Merkel irrumpe en las presidenciales francesas

La canciller ofrece todo su apoyo a Sarkozy, mientras Hollande replica: “Me basta el pueblo francés”

Nicolás Sarkozy despide a Angela Merkel. IAN LANGSDON (EFE)

Angela Merkel y Nicolas Sarkozy han celebrado este lunes en el Elíseo el 14º consejo de ministros bilateral de la historia entre Francia y Alemania. El eje franco-alemán ha salido de nuevo a escena para presentar sus avances en la convergencia fiscal, que armonizarán el impuesto de sociedades de ambos países antes de enero de 2013. Pero, sobre todo lo demás, la enésima cumbre entre la canciller y el presidente ha sido vista en Francia como el primer acto electoral de Merkozy cuando faltan solo dos meses y medio para las presidenciales francesas.

Al ser preguntada por su colaboración a l...

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Angela Merkel y Nicolas Sarkozy han celebrado este lunes en el Elíseo el 14º consejo de ministros bilateral de la historia entre Francia y Alemania. El eje franco-alemán ha salido de nuevo a escena para presentar sus avances en la convergencia fiscal, que armonizarán el impuesto de sociedades de ambos países antes de enero de 2013. Pero, sobre todo lo demás, la enésima cumbre entre la canciller y el presidente ha sido vista en Francia como el primer acto electoral de Merkozy cuando faltan solo dos meses y medio para las presidenciales francesas.

Al ser preguntada por su colaboración a la campaña de Sarkozy, Merkel ha afirmado que apoyará “haga lo que haga” al mandatario francés porque ambos pertenecen “a partidos amigos”, y “porque es normal apoyar a los partidos amigos”. Sarkozy ha agradecido la adhesión y ha calificado como “un gran espectáculo” el hecho de que “dos líderes de dos grandes Estados europeos hablen con una sola voz”.

La canciller, sin embargo, ha preferido no abordar la espinosa cuestión que plantean los socialistas franceses. Si su candidato François Hollande gana las elecciones en mayo, exigirá la renegociación del tratado europeo. Merkel ha soslayado la pregunta, y ha pasado la palabra al presidente francés, que sin citarlo ha sido muy duro con Hollande, al acusarlo más o menos veladamente de alentar la germanofobia.

“Algunos no entienden que la firma de un tratado compromete al pueblo alemán y al pueblo francés, no a la derecha o a la izquierda”, ha dicho Sarkozy. “Eso es la democracia. Es un compromiso de Estado, no un acuerdo político. Merkel representa a todos los alemanes, yo a todos los franceses. Estoy muy orgulloso de que, con todo lo que sucedió en el pasado entre nuestros países, ahora podamos salir en televisión hablando con una sola voz. Pero parece que a algunos les gusta jugar con los sentimientos de división”.

Sarkozy se refería a la entrevista conjunta que ambos grabaron tras el almuerzo y que iban a emitir el lunes por la noche las televisiones públicas de los dos países. La canciller defendió la decisión diciendo que no es la primera vez que ocurre algo así, y citó la entrevista que Jaques Chirac y Gerhard Schroeder hicieron en 2002, así como la visita de Sarkozy a Alemania en 2009 para apoyarla en su campaña electoral.

La oposición socialista ha decidido tomarse con mucha calma la estrategia electoral de Merkozy. Hollande ha comentado a través de su twitter la presencia de Merkel junto a Sarkozy: “Mi único criterio es el pueblo francés. No necesito el apoyo de nadie más”.

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El equipo de campaña del favorito en los sondeos prepara el contraataque cuidadosamente. Su creencia es que “Merkel y Sarkozy han sido negligentes en la gestión de la crisis”, y que “Sarkozy está haciendo de todo para instrumentalizar la relación con Alemania”, cuenta un consejero de Hollande.

La estrategia de los socialistas consiste en recuperar la iniciativa política que a su juicio Sarkozy se ha dejado arrebatar por Merkel. Y están diseñando tanto un nuevo tratado para completar el pacto fiscal como un nuevo método de liderazgo para la UE. “Si Hollande es elegido presidente, cambiará la forma de tomar decisiones en Europa, abriéndola otra vez a los socios e instituciones a quienes Merkel y Sarkozy no han dejado ni hablar”, explica un asesor de Hollande. “Nosotros no queremos encerrarnos con Alemania como hace Sarkozy porque eso es malo para Europa”.

En cabeza de los sondeos a 75 días de la primera vuelta, los socialistas van perfilando su política exterior. Hollande, que envió a su jefe de comunicación, Manuel Valls, al congreso del PSOE en Sevilla, sabe que muchos ciudadanos europeos, gran parte de la izquierda continental e incluso algunos Gobiernos de derechas esperan que una victoria socialista supondrá un cambio en la férrea política de austeridad y disciplina impuesta por Merkel y secundada por Sarkozy.

Si gana, Hollande tendrá una prioridad absoluta: reforzar la política bilateral con sus vecinos ofreciendo a Merkel la firma de un nuevo tratado que conmemore el firmado en el Elíseo por De Gaulle y Adenauer en 1963. Para ello, el candidato tiene previsto hacer su primer viaje oficial a Berlín justo después de las elecciones. “En mayo mismo, si Merkel quiere”, confía su asesor. El segundo desplazamiento será a Chicago, para informar en directo a la cumbre de la OTAN de la retirada de las tropas francesas de Afganistán, antes de que acabe el año.

El tercer paso del PS francés sería el de más peso: renegociar el tratado europeo recién acordado en Bruselas. Los socialistas reprochan a Sarkozy y Merkel no haber escuchado las “justas reivindicaciones” sobre los eurobonos planteadas por Mario Monti, primer ministro italiano, y creen que fue un error desoír las “interesantes propuestas” sobre empleo y crecimiento que aportaron la Comisión, el Parlamento y el Consejo europeos.

“Queremos ayudar a Monti porque Italia es un socio esencial. Y queremos que las instituciones y todos los socios europeos puedan participar en el debate para mejorar la toma de decisiones y añadirle al tratado lo que le falta. La discusión con Merkel será dura porque estamos completamente determinados”, dice el consejero socialista.

La apuesta es complicada: incorporar al tratado, ya abierta la fase de ratificación, un “nuevo dispositivo” que completaría el pacto fiscal con medidas que promuevan “el crecimiento, la gobernanza política, la solidaridad, la lucha contra los riesgos financieros y la coordinación de las políticas económicas”. Eurobonos, nuevo papel del BCE, más compromiso de los grandes con los pequeños. Es decir, todos los anatemas que producen sarpullidos a Frau Merkel.

Los dirigentes socialistas están estudiando cómo modificar un tratado ya firmado por 25 Estados, y aunque subrayan que no quieren “retrasar nada” creen que hay “suficiente espacio de discusión, porque la experiencia dice que el proceso de ratificación será largo”. El tratado entraría en vigor en cuanto lo ratifiquen 12 Estados, pero la negativa francesa sería un rejón para Berlín.

A cambio de incluir esas cinco nuevas cláusulas, el PS se compromete a aprobar la parte fiscal del tratado “tal y cómo está”, aunque según sus asesores Hollande todavía no ha decidido de qué forma hacerlo, un matiz que deja abierta la hipótesis de un referéndum que Alemania vería con pánico.

Creemos que el texto fiscal está bien como está, y aunque no meteremos la regla de oro en la Constitución, aprobaremos una ley, aun no sabemos si orgánica o no, para consagrar el equilibrio presupuestario en 2017”, dice una fuente socialista.

El PS francés ratificará también en el Parlamento el tratado paralelo que dotará al nuevo mecanismo europeo de rescate (MEDE) con 500 millones de euros. Aunque matizan: “Lo apoyaremos para que esté listo en julio de 2012, aunque pensamos que sería mejor que entre en acción más deprisa y ampliar su capacidad más adelante”.

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