólares―, pero cuyo objetivo final no es ganar dinero, sino plantear cuestiones políticas y de relevancia nacional. “El coche del huevo [un juego de palabras con “pueblo” —que en portugués es más evidente: ovo/povo—, seg...

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Vender huevos y discutir de política. Dos actitudes que no parecen tener ninguna relación, pero que un colectivo en São Paulo se ha encargado de unir durante las últimas semanas. El grupo Aparelhamento ha sacado a la calle de la capital una furgoneta que vende el producto artesanal proveniente de las gallinas criadas en libertad ―30 unidades a 10 reales, unos dos dólares―, pero cuyo objetivo final no es ganar dinero, sino plantear cuestiones políticas y de relevancia nacional. “El coche del huevo [un juego de palabras con “pueblo” —que en portugués es más evidente: ovo/povo—, según los organizadores] quiere saber: ¿por qué estaba escondido Queiroz en la casa del abogado de la familia Bolsonaro?” es una de las preguntas que se oyen por los altavoces de la furgoneta que sorprende, alegra e indigna a quien transita por la ciudad más grande de América Latina, y que repercute en redes sociales.

El colectivo artístico Aparelhamento nació en 2016, en un contexto de protesta contra la destitución de la presidenta Dilma Rousseff. El grupo, desde entonces, busca hacer “críticas contundentes a toda lógica golpista que afecta a Brasil hasta hoy”, aludiendo al proceso por el que el vicepresidente Michel Temer acabó asumiendo la presidencia. En su página de Facebook, Aparelhamento se define como un grupo abierto de más de 150 artistas con el objetivo de interferir en la “política en curso en Brasil”. El manifiesto del grupo, en la misma red social, redactado en 2016 y modificado a lo largo de los años, no deja dudas acerca de su línea política. Escrito en mayúsculas, empieza con “¡Fuera, Temer!” y termina con “¡Fuera Bolsonaro, Fuera los paramilitares!”. El propio grupo deja claro que “nuestras acciones no son partidistas, en el sentido de que no están financiadas por ningún partido; pero no somos ni un poco neutrales, nos mojamos”. Para conversar con EL PAÍS, los integrantes de Aparelhamento pidieron que todas las respuestas se entendiesen como del propio colectivo en su conjunto, sin asociarlas a un miembro.

En el caso del coche del huevo, la idea surgió a partir de la necesidad de entrar en el debate político actual, en plena pandemia del nuevo coronavirus y de las crisis políticas vividas por el Gobierno de Bolsonaro. “Funciona como una ‘llamada a revisión’ de la conciencia y coquetea con la incomodidad de este lugar de testigo en el que nosotros, como sociedad, nos situamos”, explica el grupo.

Los huevos son parte del mensaje. De hecho, el colectivo los vende, pero más baratos de lo que les cuestan. Son huevos artesanales que, según ellos, provienen de “gallinas felices” criadas en libertad. Además, también los cocinan allí mismo para entregárselos a los indigentes que viven en la calle. La palabra también tiene su función, ya que la frase “el huevo quiere saber”, utilizada como introducción a las preguntas que hacen por el megáfono, juega con la similitud entre ovo (huevo) y povo (pueblo).

Pero los artistas dejan claro que el propósito principal es discutir política. “Nuestras preguntas giran en torno a los delitos cometidos contra la sociedad brasileña”, aseguran. De ahí surgen preguntas sobre el hallazgo de Fabrício Queiroz, exasesor de Flávio Bolsonaro y pieza clave en las acusaciones que pesan sobre el actual senador por desvíos de fondos cuando era diputado regional, en la casa de Frederick Wassef, abogado de la familia del presidente, en el municipio de Atibaia; sobre los 89.000 reales [unos 17.500 dólares] que Queiroz ingresó en la cuenta de la primera dama, Michelle Bolsonaro; y hasta sobre los 33.000 reales [unos 6.500 dólares] que encontraron en los calzoncillos del senador Chico Rodrigues, uno de los líderes del Gobierno Federal en el Senado, en el Estado de Roraima. “Lo vemos y no hacemos nada, sin reconocer lo implicadas que están nuestras vidas en los delitos cometidos aún sin respuesta”, protesta el grupo.

El contexto en el que la protesta política cobró popularidad, en víspera de la segunda vuelta de las elecciones municipales en São Paulo, provocó un cuestionamiento sobre una posible “campaña política encubierta”. El grupo dice que el blanco principal es Jair Bolsonaro, quien por su parte no apoyó públicamente ni a Bruno Covas (PSDB, Partido de la Social Democracia Brasileña) ni a Guilherme Boulos (PSOL, Partido Socialismo y Libertad), los principales nombres de los comicios de São Paulo. El colectivo admite que “hubo un cuidado para no nombrar a ningún candidato predilecto, pero está claro que el pensamiento que se desprende de las preguntas anunciadas produce un contraste patente con el pensamiento arrogante, privatista, neoliberal y elitista, que es el motor del PSDB”, opinan.

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Esa postura contundente causó reacciones “sorprendentes” entre la gente, a juicio del colectivo. El grupo asegura que muchas personas se identificaron con la acción y que, de paso, compraron huevos al estar a buen precio. A otras, sin embargo, no les sentó bien. “Muchos interpretaron la pregunta como un insulto. Pero son hechos, no son divagaciones ni suposiciones”, justifica el grupo. “Los que se lo tomaron más a pecho parecían estar identificados con el Gobierno Federal, y no buscando respuestas de interés colectivo”, concluyó.

A pesar de esos encontronazos, la idea de Aparelhamento es que el coche del huevo crezca y rebase fronteras. “Queremos ayudar a que se haga en otras ciudades y estados, que otros grupos lo dirijan, con versiones distintas y particularidades regionales, culturales, políticas”, apuntan. No en vano, las elecciones generales de 2022 están a la vuelta de la esquina.

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