Saeb Erekat, un negociador infatigable

El veterano diplomático palestino falleció el pasado martes a los 65 años

Asistentes al funeral por el diplomático palestino Saeb Erekat, el pasado miércoles en Jericó.DPA vía Europa Press (Europa Press)

Era noche de luna llena en la localidad egipcia de Taba. El año, 2001. El claro de luna bendecía la cena de Shabat organizada por los negociadores israelíes, a cuyo frente estaba el diplomático Shlomo Ben-Ami, y a la que me habían invitado a participar junto a la delegación palestina. Saeb Erekat y Abu Alaa presidían esta delegación. La esperanza y el entusiasmo por una paz entr...

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Era noche de luna llena en la localidad egipcia de Taba. El año, 2001. El claro de luna bendecía la cena de Shabat organizada por los negociadores israelíes, a cuyo frente estaba el diplomático Shlomo Ben-Ami, y a la que me habían invitado a participar junto a la delegación palestina. Saeb Erekat y Abu Alaa presidían esta delegación. La esperanza y el entusiasmo por una paz entre israelíes y palestinos se sentía en el compromiso y en la actitud que compartían ambas delegaciones.

Saeb, mi amigo del alma palestino, el negociador infatigable, me autorizó junto a su homólogo israelí Gilead Sher a tomar nota de los extraordinarios avances para cerrar un acuerdo final. Es lo que se denominó el “Documento de Taba”.

Hoy, con un amanecer muy similar a los del otoño madrileño, me visita el recuerdo de la mañana del 29 de octubre de 1991, cuando conocí por primera vez a Saeb Erekat, hace 29 años, en la Conferencia de paz de Madrid.

Escribo estas líneas entrecortadas como homenaje a este palestino que desafió el protocolo diplomático vistiendo la kufiyya, en el Palacio de Oriente de Madrid. Su gesto no trataba de ser un desafío para provocar, solamente quería reflejar la dignidad y orgullo que sentía por defender su causa, la causa palestina, por el mundo.

Escribir sobre Saeb Erekat es escribir sobre la paz y la negociación. Cientos de miles de horas dedicadas exclusivamente a lograr la paz mediante la negociación diplomática. Tres conceptos son consustanciales a la personalidad de este palestino de Jericó: la paz, la no-violencia, y por consiguiente la negociación y la honestidad.

La historia palestina ha inscrito a muchos líderes en sus anales, pero Saeb ocupará sin duda un lugar excepcional a la hora de contabilizar los esfuerzos, la voluntad y el empeño por alcanzar una solución negociada con sus interlocutores y amigos israelíes.

Necesitaría mucho más tiempo y espacio para poder recordar las múltiples contribuciones de Saeb Erekat en Oriente Próximo. Algunos amigos israelíes, desesperados por la agudeza y la capacidad dialéctica de Saeb, llegaban incluso a caricaturizarle: “El negociador que negocia consigo mismo”, decían de él. Su obsesión y su visión era poder contribuir a levantar una Palestina moderna, democrática, justa y moderada que pudiese vivir en paz y con seguridad con Israel. También fue criticado en ocasiones por su testarudez en defender con riguroso detalle principios básicos pero esenciales en favor de los derechos palestinos, sin que algunos comprendiesen que lo hacía para garantizar con más seguridad la sostenibilidad de cualquier acuerdo con Israel, y así evitar consecuencias no deseadas en el futuro.

Hoy es un día triste en Jericó, Palestina y Oriente Próximo.

Hoy es un día triste para la diplomacia mundial.

Hoy es un día triste para los que sueñan y trabajan por la paz entre israelíes y palestinos.

Pero hoy es también un día de compromiso para que todos sus amigos israelíes, árabes, europeos y norteamericanos le dediquemos un último homenaje conjurándonos a hacer todo lo posible para lograr la paz entre Israel y Palestina.

La última vez que le vi fue en Ramala en noviembre del año pasado. Almorzamos juntos y me contó en detalle su peligrosa y complicada operación de trasplante de pulmón. Me confesó que vio la muerte, pero deseó con todas sus fuerzas volver a la vida para poder seguir trabajando por lograr la paz para sus compatriotas. Estoy seguro de que regresará de nuevo para celebrar finalmente esa anhelada paz por la que él tanto se esforzó con el continuo apoyo de su querida esposa y sus hijos desde la ciudad más antigua de la humanidad, la bella Jericó.

Saeb, descansa en paz, nosotros continuaremos trabajando por ti para alcanzar tus sueños de un Estado Palestino que viva en paz y prosperidad junto a Israel en la tierra prometida.


Miguel Ángel Moratinos. Alto Representante de la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas

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