Schröder y Stoiber movilizan al electorado ante unas elecciones reñidas
Socialdemócratas y democristianos llegan casi empatados a la cita con las urnas
Los alemanes viven hoy la jornada previa a unas elecciones que probablemente serán las más reñidas de la República Federal, ya que socialdemócratas y democristianos llegan casi empatados a la cita con las urnas. Los últimos pronósticos de todos los institutos demoscópicos dan ventaja al Partido Socialdemócrata, SPD, del canciller Gerhard Schröder, frente al grupo formado por la Unión Cristianodemócrata (CDU) y la Unión Cristianosocial (CSU) y su candidato Edmund Stoiber, pero esta ventaja no supera el margen de error.
Según los sondeos, los socialdemócratas deberían conseguir entre el 3...
Los alemanes viven hoy la jornada previa a unas elecciones que probablemente serán las más reñidas de la República Federal, ya que socialdemócratas y democristianos llegan casi empatados a la cita con las urnas. Los últimos pronósticos de todos los institutos demoscópicos dan ventaja al Partido Socialdemócrata, SPD, del canciller Gerhard Schröder, frente al grupo formado por la Unión Cristianodemócrata (CDU) y la Unión Cristianosocial (CSU) y su candidato Edmund Stoiber, pero esta ventaja no supera el margen de error.
Según los sondeos, los socialdemócratas deberían conseguir entre el 37,5% de votos que pronostica el Instituto Allenspach, cercano a la CDU, hasta el 39,5 que prevé Forsa, próximo al SPD. Los cristianodemócratas se sitúan en torno al 37% de intención de voto en ambas encuestas.
Los Verdes y el Partido Liberal, las formaciones que los dos grandes partidos pueden necesitar para formar gobierno (salvo que opten por una gran coalición) pueden contar con un 7 o un 8% de los votos. Los neo-comunistas del partido del Socialismo Democrático (PDS) podrían no alcanzar el mínimo de 5% para entrar en el Parlamento.
Un descalabro del PDS significaría el final de una etapa de la historia de la reunificación, pues desaparecería del Legislativo federal el partido que representaba los intereses, y a veces también los recelos, del este. Pero también afectará el equilibrio parlamentario y puede -debido al sistema de reparto de escaños- hacer peligrar una nueva coalición roji-verde por la que han apostado Schroeder y su ministro de Exteriores, el verde Joschka Fischer.
La carrera está tan reñida que el último mensaje que los partidos han lanzado a sus seguidores en los mítines de cierre de campaña es que no hay que dar la lucha por ganada y que es necesaria una auténtica movilización para asegurar la victoria.
La campaña electoral se cerró en principio el viernes, aunque, dado que en Alemania no hay jornada de reflexión, los partidos aprovechan que en Mecklenburgo-Antepomerania se celebran también mañana elecciones regionales para luchar hasta el último minuto por el importante voto del considerable electorado germanooriental.