PRESIDENCIALES EN GUATEMALA

Un general llega a la presidencia de Guatemala

El militar retirado Otto Pérez Molina supera al millonario Manuel Baldizón tras una campaña centrada en la inseguridad ciudadana.

Pérez Molina y su compañera de filas Roxana Baldetti.Saúl Martínez (EFE)

Al final no hubo sorpresas y las urnas confirmaron el resultado de todas las encuestas. El general retirado Otto Pérez Molina, de 61 años, se alzó este domingo con el triunfo y presidirá Guatemala durante el cuatrienio 2012-2016. Así lo confirmó la noche del domingo el Tribunal Supremo Electoral (TSE), que anunció la victoria del militar. Este se alzó con 2,3 millones de votos, equivalentes al 53,74% de los sufragios, contra 1.9 millones de votos alcanzados po...

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Al final no hubo sorpresas y las urnas confirmaron el resultado de todas las encuestas. El general retirado Otto Pérez Molina, de 61 años, se alzó este domingo con el triunfo y presidirá Guatemala durante el cuatrienio 2012-2016. Así lo confirmó la noche del domingo el Tribunal Supremo Electoral (TSE), que anunció la victoria del militar. Este se alzó con 2,3 millones de votos, equivalentes al 53,74% de los sufragios, contra 1.9 millones de votos alcanzados por el millonario populista Manuel Baldizón, equivalentes al 46,26% de los sufragios. La participación fue del 60,82%, cifra récord en una segunda vuelta electoral, según la presidenta del TSE, María Eugenia Villagrán.

Pérez Molina llega a la presidencia del país centroamericano merced a su promesa de mayor seguridad, una de las necesidades más sentidas por la población. En su plan de Gobierno, de cinco puntos, el primer apartado se refiere a la “seguridad y justicia”, asentando cinco prioridades. Entre ellas, la neutralización del crimen organizado, las pandillas juveniles (maras) y la delincuencia común. Ofrece el fortalecimiento de las instituciones del Estado, por ahora reducidas a caricaturas de sí mismas. Asumir el liderazgo regional de la estrategia en la lucha contra el crimen organizado y fortalecer el sistema de justicia.

Pérez Molina llega a la presidencia del país centroamericano merced a su promesa de mayor seguridad

A pesar de que la seguridad es uno de los fuertes del general Pérez Molina (su equipo de Gobierno está compuesto en buena parte por antiguos compañeros de armas, muchos de ellos expertos en inteligencia), poner en marcha su plan de rescate de las instituciones para devolver la tranquilidad a la ciudadanía se adivina cuesta arriba. Para empezar, encuentra una Policía Nacional Civil muy débil y desprestigiada y un aparato de justicia absolutamente ineficiente. El 98% de los crímenes quedan en la impunidad.

A lo anterior hay que sumar que empezará a gobernar con las arcas vacías y con un Congreso en donde tendrá que hacer alianzas para alcanzar mínimos de gobernabilidad. El Partido Patriota de Pérez Molina logró 57 de 158 escaños en las elecciones de septiembre, mientras que sus más férreos opositores, Unión Nacional de la Esperanza, de Sandra Torres, en frágil coalición con la Gran Alianza Nacional, del derrotado Manuel Baldizón, y UCN pueden sumar fácilmente 76 votos, suficientes para hacer la vida imposible al gobernante.

Así las cosas, analistas como Edmundo Urrutia, de la Facultad latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), señalan que la primera medida del presidente debe ser un acuerdo que permita un pacto fiscal para que el Estado pueda contar con los recursos necesarios para enfrentar los grandes retos que demanda la modernización del país.

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La primera medida del presidente debe ser un acuerdo que permita un pacto fiscal

La tarea es gigantesca. Durante los Gobiernos militares de la década de los 80 del siglo pasado, el Estado tuvo el suficiente poder para derrotar a la guerrilla de inspiración marxista pero fue incapaz de lograr una reforma tributaria ante la todopoderosa patronal. La nueva circunstancia y la existencia de una creciente élite de ricos de nuevo cuño, el llamado capital emergente, podría ayudar a superar ese obstáculo.

En lo social, organizaciones de derechos humanos no disimulan su temor por una vuelta a la represión del pasado, extremo que es rechazado por Miguel Ángel Balcárcel, analista de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes), quien subraya que el actual Ejército guatemalteco ha superado esa etapa y se caracteriza ahora por su respeto a la institucionalidad del país.

El nuevo presidente

Otto Pérez Molina, general de brigada en situación de retiro, nació en la ciudad de Guatemala el 1 de diciembre de 1950. En la década de los 80 del siglo pasado fue jefe del destacamento militar en la región Ixil, al norte de Quiché, una zona donde la fiereza de los combates entre el Ejército y las guerrillas marxistas alcanzaron las más altas cotas de violencia.

Fue representante del Ejército durante las negociaciones de paz con la guerrillera Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) y, en tal calidad, firmante de los Acuerdos de Paz el 29 de diciembre de 1996. En el año 2000 pidió su baja en el Ejército y al año siguiente fundó el Partido Patriota (PP) que hoy lo llevó al poder en Guatemala. Está casado con Rosa Leal y es padre de dos hijos: Otto Pérez Leal, que en septiembre fue elegido alcalde de Mixco (la ciudad dormitorio más grande de Guatemala) y Lissete. La familia Pérez Leal se declara de religión católica.

A la vicepresidencia de Guatemala llega Roxana Baldetti Elías, licenciada en periodismo por la Universidad Nacional de San Carlos. Se convierte así en la primera mujer en la historia del país en llegar a la segunda magistratura. Baldetti, de 49 años, tiene experiencia parlamentaria y una indudable capacidad de liderazgo que le valió ser nombrada secretaria general del Partido Patriota.

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