Mueren 50 talibanes más por ataques de las fuerzas paquistaníes
Las autoridades aseguran que alrededor de 160 milicianos han perdido la vida en los últimos cinco días
Unos 50 talibanes más han muerto hoy en los ataques cometidos por las fuerzas de Pakistán cerca de la frontera con Afganistán. Según el Gobierno paquistaní, alrededor de 160 insurgentes han perdido la vida durante los cinco días de enfrentamientos entre sus tropas y milicianos en la región tribal de Bajaur, en el noroeste del país, en la que asegura que se esconden varios integrantes de la red terrorista Al Qaeda.
Un miembro de las fuerzas de seguridad paquistaníes ha afirmado que en los ataques, realizados desde helicópteros de combate, no ha muerto ninguno de sus hombres. Los enfrenta...
Unos 50 talibanes más han muerto hoy en los ataques cometidos por las fuerzas de Pakistán cerca de la frontera con Afganistán. Según el Gobierno paquistaní, alrededor de 160 insurgentes han perdido la vida durante los cinco días de enfrentamientos entre sus tropas y milicianos en la región tribal de Bajaur, en el noroeste del país, en la que asegura que se esconden varios integrantes de la red terrorista Al Qaeda.
Un miembro de las fuerzas de seguridad paquistaníes ha afirmado que en los ataques, realizados desde helicópteros de combate, no ha muerto ninguno de sus hombres. Los enfrentamientos de hoy han surgido a raíz de un atentado perpetrado anoche por un grupo de insurgentes contra un puesto de seguridad.
El pasado miércoles, otro ataque contra un puesto de control en Bajaur desató una ofensiva paquistaní que dejó más de 100 milicianos y nueve soldados muertos. Por otro lado, un grupo de personas encontró los cadáveres decapitados de dos hombres cerca de Jar, la principal ciudad de la región, acompañados de una nota que decía que habían sido asesinados por ser espías de las fuerzas estadounidenses y paquistaníes.
Pero la violencia no sólo afecta a la región de Bajaur. La policía ha informado de que tres personas murieron a causa de enfrentamientos entre grupos de suníes y chiítas en la localidad de Dera Ismail Jan, en el noreste del país, y de que otro hombre murió cuando intentaba colocar explosivos junto a un hospital de Peshawar, también en el noroeste.
La violencia se ha intensificado en Pakistán desde junio pasado, cuando el líder talibán Baitullah Mehsud, sospechoso del asesinato de la ex primera ministra Benazir Bhutto, acabó con las conversaciones de paz que sostenía desde febrero con el Gobierno.