Reportaje:

En trineo al Polo Norte en menos de 37 días

Un grupo de aventureros bate por sólo cinco horas el récord establecido por Rober E. Peary hace cien años

Desafiaron el frío glaciar de 45 grados bajo cero, vientos huracanados y la fragilidad de los hielos con la mente puesta en un objetivo: alcanzar el Polo Norte en trineo en el menor tiempo posible. Y lograron establecer una nueva marca de 36 días, 22 horas y 11 minutos. Los protagonistas de esta historia, un grupo de aventureros de cuatro países distintos, comandados por la estadounidense Matty McNair, consiguieron batir, por apenas cinco horas, el récord establecido en 1909 por el explorador Robert E. Peary y, simultáneamente, limpiar su nombre. Su hazaña había estado durante un siglo bajo so...

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Desafiaron el frío glaciar de 45 grados bajo cero, vientos huracanados y la fragilidad de los hielos con la mente puesta en un objetivo: alcanzar el Polo Norte en trineo en el menor tiempo posible. Y lograron establecer una nueva marca de 36 días, 22 horas y 11 minutos. Los protagonistas de esta historia, un grupo de aventureros de cuatro países distintos, comandados por la estadounidense Matty McNair, consiguieron batir, por apenas cinco horas, el récord establecido en 1909 por el explorador Robert E. Peary y, simultáneamente, limpiar su nombre. Su hazaña había estado durante un siglo bajo sospecha sencillamente porque los expertos la consideraban imposible.

El equipo, compuesto por una estadounidense, un surafricano, un canadiense y dos británicos, quiso repetir el trayecto recorrido por Peary e igual que él recibió nuevas provisiones en cuatro puntos del camino. Sin embargo, así como el aventurero estadounidense envió por delante suyo avanzadillas para establecer los puntos de avituallamiento, los nuevos aventureros del siglo XXI obtuvieron los suministros por vía aérea. En los últimos kilómetros McNair y su equipo tuvieron que improvisar el camino: la heterodoxa forma de desplazarse de Peary ha hecho imposible reconstruir la última etapa de su recorrido. Un misterio que había alimentado también las dudas sobre el éxito de su odisea.

La epopeya comenzó el 20 de marzo en el cabo Columbia (isla de Ellesmere) y no hubiera sido posible sin la tracción de 16 huskies siberianos a quien también debe atribuirse cierto mérito. Para cargar con las provisiones los aventureros se valieron de un trineos de madera exactamente iguales a los usados por su predecesor un siglo atrás cada uno de los cuales podía cargar 227 kilos de provisiones.

Deriva hacia el sur

Para complicar las cosas, la masa de hielo sobre la que se desplazaron en el último tramo del camino se movía hacia el sur, empujándolos en dirección contraria a su objetivo. Y, paradójicamente, dejó de moverse en cuanto alcanzaron el Polo Norte. Apenas dos kilómetros antes de alcanzar su destino el hielo se deshizo y tuvieron que moverse a través de aguas abiertas. Una persona habría muerto por hipotermia al contacto con el océano pero los sufridos huskies superaron la prueba.

A su llegada al Polo Norte, los componentes del equipo -el británico Tom Avery, el británico George Wells, el surafricano Andrew Gerber, el canadiense Hugh Dali-Harris, además de la citada McNair- celebraron su gesta descorchando una botella de champán Mumm's que habían llevado consigo durante más de 700 kilómetros. Sin embargo, ni siquiera en un lugar tan remoto pudieron saborearla en soledad. Por fuera de la tienda se encontraron una expedición compuesta por tres rusos y un checo que habían seguido sus huellas durante las últimas 50 millas.

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La expedición celebra su llegada al Polo Norte.AP

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