Así ha cambiado de color la política holandesa

El euroescepticismo ha ido calando en un parlamento enormemente fragmentado de izquierda a derecha

La enorme fragmentación que con toda probabilidad presentará el parlamento que este miércoles vota Países Bajos no es un fenómeno nuevo para los holandeses. El gráfico inferior muestra el peso de las múltiples fuerzas políticas, de izquierda a derecha, que han estado presentes en la cámara baja desde 1999 a 2014. La diversidad se ha mantenido en estos 20 años, pero con grandes oscilaciones de color político. Las posiciones de derecha y ultraderecha eran minoritarias en 1999, si bien alcanzaron un pico en ...

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La enorme fragmentación que con toda probabilidad presentará el parlamento que este miércoles vota Países Bajos no es un fenómeno nuevo para los holandeses. El gráfico inferior muestra el peso de las múltiples fuerzas políticas, de izquierda a derecha, que han estado presentes en la cámara baja desde 1999 a 2014. La diversidad se ha mantenido en estos 20 años, pero con grandes oscilaciones de color político. Las posiciones de derecha y ultraderecha eran minoritarias en 1999, si bien alcanzaron un pico en 2002 con la Lista Pim Fortuyn. La formación del líder ultraderechista asesinado en 2002 es el antecedente islamófobo más inmediato de la ideología que en estas convocatoria representa Geert Wilders y su Partido por la Libertad (PVV), una formación fundada en 2006 y que ha contado con presencia estable en todos los parlamentos desde ese año. En términos generales, la derecha ha ganado terreno frente a la izquierda al comparar la distribución actual de escaños con la de 1999.

Si lo que se quiere observar es la actitud de las fuerzas parlamentarias hacia la integración europea, el mayor hito en los últimos años es el surgimiento del PVV, la fuerza más intensamente antieuropeísta, una actitud que en parte es común con un antagonista en el arco ideológicos, los socialistas del SP. También destaca cómo han perdido pasión proeuropea fuerzas que en 1999 se mostraban entusiastas con la integración, como Llamada Demócrata Cristiana (CDA) y el Partido del Trabajo (PvdA, socialdemócratas), han ido templando su apoyo total al proyecto europeo. También han virado hacia posturas más escépticas los liberales del VVD, el partido de primer ministro, Mark Rutte, que hace unos años también apoyaban en general una mayor integración. En 2014, tan solo los socioliberales del D66, un partido marcadamente a favor del federalismo europeo, y los verdes del GroenLinks (GL) mantienen un marcado apoyo al proyecto europeo. 

Los datos del color ideológico y la orientación hacia el proyecto europeo proceden de un macroanálisis que el European Union Center of Excellence (Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill) ha venido realizando desde hace 20 años. En la última oleada del estudio, se pidió a 337 expertos en ciencias políticas que ubicaran a 268 partidos de toda la UE en el espectro ideológico y que describieran su posición en cuestiones cruciales en el debate público, como la política migratoria o para las minorías.

Si hay una cuestión que ha marcado la campaña holandesa es precisamente la actitud hacia los emigrantes, los buscadores de asilo y los grupos étnicos minoritarios. El estudio de Chapel Hill analiza la posición de los partidos europeos, de las más a las menos duras. En el siguiente gráfico se muestra la postura media de los partidos presentes en el parlamento neerlandés en tres momentos de la historia reciente: 2006, 2010 y 2014. Se aprecia cómo en el parlamento triunfa la moderación y cómo la cámara neerlandesa ocupa también una posición centrada si se compara con el grupo de los seis países de la UE con más población.

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También se libra en Países Bajos el debate sobre si los inmigrantes y los solicitantes de asilo tienen derecho a mantener su cultura de origen (un enfoque multicultural) o deben asimilarse a la cultura del país de acogida. Predomina, de media, una actitud neutral, aunque ligeramente inclinada en favor de la asimilación (5,93 puntos en una escala en la que el 10 es la postura más favorable a la asimilación). 

Otro termómetro de la actitud hacia los extranjeros mide el nivel de reconocimiento de los derechos de las minorías. En Países Bajos encuentra, por lo general, menos apoyo parlamentario que entre los grandes países europeos, aunque la dureza de las medidas parecen suavizarse ligeramente desde 2010 a 2014. El nuevo parlamento obligará a recalcular, sin duda, todos estos índices.

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