Un sangriento fin de semana ahonda la violencia en Guerrero

18 personas fueron asesinadas en el Estado mexicano

Unos 3.500 militares del Operativo Chilapa. Francisca Meza (EFE)

Lourdes Escutia, una enfermera de 29 años, quería pasar su luna de miel junto a Valentín García, su esposo, en las playas de Ixtapa-Zihuatanejo, en el Estado de Guerrero. La pareja dejó la Ciudad de México este domingo y tomó la autopista 134 que conecta el centro del país con la costa del Pacífico. Pero Lourdes no pudo ver el mar. Al llegar a Coyuca de Catalán, un poblado en los límites entre Michoacán y Guerrero, en la región conocida como Tierra caliente, fueron atacados por hombres armados que confundieron la camioneta en la que viajaban con la de un grupo rival. Lourdes es una de las 18 p...

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Lourdes Escutia, una enfermera de 29 años, quería pasar su luna de miel junto a Valentín García, su esposo, en las playas de Ixtapa-Zihuatanejo, en el Estado de Guerrero. La pareja dejó la Ciudad de México este domingo y tomó la autopista 134 que conecta el centro del país con la costa del Pacífico. Pero Lourdes no pudo ver el mar. Al llegar a Coyuca de Catalán, un poblado en los límites entre Michoacán y Guerrero, en la región conocida como Tierra caliente, fueron atacados por hombres armados que confundieron la camioneta en la que viajaban con la de un grupo rival. Lourdes es una de las 18 personas que fueron asesinadas este fin de semana en el Estado más violento de México.

Otras nueve personas fueron asesinadas el sábado en una fiesta de 15 años en la localidad de El Cundancito, en el mismo municipio. Los familiares de las víctimas contaron a las autoridades que la matanza se inició por una reyerta entre dos familias de la región, que está rota por la presencia de varios grupos del crimen organizado y donde se han registrado secuestros masivos y varios asesinatos en las últimas semanas. En la fiesta murieron siete adultos varones y dos menores de edad originarios de esa comunidad y pueblos aledaños.

Durante varias horas de este fin de semana ese municipio guerrerense fue tierra de nadie. El gobernador del Estado, el priísta Héctor Astudillo, reconoció el domingo ante los medios de comunicación que cuando la policía llegó “fue recibida a balazos”. Cuando las fuerzas del orden consiguieron entrar encontraron a Lourdes muerta en el asiento de copiloto de su camioneta Renault Duster. Las autoridades informaron de que 18 personas murieron el fin de semana. Diez fueron asesinadas en Coyuca, mientras otras fueron registradas en Iguala, Ayutla, Zihuatanjeo, Chilpancingo, la capital de Guerrero, y Acapulco, el popular balneario del Estado.

Este lunes, la fiscalía del Estado anunció que se hará cargo de la investigación de los homicidios y ajustó la cifra de once víctimas a nueve. El Ministerio Público recorrió varios de los velatorios de las víctimas, pero el convoy de seguridad fue atacado a balazos en dos ocasiones. Las autoridades reconocen que la zona se encuentra en disputa entre Los Ardillos y Los Rojos, que luchan por controlar el municipio de Chilapa, que es el punto estratégico de cultivo de amapola, necesaria para fabricar la heroína. El Gobierno de Enrique Peña Nieto envió a esa zona el pasado 27 de enero a 3.500 militares y 200 policías federales para tratar de reducir la violencia. El fiscal de Guerrero, Xavier Olea, dijo este lunes que piensa pedir al Gobierno un despliegue similar para la región de Tierra caliente.  

Guerrero, de 3.3 millones de habitantes, ha sido un quebradero de cabeza para las autoridades federales y locales. Allí desaparecieron, en septiembre de 2014, los 43 estudiantes de la escuela rural de Ayotzinapa. El caso, que sigue sin resolverse, ahondó una ola de violencia que no ha disminuido. En 2014, el Estado registró 1.514 averiguaciones previas de homicidios dolosos. El año pasado, sin embargo, la cifra aumentó. Más de 2.000 expedientes por homicidio fueron iniciados por el ministerio público en 2015, convirtiéndose en el Estado más violento de México.

Una región sin médicos

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La violencia ha golpeado uno de los Estados más pobres de México, y ha obligado a cerrar 16 centros de salud en la región. Carlos de la Peña, el secretario de Salud local, ha admitido que los médicos no quieren trabajar en los centros de salud de Tierra caliente y de la sierra. Las autoridades sanitarias estiman que en esos lugares hacen falta unos 45 médicos y 60 enfermeras para atender a 20.000 personas.

El personal de salud ha rechazado ser trasladado al menos a cuatro municipios de la zona: San Miguel Totolapan, Cutzamala de Pinzón, Arcelia y Coyuca de Catalán. A mediados de enero, 25 personas fueron secuestradas en Tierra caliente, entre ellas un enfermero. La mayoría fue liberada. En Ajuchitlán del Progreso, otro municipio de la región, también se registraron otros siete casos.

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