Mauricio Macri y el zar de la televisión argentina se declaran la guerra
El presidente critica su parodia en el programa de Marcelo Tinelli. El animador se siente perseguido en las redes sociales
El presidente Mauricio Macri ha encontrado un enemigo de peso. El zar de la televisión argentina, Marcelo Tinelli, ha decidido poner fin a una tregua acordada a fines de marzo y desde ShowMatch, el programa más visto del país, descarga desde hace semanas críticas agudas contra Macri y su gobierno. Con una parodia de Gran Hermano, titulada Gran Cuñado, Tinelli golpea al presidente con la efectividad que permite el humor, una estrategia que suele ser luego la comidilla política de la semana. “Tinelli me satiriza de mala manera ante 3 millones de personas en televisión”, se quejó Macri en una entrevista reciente. El conductor, en tanto, denunció que desde la Casa Rosada orquestaron una campaña en Twitter para desprestigiarlo. El hashtag de la discordia ha sido elocuente: #TinelliMercenarioK.
Macri y Tinelli se consideran amigos desde hace más de 30 años. Incluso en algún momento compartieron negocios, como la propiedad del club español Badajoz. Pero la política y los intereses particulares minaron poco a poco esa relación. La tensión alcanzó su cenit cuando Macri llegó a la presidencia y chocó con las aspiraciones de Tinelli a la presidencia de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Macri, ex presidente de Boca Juniors, terció en la crisis de la Asociación en contra del animador televisivo, consciente de las posibilidades políticas de semejante cargo. El 30 de marzo pasado, ambos se reunieron en la residencia presidencial de Olivos y sellaron una tregua. "Hermosa reunión con un amigo de hace 30 años que hoy es el Presidente de los argentinos. Gracias por la amabilidad @mauriciomacri”, escribió entonces Tinelli en Twitter, donde tiene 2,5 millones de seguidores.
El amor duró apenas dos meses. El 2 de junio, Tinelli retiró su candidatura a la AFA en silencio, pero consciente de que Macri había bloqueado su carrera como dirigente deportivo. Desde entonces, la tensión entre ambos ha crecido día a día. La tribuna que Tinelli tiene en su programa ShowMatch se convirtió en un arma poderosa, tanto que puede hundir carreras, y por ello todos los políticos suelen rendirle pleitesía. Macri ha sido el primero que se enfrenta a él y ha pagado las consecuencias. Cuando el presidente pide que no hay que estar “en remeras y en patas” para ahorrar calefacción, Tinelli desnuda a su personaje en cámara, mientras lo sigue una nevada. Si Macri falta al acto del Bicentenario porque está “cansado”, como él mismo dijo, Tinelli advierte, con ironía, que sólo estará un rato en el programa porque también está “muy cansado”. El Macri interpretado por el humorista Freddy Villarreal se viste de pollito o de perro (burla a una foto que Macri se tomó con los filtros de Snapchat) para contar chistes a los niños, y cada vez que debe pronunciar una palabra complicada se enreda en un sinfín de vocales y consonantes sin sentido. La sangre llegó finalmente al río durante el fin de semana pasado.
En una entrevista con el diario La Nación, Macri dijo que su examigo lo satiriza “de mala manera ante 3 millones de personas”. El presidente aclaró además que su Gobierno no tuvo nada que ver con una campaña contra Tinelli en Twitter. “El decidió satirizarme y recibió 150.000 tuits de crítica. Investigamos el tema. No hubo trolls ni el Gobierno tuvo nada que ver. Sí hubo 30.000 tuiteros que lo criticaron. ¿Cómo no va a haber 30.000 tuiteros que simpatizan con el Gobierno si este gobierno es producto en gran medida de las redes sociales? Es increíble que se ofenda. Tinelli me satiriza de mala manera ante tres millones de personas en televisión y se ofende porque lo critican 30.000 tuiteros", dijo Macri.
Pero Tinelli no le creyó. Está convencido de que detrás del hashtag #TinelliMercenarioK (K por Cristina Fernández de Kirchner) hay una campaña del macrismo para desprestigiarlo ante su público. "Se ponen nerviosos. Insultan. Hacen campañas desde cuentas truchas [falsas]. Amenazan. Pensé que eran diferentes", escribió Tinelli. Y luego subió la apuesta: "Les digo a los intolerantes que aunque nosotros no hagamos humor, las noticias van a seguir ahí. Tienen que cambiar las noticias, no el humor", dijo.
Lo cierto es que Tinelli ha sentido el peso de su oposición a Macri, un presidente que hoy tiene 60% de popularidad. Su programa ya no cosecha la audiencia de antaño, en sintonía con la caída del encendido en la televisión abierta. Ha perdido además su carrera por la presidencia de la AFA y no le llegan buenas noticias desde los tribunales, donde su socio, el empresario kirchnerista Cristóbal López enfrenta una causa por supuestas “maniobras dolosas” en la productora de contenidos que comparten. Para Macri, en tanto, que el número uno de la televisión lo ponga cada día en ridículo tampoco es una buena noticia. La guerra recién comienza y el final es incierto.
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