¿A qué huele la sal cuando se intensifica? Esta fragancia recrea esa revitalizante esencia inodora
Le Sel D’Issey Eau de Parfum es la nueva fragancia de Issey Miyake, una creación intensa y vibrante, obra de Quentin Bisch, con un acorde salino que desafía lo invisible
“Una fragancia que no se puede oler, no existe”, sentencia Quentin Bisch. Lo paradójico es que el perfumista, en quien Issey Miyake confió para dar forma a su perfume Le Sel D’Issey Eau de Toilette, continúa ampliando e intensificando su línea con un elemento que, prácticamente, ni huele ni existe. Porque en el corazón del nuevo Le Sel D’Issey Eau de Parfum tampoco encontraremos un ápice de sal, pero sí un acorde inequívocamente salino que potencia su dualidad y vitalidad.
Recordemos que Le Sel D’Issey nació del deseo póstumo del diseñador Issey Miyake de definir el olor de la sal. Un reto mayúsculo, el de otorgar un aroma a una materia inodora, que ya habían enfrentado décadas atrás con su refrescante L’Eau d’Issey pour Homme, inspirado en el agua. “El equipo de Issey Miyake me planteó esta pregunta: ‘Si tuvieras que reescribir un perfume masculino icónico, 30 años después, sin copiarlo, pero sin ignorarlo, ¿cómo lo harías?”, rememoraba Bisch. La respuesta la encontró en una imagen muy concreta: cuando las olas cubren la arena de la orilla, grabando tras de sí un recuerdo salado. De este modo, el perfumista no solo logró tender un puente entre ambas creaciones; también dotó al nuevo perfume de contraste y movimiento, trazando un viaje de la frescura del mar a la calidez de la tierra.
El nuevo Le Sel D’Issey Eau de Parfum sigue inspirándose en ese momento evocador, pero lo hace a través de la fuerza de los elementos: la potencia del mar rompiendo en tierra firme, el calor que almacena la arena bajo el sol y el choque entre estas dos polaridades acentuada por la sal. ¿Cómo se traduce esto olfativamente? Intensamente. Por un lado, el mar toma forma a través de un extracto de algas y un singular musgo de roble —que en otro tiempo fue alga—, aportando esa faceta yodada, particularmente refrescante y vigorizante. Por otro, la tierra está representada por notas de incienso, ámbar seco y maderas ardientes que, al entrar en contacto con el acorde salado, despliegan toda su elegancia y sensualidad.
En conjunto, Le Sel D’Issey Eau de Parfum es una fragancia vibrante y vitalista, con una estela refrescante que no parece desvanecerse nunca.
Como no puede ser de otra manera, la naturaleza sigue rigiendo su composición: contiene un 94% de ingredientes naturales, como algas, musgo de roble, incienso o acorde de ámbar; el extracto de madera de cedro procede del reciclaje y el alcohol con el que se mezcla el concentrado se produce exclusivamente en Francia con ingredientes naturales. Un absoluto homenaje tanto al creador de la firma como a su fuente de inspiración.
El nuevo frasco de la firma reinterpreta la intensidad de la fragancia. Sin renunciar a los preceptos de minimalismo y sobriedad que caracterizan a Tokujin Yoshioka, el artista japonés recurre al lacado y al degradado en gris para construir un juego visual de luces y sombras que evoca el movimiento del agua bajo el cielo.
En definitiva, Le Sel d’Issey Eau de Parfum, más que una simple fragancia, es una experiencia sensorial que captura una atmósfera: la de aquellos que deciden vivir la vida intensamente.