Los ‘smartphones’ proporcionan seguridad
Los teléfonos inteligentes facilitan a los niños el acceso a los profesores y colegios y la conexión con sus compañeros
Los teléfonos inteligentes crean una serie de problemas para las familias, en especial para los niños. Gran parte de lo que se publica y se debate está centrado en sus efectos negativos para los niños, las familias y la sociedad en su conjunto.
Como padre de tres hijos y experto en educación infantil, sé que existen buenas razones para mantener debates sobre este asunto, pero que los responsables políticos se limiten a prohibir o regular el uso de los teléfonos inteligentes es un error. ...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Los teléfonos inteligentes crean una serie de problemas para las familias, en especial para los niños. Gran parte de lo que se publica y se debate está centrado en sus efectos negativos para los niños, las familias y la sociedad en su conjunto.
Como padre de tres hijos y experto en educación infantil, sé que existen buenas razones para mantener debates sobre este asunto, pero que los responsables políticos se limiten a prohibir o regular el uso de los teléfonos inteligentes es un error. Muchas familias ya no disponen de teléfono fijo y necesitan los móviles para comunicarse entre sí. Los teléfonos inteligentes proporcionan a los niños acceso a sus familias y a los servicios de emergencia, lo que da seguridad tanto a ellos como a sus padres. Los teléfonos inteligentes también han permitido que muchos niños sigan en clase mientras el mundo lidia con la pandemia. Facilitan el acceso a los profesores y colegios y la conexión con sus compañeros, fundamental para que puedan seguir desarrollándose académica y socialmente.
Los teléfonos inteligentes brindan a los niños la oportunidad de desarrollar sus aptitudes digitales y de prepararse para salir al mundo y contribuir a construirlo como nosotros, los adultos, nunca imaginamos que fuera posible. No me malinterpreten, sé que los smartphones pueden tener efectos nocivos para los niños y las familias. Hay que asegurarse de que tanto los adultos como los niños hagan el mejor uso posible de estos. Las familias deben decidir cómo incluirlos en la vida de sus hijos: cuándo, cómo emplearlos o cuánto tiempo dejar que los usen adultos y niños. Algunas organizaciones, como la Asociación Estadounidense de Pediatría, han propuesto directrices y recomendaciones.
Quienes conocen a los menores no son los responsables políticos, sino los padres. Y estos deben fomentar y mantener una relación positiva y comprensiva con sus hijos cuando surja el tema de los teléfonos inteligentes. Para ello es necesario que los padres sepan qué aplicaciones utilizan sus hijos y cómo funcionan y que discutan con ellos cómo, por qué y cuándo utilizarlas o no en sus teléfonos. Lo que deben hacer los responsables políticos es colaborar con los desarrolladores de teléfonos inteligentes y de aplicaciones, la comunidad médica y los especialistas en la infancia para elaborar políticas que ayuden a las familias a comprender la repercusión de estos dispositivos. Quizá eso ayude a las familias a tomar decisiones sobre el acceso a los teléfonos inteligentes y establecer en el hogar y en los teléfonos de sus hijos unos controles que fomenten los hábitos y el uso que han demostrado ser beneficiosos para el crecimiento y el desarrollo infantil.
Suscríbete aquí a la newsletter semanal de Ideas.