AfD busca un cortafuegos con su ala más radical

La corriente Der Flügel estudia disolverse tras un ultimátum de la Ejecutiva del partido alemán de ultraderecha

El líder de Alternativa para Alemania (AfD) en Turingia, Björn Höcke, durante un acto de campaña en Gotha el pasado octubre.MICHAEL DALDER

Soltar lastre para sobrevivir. Es el camino que asegura haber emprendido la ultraderecha alemana, Alternativa para Alemania (AfD), al ordenar a su facción más radical que se disuelva. Hace diez días, los servicios secretos internos alemanes sometieron a Der Flügel a vigilancia por su extremismo, en una decisión que supone una amenaza existencial para un partido que aspira a ser de masas. El malestar de la militancia y de algunos líderes regionales ha ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Soltar lastre para sobrevivir. Es el camino que asegura haber emprendido la ultraderecha alemana, Alternativa para Alemania (AfD), al ordenar a su facción más radical que se disuelva. Hace diez días, los servicios secretos internos alemanes sometieron a Der Flügel a vigilancia por su extremismo, en una decisión que supone una amenaza existencial para un partido que aspira a ser de masas. El malestar de la militancia y de algunos líderes regionales ha forzado una decisión inédita contra una facción a la vez ruidosa y poderosa.

Anoche, la facción ultra aseguró en una nota que estudia la disolución. No está claro, sin embargo, que la desaparición formal del ala más extremista imprima un cambio de rumbo en el partido mientras los líderes de Der Flügel no dejen la formación.

La ejecutiva de AfD le ha dado a Der Flügel hasta el 30 de abril para su disolución, evidenciando las profundas divisiones y las tensiones que fragmentan a la ultraderecha. Los ultras quieren con esta decisión pulir su imagen y levantar un cortafuegos para evitar que el primer partido de la oposición acabe entero bajo vigilancia. Hasta ahora, la radicalización no les ha pasado factura en las urnas, al revés, pero “han ido demasiado lejos”, estima una fuente del partido.

Con 7.000 supuestos miembros de los 35.000 militantes con los que cuenta AfD, Der Flügel es un movimiento gaseoso, que no requiere una adscripción formal y que cuenta con sus máximos representantes en el Este de Alemania. Es la facción que capitanea Björn Höcke, jefe de filas en Turingia y maestro de la provocación y el empleo de un lenguaje con el que bordea la legalidad y logra transmitir un mensaje negacionista del Holocausto, antisemita e islamófobo. “Hay un gran malestar en el partido con ellos porque estemos en el punto de mira de los servicios secretos por su culpa. Sus propios seguidores dentro de AfD han empezado a distanciarse de ellos”, aseguran las fuentes. La Oficina para la Protección de la Constitución considera las posiciones de Der Flügel incompatibles con la ley fundamental, lo que facilita las escuchas telefónicas o el uso de agentes infiltrados.

Junto con Höcke, Andreas Kalbitz es el gran estratega del movimiento. Ambos se han visto envueltos en sendos escándalos en los últimos días, que nublan aún más la imagen de un partido estigmatizado, pero que aglutina buena parte del voto protesta y que en 2017 logró entrar en el Parlamento con el 12,6% de los votos.

La decisión de la Ejecutiva ordenando la disolución fue adoptada el viernes por 11 votos a favor, uno en contra y una abstención. A partir de ahora, está por ver cómo y si se materializa, en un partido en el que, desde su fundación en 2013, quien se ha enfrentado a Höcke y a sus acólitos ha acabado laminado. “La Ejecutiva federal espera que de la reunión de mañana emane una declaración de que la asociación informal Der Flügel se disolverá a más tardar el 30 de abril”, decidió la dirección el viernes.

En los últimos días, las críticas internas en contra del ala ultra se volvieron inusualmente sonoras. Rüdiger Lucassen, dirigente de la mayor agrupación regional, la de Renania del NorteWestfalia, pidió a la dirección del partido que optara por la eliminación de la facción. El objetivo, decía en una carta publicada en la prensa, pasa por “traer la paz a nuestro partido y frenar la ola de deserciones que ya ha comenzado”.

La cadena de provocaciones protagonizada por los dirigentes extremistas ha terminado por generar desafecciones más o menos estratégicas entre militantes y cuadros intermedios, que no han sabido —o querido— romper con la dinámica de Der Flügel, que hasta ahora les ha funcionado muy bien. Primero provocan en sus discursos, forzando las ya muy extremas líneas rojas del partido. Con cada declaración ambiguamente filonazi o islamófoba llegaban las críticas y se desencadenaba un victimismo que acababa por reportarle nuevas adhesiones ante supuestos ataques injustos. “Utilizan la provocación para explotar la victimización y tener más poder. En el partido no se sabe muy bien cómo lidiar con ellos”, reconocen las fuentes de AfD. A los beneficios de la victimización se le sumaron buenos resultados electorales en el Este del país, su bastión.

Pero esta semana, Der Flügel cometió un error táctico de primero de política. El jueves envió una carta a sus seguidores pidiendo que defendieran a la organización con un mensaje de apoyo dirigido a la Ejecutiva. “No hay alternativa para Alemania sin su Ala [Flügel] fuerte y patriótica”, pedían en el mensaje, visto por este diario. El viernes por la mañana, solo habían llegado 40 mensajes a la central, según el recuento del periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung. La constatación del magro apoyo entre los militantes allanó el camino para emplear una inédita mano dura por parte de la casa madre. Que las palabras terminen convirtiéndose en realidad es el siguiente paso.

Auschwitz como arma de provocación

Más allá de que los servicios secretos alemanes hayan decidido someter a vigilancia al ala radical, hay dos episodios que han desatado la alarma en AfD. El primero es un discurso de Björn Höcke en el que hace un macabro juego de palabras al hablar de combatir a los oponentes internos. Emplea el término ausgeschwitzt, algo así como sudar algo o librarse de alguien, pero que puede sonar como Auschwitz. “Es evidente que no es un accidente, que es intencionado”, sostienen fuentes de la formación. La intervención era conocida. La novedad es que ahora ha salido a la luz el vídeo del acto. La otra revelación que ha sublevado al partido es la publicación de que Andreas Kalbitz, gran maquinador de Der Flügel, fue miembro formal de la organización neonazi Heimattreue Deutsche Jugend (HDJ), prohibida desde 2009. Hasta ahora, había pruebas de su aparición en algún acto, que él alegó era puntual. La nueva información aparecida en la prensa citando un informe oficial secreto ha contribuido a la movilización en contra de Der Flügel en AfD.

Sobre la firma

Más información

Archivado En