Eric Masip, de ‘Veneno’ a la gloria de Netflix: “No me hice actor para que me suban los seguidores”

El actor barcelonés dijo adiós a las canchas de balomano para hacerse actor, consiguió ser viral gracias a una breve aparición en ‘Veneno’ y prepara hoy su salto a Netflix gracias al fenómeno juvenil ‘A través de mi ventana’

El actor Eric Masip posa para ICON en el centro de Madrid.Bosco García
Barcelona -

De momento, todo le está saliendo rodado al barcelonés Eric Masip. El actor, hijo del jugador profesional de balonmano Enric Masip, en los últimos meses ha encadenado dos ficciones españolas de éxito: Veneno y Alba, y aparecerá en el largometraje A través de mi ventana, u...

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De momento, todo le está saliendo rodado al barcelonés Eric Masip. El actor, hijo del jugador profesional de balonmano Enric Masip, en los últimos meses ha encadenado dos ficciones españolas de éxito: Veneno y Alba, y aparecerá en el largometraje A través de mi ventana, una adaptación del libro de Ariana Godoy que próximamente se estrenará en Netflix.

Nos citamos con él en un club deportivo a los pies del Tibidabo. “Es un lugar al que venimos toda mi familia. Siendo pequeño no me cuidaba, era más de ver películas. No me acerqué al deporte hasta que fui adolescente porque no me quedaba nada más por hacer”, confiesa. Masip iba a seguir los pasos de su olímpico progenitor pero, tras sufrir una grave lesión, decidió seguir su instinto y probar suerte en la interpretación.

“En la escuela no era el típico niño que jugaba al fútbol, me quedaba algo desplazado”, recuerda de su infancia. “No encajaba en ningún lado. Tanteé muchos deportes, pero no me animé a jugar al balonmano hasta que mi padre dejó de insistirme a los 12 años, ya que era lo único que todavía no había probado. Eso sí, recuerdo que cuando vi junto a él Rocky me puse a tope con el boxeo. Por entonces ya sabía que quería ser actor. Aunque no le ponía nombre a mi vocación, siempre iba disfrazado del personaje que veía en aquella época”. Lo que cambió para siempre la situación a mejor fue eso mismo que a otros jóvenes les arruina sus sueños: una lesión. Con 15 años, Eric se rompió la cadera. “Aquello me abrió los ojos. Estuve dos años lesionado sin poder correr. Hacía muchas pesas para sobrellevar el estrés y me hinché como un toro, pero sentía que verdaderamente no podía hacer nada. A pesar de todo, fue lo mejor que pudo pasarme. Siempre había querido ser actor y, hasta entonces, lo tapaba con el deporte. La lesión destapó mi verdadera vocación”.

¿Conocía La Veneno antes de participar en la serie? Cuando se anunció el proyecto me puse a mirar en Wikipedia. Una semana después de aquello es cuando me llegó lo del casting. La conocía de oídas, pero no estaba muy familiarizado con su historia. No me documenté especialmente para el personaje porque no tocaba nada de la vida de ella. Además, el guion estaba muy bien escrito. El capítulo lo dirigió Mikel Rueda, y la sensación que me dio es que dirige de la misma manera que Los Javis: con mucho tacto y escuchando siempre a los actores y las actrices. Todo se hizo con tanta sensibilidad que fue un gustazo.

Aun siendo un papel menor, Veneno ha marcado un antes y un después. No me lo esperaba, para nada. Todo el mundo que la ve, pese a solo haber estado en un episodio y parte de otro, dice que está muy bien hecha. Hay personas que conozco que, sin habérmelo imaginado, se acercaron para comentarme que les tocó mucho y hasta les hizo soltar una lagrimita.

Eric Masip se hizo conocido gracias a 'Veneno' y tiene a punto de estreno 'A través de mi ventana' en Netflix.Bosco García

La pregunta del millón: ¿cómo lleva que, a raíz de una escena de desnudo, su pene se hiciera viral? Es lo que es…

¿Hace gracia, aunque sea el primer día? Ni siquiera gracia. Es una pena que se hayan fijado tanto en eso. Es normal que la gente se haya quedado con lo más morboso, pero no es lo que me gustaría que hubiese pasado. Yo lo hice sabiendo que podría ocurrir cualquier cosa. Sí que hay un momento en el que te puede dar más o menos susto, algo de pudor. No obstante, soy actor y esa escena en concreto estaba justificada. Para mí eso es lo importante. Entré ahí por el personaje. Si para interpretarlo hay que hacer eso, se hace.

En las redes se cuestionó si era verdadero o falso. Todavía no he confirmado que sea mío. Ahí queda el misterio. Como hay teorías de que no es real, no quiero darle muchas vueltas tampoco.

¿Cómo fue la grabación de la escena? Mikel Rueda lo cuidó todo tanto que desde el principio hizo algo que no suele ser lo común: me cogió, me dijo que quería hacerlo con mucha elegancia y me detalló los planos que iban a salir. Fue un momentito de nada. El hecho de que Mikel lo tratara con tanto mimo y cariño, con un equipo reducido, me hizo sentir muy bien. Que, aún teniendo tanto lío, un director esté pendiente de eso dice mucho de él.

Ahora mismo participa en A través de mi ventana, como Artemis. ¿Va a ser otro fenómeno de Netflix tal como ya se apunta? Ojalá. Desde dentro hemos visto que, al anunciarse la película, con apenas una foto de nada en la que se presentan los personajes, ha habido un petardazo tanto en las redes del filme como en las nuestras propias. De tener 17.000 seguidores en Instagram he pasado a tener 230.000 [ahora está bordeando los 300.000]. Cada día me sigue más y más gente. Aunque aún no sabe nadie si esto se traducirá en un gran éxito, yo espero que sí.

Eric Masip vio como sus seguidores en Instagram crecían por decenas de miles en cuestión de horas, pero mantiene que no se hizo actor para tener 'followers'.Bosco García

¿Un físico privilegiado ayuda a conseguir papeles? Ahora ya no, pero diría que en alguna ocasión ha sido más una desventaja que una ventaja. Por ejemplo, una vez no me dieron un papel porque como mido 1,89 consideraron que era demasiado alto. Aparte, a la chica que ya habían escogido le sacaba bastante altura. Pero después está el caso de Alba. A Elena Rivera también le saco un buen trozo, pero desde que nos conocimos se creó una gran energía entre los dos. A nivel físico siempre digo que intento no hacer muchas pesas porque ya de por sí soy un hombre grande. Tengo la espalda ancha de hueso y cojo musculatura muy fácilmente. Si hubiera hecho el personaje de Alba musculadísimo, sin duda, no hubiera sido creíble: no me imagino con un cuerpo así al chaval vulnerable que está estudiando todos los días en casa y que lo único que piensa es en sacarse la carrera e irse de viaje con su novia.

¿Tener tantos seguidores en Instagram hace que los directores de casting os vean con mejores ojos? Con Veneno tenía unos 4.000, en el estreno de Alba unos 17.000 y, de repente, con lo de Netflix, en menos de un día pasé de los 100.000. No me parece mal la gente que escoge solamente por los seguidores, pero siempre y cuando la persona sea válida y funcione para el papel. Esto es una cosa muy volátil. Al igual que el arte, es algo muy poco tangible. Yo admiro a los actores que muestran una dedicación en los personajes, tengan o no seguidores. Más allá de quienes puedan seguirte, mi trabajo, a lo que quiero dedicarme, es a ser actor. No soy un instagramer. Hay muchos actores que colaboran con marcas y no me cierro a eso, al revés. Pero, ante todo, yo no pierdo el foco en cuál es mi objetivo. No me he metido al mundo de la interpretación para que gracias a un proyecto concreto me suban los seguidores y pueda vivir de Instagram. Brad Pitt no tiene redes sociales y no le hacen falta. Lo único positivo es que gracias a esta exposición puedes llegar a un mayor número de espectadores que sí pueden identificarse con lo que haces. Hay películas maravillosas que no las ha visto ni dios, y eso es una pena.

¿La fase del balonmano fue para hacer feliz a su padre? Para nada, al revés. Precisamente, cuando dejó de insistirme fue cuando me metí en ello. De muy pequeño él me había llevado a algún entrenamiento y recuerdo que le dije que eso no me gustaba. No hubo ningún tipo de presión familiar. Mi madre siempre ha sido muy artística. Y mi abuela por parte de padre, Enriqueta, quiso ser actriz, pero nunca se atrevió a hacerlo porque mi bisabuelo decía que era una cosa de “gente de menos”. En realidad, mi sueño es meterla algún día en una película.

Intuyo que su familia ha estado siempre dando apoyo. Mi padre, hasta que no empezó a salirme trabajo de verdad, me decía: “Puede que no salga nada”. Este es un mundo muy complicado. Pero sí, sin excepción, todos han estado conmigo. Mi padre es un hombre que tiene cabeza, que tiene sensibilidad. Como vio que esta era mi pasión, de la misma manera que el balonmano fue la suya y la de su abuelo, me apoyó en mi sueño. El pilar fundamental para que me haya dedicado a la interpretación ha sido él.

¿Cómo es criarse con un campeón del mundo? Lo cierto es que es bastante guay. En casa hay medallas olímpicas y cosas graciosas como una carta escrita por el rey Juan Carlos. Muchos de mis compañeros de clase tenían padres que eran futbolistas, que eran más famosos que los jugadores de balonmano. Gracias al tiempo que me dediqué profesionalmente al deporte aprendí una serie de valores que me han sido de gran ayuda en mi carrera como actor. Algunos pueden creer que somos unos bohemios, pero detrás de cada papel hay una gran disciplina y un sinfín de horas de dedicación.

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