“Saldría de fiesta con Mick Jagger”

El actor mexicano Demián Bichir contesta el carrusel de preguntas de este diario

El actor Demián Bichir, en 2015 en Nueva York

Demián Bichir (Ciudad de México, 1963) es una figura inconfundible del cine latinoamericano. Tras forjarse un nombre en su país con clásicos como Sexo, pudor y lágrimas o Cilantro y perejil, se ganó el respeto y el reconocimiento del público internacional de la mano de directores como Oliver Stone, Quentin Tarantino y Ridley Scott. Ahora, tras casi cuatro década...

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Demián Bichir (Ciudad de México, 1963) es una figura inconfundible del cine latinoamericano. Tras forjarse un nombre en su país con clásicos como Sexo, pudor y lágrimas o Cilantro y perejil, se ganó el respeto y el reconocimiento del público internacional de la mano de directores como Oliver Stone, Quentin Tarantino y Ridley Scott. Ahora, tras casi cuatro décadas de trayectoria, su carrera ha dado un giro radical: hace unas semanas concluyó el rodaje de Refugio, su estreno como director y en el que también explora una faceta poco conocida como guionista. Solo una cosa parece segura: a Bichir aún le quedan muchas historias que contar.

¿Qué come cuando filma?

Tengo muy buen apetito. La comida mexicana es espectacular, cada vez que puedo le encajo el diente a unos buenos sopes.

¿Con quién saldría de fiesta?

Con Mick Jagger.

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¿Qué película le regalaría a un niño para introducirlo al cine?

La historia sin fin.

¿Cuándo fue la última vez que lloró?

En Sidney, mientras rodaba con Ridley Scott.

¿Cuál ha sido el mejor momento de su vida?

Cuando mi padre sobrevivió a una intervención en la que le repararon dos arterias, en noviembre pasado.

¿Qué le quita el sueño?

La corrupción, la impunidad y la violencia en México.

¿Qué fue lo último que compró?

Un traje de baño porque se me olvidó.

¿Cuál es el mejor souvenir que ha traído a casa después de una filmación?

Una guitarra que compré en Madrid, cuando tenía 17 años.

¿Cuál fue la última película que vio?

Acabo de ver Cómo matar a un ruiseñordurante un vuelo Sidney-Los Ángeles. Siempre quise verla.

¿Qué música escucha en el coche?

Por lo general, clásica.

¿Qué hay siempre en su nevera?

Cerveza, tequila y Magnum mini de chocolate con vainilla.

Si pudiera coleccionar la obra de un artista, ¿de quién sería?

Si sólo puedo decir uno, entonces de Francisco Toledo.

¿Qué le inspira?

El cielo, las estrellas. Nada más volteo para arriba y termina cualquier problema.

¿Qué película cambió su vida?

La que acabo de filmar y escribir, la primera que dirijo. Fue un cambio definitivo, aprendí mucho sobre mí mismo y mi forma de trabajar.

¿Qué le hace sentir más orgulloso de su carrera?

Lo que más me enorgullece es que siento las mismas ganas que cuando empecé.

¿Qué papel le hubiera gustado interpretar y no pudo?

Un rol en Melody.

¿Y con qué director?

Con Woody Allen, pero es la respuesta más pedorra del mundo. Todos quieren trabajar con él.

¿Cuál es el mejor regalo que ha recibido?

Mi hija.

¿Cuál es su web preferida?

Siempre peino tres medios para estar enterado de las noticias del mundo: The New York Times, el periódico mexicano La Jornada y EL PAÍS. Son las vitrinas más visibles y fidedignas.

¿Cuál fue su primera borrachera?

En Los Ángeles. Aprendí que no se debe combinar el vino con la cerveza.

¿Tiene algún sueño recurrente?

Sueño que vuelo y que controlo el vuelo (risas).

¿Qué le reprochan sus amigos?

Que nunca estoy.

¿Qué le asusta?

Irme a dormir sin terminar la tarea.

¿De qué se disfrazaría en una fiesta?

De espermatozoide.

¿Qué le diría a Enrique Peña Nieto si lo tuviera enfrente?

Es muy larga la lista de libros que le podría recomendar; no cabría en esta entrevista.

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