El acusado del ataque frente a la antigua sede de ‘Charlie Hebdo’ mintió sobre su edad e identidad
El paquistaní, de 25 años y no de 18, dejó dos heridos en París y se enfrenta a cargos por terrorismo
El principal sospechoso del ataque con cuchillo del viernes frente a la antigua sede de la revista satírica Charlie Hebdo, que dejó dos heridos, mintió sobre su identidad y, también, sobre su edad. Estos datos le permitieron beneficiarse a su llegada a Francia desde Pakistán, hace dos años, de las ayudas sociales previstas para los menores no acompañados, según ha confirmado este martes el fiscal antiterrorista, Jea...
El principal sospechoso del ataque con cuchillo del viernes frente a la antigua sede de la revista satírica Charlie Hebdo, que dejó dos heridos, mintió sobre su identidad y, también, sobre su edad. Estos datos le permitieron beneficiarse a su llegada a Francia desde Pakistán, hace dos años, de las ayudas sociales previstas para los menores no acompañados, según ha confirmado este martes el fiscal antiterrorista, Jean-François Ricard.
El paquistaní de 25 y no de 18 años, cuyo nombre real es Zaheer Hassan Mahmoud, según admitió después de que se hallara la fotografía de un pasaporte paquistaní bajo ese nombre en su teléfono móvil, fue presentado este martes ante un juez que lo acusó formalmente por “intento de asesinato en relación con un acto terrorista” y por “asociación terrorista criminal”, confirmaron fuentes judiciales poco antes de la medianoche. Durante las 96 horas que pasó desde su detención el viernes bajo arresto preventivo, el hombre ha admitido ser el autor de un ataque premeditado ocasionado por la “cólera” que dijo le produjo la decisión de Charlie Hebdo de volver a publicar las caricaturas de Mahoma al comienzo del juicio por el atentado yihadista que sufrió la revista satírica en enero de 2015 y que diezmó su redacción.
Aunque el joven hizo en los días previos al ataque un reconocimiento de la calle Nicolas Appert donde tenía su antigua sede la publicación, ignoraba que esta se mudó a un lugar mantenido bajo estricto secreto tras el ataque de hace cinco años. Su intención inicial, ha explicado Ricard en rueda de prensa este martes, era prender fuego a la redacción, para lo que se aprovisionó con líquido inflamatorio y con un martillo por si tenía que forzar la entrada, material que fue hallado en la mochila que portaba cuando fue detenido. Finalmente, al ver en las afueras del edificio a un hombre y una mujer que fumaban un cigarrillo, decidió atacar “de forma extremadamente violenta” a quienes creyó miembros de la redacción de Charlie, pero que en realidad trabajan en una productora situada en la misma dirección. El hombre sigue grave, aunque su vida no corre peligro, ha declarado el fiscal.
Una decena de personas, entre ellas varios compañeros de piso del sospechoso, fueron detenidas e interrogadas en los últimos días, según los testimonios de su entorno, que han informado de que Mahmoud pasó mucho tiempo últimamente viendo “abundantes” vídeos procedentes de Pakistán sobre las protestas por la publicación de las caricaturas de Mahoma. En su teléfono también se halló un vídeo grabado el mismo día del ataque, de poco más de dos minutos, en los que el atacante se presenta así mismo, hablando en urdu, como Zaheer Hassan Mahmoud y anuncia que se va a “rebelar” contra la publicación de las caricaturas de Mahoma. Sin embargo, ha precisado Ricard, el joven “no hace referencia a ningún grupo terrorista en particular” y tanto bajo su identidad real como la ficticia —al llegar a Francia presentó documentación falsa como Hassan Ali, nacido en 2002— “era totalmente desconocido por todos los servicios de inteligencia”.
En Pakistán, la Agencia France Presse contactó con quien se presenta como su padre, Arshad Mahmoud, que se declaró “orgulloso” del ataque perpetrado por su hijo porque, dijo, “protegió el honor del profeta”. “Todos en el pueblo han venido a felicitarme”, dijo.
La confirmación de que el atacante mintió sobre su edad para beneficiarse de las ayudas a menores no acompañados que llegan a Francia ha soliviantado a una parte de la oposición conservadora y del Reagrupamiento Nacional, que ha vuelto a reclamar la realización de pruebas óseas para verificar la edad de los migrantes que dicen ser menores, pese a que los expertos sostienen que no es una prueba infalible y el propio Consejo Constitucional advirtió el año pasado de que “pueden comportar un margen de error significativo”. Se estima que actualmente unos 40.000 menores no acompañados se benefician de las ayudas sociales en Francia.