Medio centenar de muertos en una nueva jornada sangrienta en Irak
Un grupo de pistoleros asesina a tiros a 14 camioneros chiíes en el norte del país Ataques casi diarios de insurgentes marcan la celebración del mes de Ramadán
Al menos 15 personas han fallecido y 41 han resultado heridas este miércoles en un atentado con coche bomba en un mercado callejero de la localidad iraquí de Tuz Jurmato, ubicada en la provincia de Salaheddin. En una jornada especialmente sangrienta, otras 32 personas han muerto en diversos ataques coordinados en diversos puntos del país, según la agencia iraquí de noticias Nina.
En uno de los atentados, 14 camioneros fueron asesinados por un grupo de hombres armados en una carretera en el norte del país, según fuentes policiales. Los atacantes eran milicianos que habían erigido un pues...
Al menos 15 personas han fallecido y 41 han resultado heridas este miércoles en un atentado con coche bomba en un mercado callejero de la localidad iraquí de Tuz Jurmato, ubicada en la provincia de Salaheddin. En una jornada especialmente sangrienta, otras 32 personas han muerto en diversos ataques coordinados en diversos puntos del país, según la agencia iraquí de noticias Nina.
En uno de los atentados, 14 camioneros fueron asesinados por un grupo de hombres armados en una carretera en el norte del país, según fuentes policiales. Los atacantes eran milicianos que habían erigido un puesto de control falso en la vía que une Bagdad con Kirkuk, a la altura de Suleimán Bek, a 170 kilómetros de la capital. Tras darles el alto a los camioneros, examinar sus carnés de identidad y comprobar que eran chiíes, les dispararon en la cabeza y el pecho, informó el alcalde de la localidad.
Aunque, hasta el momento, ningún grupo ha reivindicado el crimen, se cree que los asesinos son miembros de la filial de Al Qaeda en Irak, que, igual que otras organizaciones suníes radicales, han intensificado su actividad terrorista con la guerra civil en la vecina Síria, que dura ya más de dos años.
La guerra civil siria entre el régimen, de base alauí —una derivación del chiísmo—, y la oposición, formada mayoritariamente por rebeldes suníes, es cada vez más sectaria. El presidente, Bachar el Asad, tiene como aliados al Gobierno iraní y a la milicia chií libanesa Hezbolá. Por otro lado, el Gobierno iraquí, de mayoría chií, teme que los grupos suníes afiliados a Al Qaeda en Siria traten de impulsar una guerra civil en Irak con el objetivo de crear un Estado islámico, y ha cerrado sus fronteras con el país vecino.
La violencia se ha redoblado en los últimos meses en Irak. El mes sagrado de Ramadán, que empezó el 10 de julio, ha estado marcado por ataques casi diarios de los milicianos de Al Qaeda y otros insurgentes suníes que intentan debilitar al Gobierno. Aunque las fuerzas de seguridad generalmente son el blanco principal de los terroristas, los últimos atentados se han ensañado con decenas de civiles que ultiman sus compras en mercados o se reúnen en los cafés para romper el ayuno.
El pasado fin de semana, una ola de atentados en Bagdad en zonas comerciales de barrios de mayoría chií dejó cerca de 60 muertos y 190 heridos. El lunes, alrededor de medio centenar de soldados, policías, asaltantes y presos perdieron la vida en una serie de ataques contra dos cárceles cerca de Bagdad. Estos asaltos provocaron la fuga de cerca de 500 presos, “la mayoría de ellos destacados miembros de Al Qaeda que habían sido condenados a muerte”, según declaró Hakim al Zamili, miembro de la comisión de Seguridad y Defensa del Parlamento iraquí.
En lo que va de mes, han muerto al menos 535 personas, en su mayoría civiles, según recuento de la ONG Iraq Body Count. La ONU cifró en 761 el número de civiles que perdieron la vida en el mes de junio. Mayo, sin embargo, fue hasta ahora el mes más sangriento: al menos 963 civiles muertos y 2.000 heridos. La violencia alcanzó entonces su peor repunte desde la guerra sectaria de los años 2006 y 2007.