El afgano juzgado por convertirse al cristianismo sale de su país y se refugia en Italia

Después de haber sido juzgado en Afganistán por haberse convertido al cristianismo, Abdur Rahman ha decidido dejar su país. Un tribunal afgano dejó en libertad por falta de pruebas a Rahman, después de que su propia familia le denunciara por su conversión religiosa. Según establece la ley islámica, renegar de esta religión puede conllevar la pena de muerte. Ahora, según ha confirmado una fuente diplomática, Rahman ha dejado su país y se encuentra en Italia, país que le ofreció asilo político.

El destino de este ciudadano de 40 años, que decidió cambiar el Corán por la Biblia cuando tení...

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Después de haber sido juzgado en Afganistán por haberse convertido al cristianismo, Abdur Rahman ha decidido dejar su país. Un tribunal afgano dejó en libertad por falta de pruebas a Rahman, después de que su propia familia le denunciara por su conversión religiosa. Según establece la ley islámica, renegar de esta religión puede conllevar la pena de muerte. Ahora, según ha confirmado una fuente diplomática, Rahman ha dejado su país y se encuentra en Italia, país que le ofreció asilo político.

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El destino de este ciudadano de 40 años, que decidió cambiar el Corán por la Biblia cuando tenía 25 años y colaboraba en Pakistán con una ONG, ha sido Italia. Antes había pasado varios años en Alemania.

El propio primer ministro, Silvio Berlusconi, ha confirmado que Rahman se encuentra ya en el país europeo: "Creo que llegó esta noche; ha pedido asilo político y actualmente está bajo custodia del Ministerio del Interior", ha asegurado Berlusconi. No dijo, por tanto, el lugar exacto dónde se encuentra, ya que podría ser peligroso para su persona. El Consejo de Ministros italiano tomó la decisión de ofrecer asilo político a este ciudadano afgano, a propuesta del titular de Exteriores, Gianfranco Fini, después de que Rahamn solicitara asilo a la comunidad internacional.

Abdul Rahman, el afgano convertido al cristianismo, sostiene una Biblia ante las cámaras de televisión.REUTERS
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