Rusia comienza a elaborar su primer censo desde la desaparición de la URSS
Más de 400.000 encuestadores, la mayoría estudiantes, trabajarán en la recogida de datos
El primer ministro ruso, Mijaíl Kasiánov, ha declarado que el Estado garantiza la privacidad de los ciudadanos durante la elaboración del censo, que supondrá un gasto público de 6.000 millones de rublos (cerca de 190 millones de dólares). El jefe del Ejecutivo intentaba así disipar los temores de una población habituada a desconfiar de las encuestas y a defender su privacidad del ojo escrutador del Estado.
El cuestionario que se propone rellenar a los cerca de 145 millones de rusos contiene 20 tradicionales preguntas sobre el nivel de renta y educación, nacionalidad, estado civil, condi...
Más de 400.000 encuestadores han empezado hoy a llamar puerta por puerta en toda Rusia para elaborar el primer censo de población desde la desaparición de la URSS en 1989, que el Gobierno considera clave para el diseño de sus políticas económicas, pero que choca con el recelo de la ciudadanía. Según las autoridades, los resultados del censo, que recogerá datos hasta el próximo día 16, permitirán también descubrir las particularidades de las regiones que conforman la Federación Rusa en el diseño de los programas estatales.
El primer ministro ruso, Mijaíl Kasiánov, ha declarado que el Estado garantiza la privacidad de los ciudadanos durante la elaboración del censo, que supondrá un gasto público de 6.000 millones de rublos (cerca de 190 millones de dólares). El jefe del Ejecutivo intentaba así disipar los temores de una población habituada a desconfiar de las encuestas y a defender su privacidad del ojo escrutador del Estado.
El cuestionario que se propone rellenar a los cerca de 145 millones de rusos contiene 20 tradicionales preguntas sobre el nivel de renta y educación, nacionalidad, estado civil, condiciones de vivienda y situación laboral. En este sentido, el patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Alexis II, se lamentó de que no se incluya una pregunta sobre las creencias religiosas de los ciudadanos, que "hubiera permitido comprender mejor a la sociedad".
Sobre el espinoso tema de la privacidad, Alexis II expresó su esperanza de que sus organizadores sepan velar por la confidencialidad de los datos. Pero la desconfianza cunde no sólo entre la población, sino también entre los encuestadores, que temen por su integridad física ya que muchos ciudadanos piensan que los delincuentes pueden aprovechar la campaña para intentar colarse en su domicilios.
Encuestadores a la fuerza
De hecho, el sábado pasado en la ciudad de Jabárovsk (extremo oriente del país), una joven fue agredida por un desequilibrado cuando realizaba una visita de reconocimiento previa al censo. Así, para garantizar la seguridad de los encuestadores, los organizadores del censo les han provisto de una linterna y un silbato: el primero para alumbrar los portales de los edificios y el segundo para llamar a la policía en caso de peligro.
Otro asunto polémico es la propia plantilla de encuestadores: los estudiantes ha sido movilizados para participar incluso bajo amenaza de expulsión. "Nos suspendieron las clases durante un mes y trabajaremos desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche por un salario miserable, 130 rublos (poco más de cuatro dólares)", explica Irina Danílova, estudiante de Filología de la Universidad Patricio Lumumba.
El censo también se llevará a cabo en Chechenia, donde el mando militar ruso anunció la suspensión de las "operaciones especiales" en todo el territorio de la república rebelde para facilitar el trabajo de los encuestadores. Hasta los cosmonautas rusos que se encuentran en la Estación Espacial Internacional, Valeri Korzun y Serguéi Tréschev, así como Fiodor Yurchijin, cuya llegada se espera hoy, rellenarán la encuesta.