Blair condiciona el nuevo presupuesto de la UE a una revisión de la política agraria

El primer ministro británico abre la puerta a una revisión a la baja del 'cheque británico'

El primer ministro británico, Tony Blair, ha asegurado hoy que rechazará un acuerdo sobre el presupuesto comunitario si éste no incluye un compromiso para reducir en 2008 los subsidios agrarios, de los que Reino Unido apenas se beneficia. De recortarse esas ayudas, Blair estaría dispuesto a renunciar a parte del cheque británico, la compensación económica que recibe anualmente su país por no participar de los subsidios agrarios. Alrededor del 40% del presupuesto europeo se destina a la agricultura.

"Hay un estado de ánimo de que se quiere llegar a un acuerdo, pero quedan negociac...

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El primer ministro británico, Tony Blair, ha asegurado hoy que rechazará un acuerdo sobre el presupuesto comunitario si éste no incluye un compromiso para reducir en 2008 los subsidios agrarios, de los que Reino Unido apenas se beneficia. De recortarse esas ayudas, Blair estaría dispuesto a renunciar a parte del cheque británico, la compensación económica que recibe anualmente su país por no participar de los subsidios agrarios. Alrededor del 40% del presupuesto europeo se destina a la agricultura.

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"Hay un estado de ánimo de que se quiere llegar a un acuerdo, pero quedan negociaciones duras por delante porque el margen de maniobra es limitado, incluso para el Reino Unido", ha dicho Blair en una rueda de prensa posterior a su reunión con varios líderes europeos, entre ellos el español José Luis Rodríguez Zapatero. "No puedo imponer ese cambio [en la política agraria] ahora, pero sí insistir en que dejemos abierta esa posibilidad para la segunda mitad del período presupuestario", ha dicho el primer ministro británico y actual presidente de turno de la UE.

Para entonces, según Blair, será posible llegar a un acuerdo "más racional" ya que habrán concluido las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC), estancadas también por los desacuerdos sobre las subvenciones agrícolas. Blair ha adelantado que, en ese caso, el Reino Unido estaría dispuesto a renunciar a una parte más sustancial del cheque británico. De cara a sus compatriotas, el primer ministro ha defendido la rebaja del cheque porque beneficiará no sólo a los nuevos socios comunitarios, sino también al Reino Unido por el incremento que supondrá del comercio, como ocurrió en su día con España e Irlanda.

Blair también ha lanzado un aviso a los diez nuevos miembros de la UE -precisamente los que salen peor parados con el último borrador británico-, a los que ha advertido que si no se llega a un acuerdo en el consejo europeo de diciembre, será muy difícil que ello ocurra bajo las siguientes presidencias de Austria y Finlandia. De seguir sin nuevo presupuesto, estos países de Europa del Este se verían perjudicados porque el año que viene el presupuesto se transferiría al Parlamento europeo, donde se votaría el gasto año tras año. Además, ha dicho, se haría bajo el antiguo régimen presupuestario, lo que significa que recibirán un tercio de lo que les correspondería si se llegase a un acuerdo ahora.

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Aunque hay trece países, liderados por Francia, que se oponen actualmente a la reforma de la Política Agraria Común (PAC), Blair ha insistido en que cualquier acuerdo debe incluir una cláusula con el compromiso de que en el año 2008 la Comisión publique un documento que permita revisar las partidas presupuestarias a partir de 2009 ó 2010.

Dado que Reino Unido no saca provecho de tales subsidios recibe todos los años desde 1984 unos ingresos privilegiados gracias al cheque británico. El problema está en que a la hora de calcular el importe del cheque no se tiene en cuenta el peso de la agricultura, cada vez menor, en el total del presupuesto. Así ocurre que conforme Reino Unido ha ido mejorando su renta y aumentando sus contribuciones al presupuesto, la cantidad que se le devuelve a través del mecanismo del cheque ha ido aumentado de manera desproporcionada. Actualmente, Reino Unido recupera el 66% de su contribución neta, que es pagada por el resto de países. Los más perjudicados por este privilegio son Francia, que paga 1.500 millones de euros anuales, Italia (1.200) y España (700).

Son precisamente esos países los que lideran la demanda de reducir la cuantía del cheque para cuadrar las cuentas para los próximos siete años. La última propuesta británica fue rechazada en bloque por los Veinticinco esta misma semana al no contemplar rebaja alguna en sus ingresos y recortar sustancialmente las ayudas a los diez países recién adheridos, cuyas economías son las que más necesitan del dinero de Bruselas para acercarse al nivel del resto de los países.

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