Nueve muertos en una revuelta en una cárcel de Honduras

Nueve reclusos han muerto en la noche del sábado durante una revuelta en una prisión en el norte de Honduras. Ocho de las nueve víctimas pertenecían a bandas callejeras, ha informado Héctor Mejía, portavoz del Ministerio de Seguridad hondureño.

Al parecer la reyerta comenzó cuando un presunto pandillero agredió a otro recluso en uno de los pasillos del centro penal de San Pedro sula, donde la población reclusa es muy superior al número de plazas con el que fue diseñado el recinto. El informe preliminar de las autoridades de la cárcel indica que los reos murieron por heridas de arma blan...

Nueve reclusos han muerto en la noche del sábado durante una revuelta en una prisión en el norte de Honduras. Ocho de las nueve víctimas pertenecían a bandas callejeras, ha informado Héctor Mejía, portavoz del Ministerio de Seguridad hondureño.

Al parecer la reyerta comenzó cuando un presunto pandillero agredió a otro recluso en uno de los pasillos del centro penal de San Pedro sula, donde la población reclusa es muy superior al número de plazas con el que fue diseñado el recinto. El informe preliminar de las autoridades de la cárcel indica que los reos murieron por heridas de arma blanca, aunque a uno de ellos se le incautó una pistola.

La Policía ya ha logrado hacerse con el control de esta cárcel abarrotada, que aloja a unos 3.000 reos y está ubicada en una zona céntrica de la ciudad de San Pedro Sula, a unos 165 kilómetros al norte de la capital Tegucigalpa. Las viejas y hacinadas cárceles de Honduras son escenario frecuente de enfrentamientos y crímenes entre bandas delictivas rivales, principalmente de las bandas callejeras denominadas 'maras', muy comunes en Honduras, Guatemala y El Salvador.

Estas formaciones surgieron en las calles de Los Ángeles durante los años ochenta y noventa, a raíz de la situación de marginación social y choque cultural en la que se encontraba la población inmigrante salvadoreña. El regreso voluntario a la patria y las deportaciones provocaron que el fenómeno de las maras se extendiese también a El Salvador, y más tarde a Guatemala y Honduras.