Amputan las manos a seis personas por una deuda de drogas en México

La escena horroriza a una sociedad acostumbrada a los linchamientos y ajustes de cuentas

Las manos estaban en dos bolsas de plástico. 12 manos recién cortadas. Y junto a ellas sus seis dueños. Un muerto y un cartel completaban la escena. El cadáver llevaba escrito en la frente la palabra rata. Y en el rótulo se leía: “Esto nos pasó por rateros. Por no respetar mujeres, menores, si con esto no entienden putos roba carros, roba motos, cadenas, celulares, conejeros, en general doble putos, lacras, mata menores. Atentamente Grupo Antiratas”.

La barbarie en México tiene muchas caras. Linchamientos, torturas y asesinatos. Pero la que emergió este lunes en Guadalajara sobrecogió a...

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Las manos estaban en dos bolsas de plástico. 12 manos recién cortadas. Y junto a ellas sus seis dueños. Un muerto y un cartel completaban la escena. El cadáver llevaba escrito en la frente la palabra rata. Y en el rótulo se leía: “Esto nos pasó por rateros. Por no respetar mujeres, menores, si con esto no entienden putos roba carros, roba motos, cadenas, celulares, conejeros, en general doble putos, lacras, mata menores. Atentamente Grupo Antiratas”.

La barbarie en México tiene muchas caras. Linchamientos, torturas y asesinatos. Pero la que emergió este lunes en Guadalajara sobrecogió a un país curtido en el horror. Los seis mutilados y el fallecido habían sido retenidos supuestamente la víspera. La reconstrucción policial sostiene que pertenecían a un grupo delictivo dedicado a la venta de estupefacientes. “No habían pagado la droga que habían distribuido y como escarmiento les cortaron las manos”, explicó el fiscal general de Jalisco.

Tras la mutilación, las víctimas fueron abandonadas en plena calle, en la colonia Solidaridad, de San Pedro Tlaquepaque, una ciudad de 600.000 habitantes en el área metropolitana de Guadalajara. Deambulaban por la avenida y pedían ayuda. Eran las 18.30. Los servicios de emergencia que se dirigieron ahí creían que se trataba de un accidente. Pero al llegar descubrieron a cinco hombres y una mujer, de 25 a 44 años, con las manos amputadas y bolsas de plástico recubriendo sus muñones. Estaban en estado de shock. Nada pudieron explicar. En la frente les habían escrito: soy ratero. El cadáver se encontraba al lado. Posiblemente murió desangrado.

La policía detuvo a dos sospechosos de haber participado en la carnicería. “Son criminales y se les va a castigar”, enfatizó el fiscal. Como suele ocurrir en el México profundo, no hubo más detalles sobre la autoría, pero el acto quedará registrado como una nueva pesadilla. Una más en un país estragado por la violencia.

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