Jordan Firstman: “Para algunos no soy subversivo, pero pregúntaselo a heterosexuales con dos hijos y un perro”

En 2020 el actor y guionista Jordan Firstman (Long Island, 32 años) publicó en su cuenta de Instagram una serie de impressions, imitaciones en inglés, o sea, vídeos breves donde adoptaba el punto de vista de seres y entidades humanas y no humanas, desde un hombre heterosexual que hace una barbacoa hasta un apartamento. Uno de ellos, en el que se ponía en la piel del agente del bizcocho de plátano comunicando a su representado su elección como persona del año de la revista Time (en pleno furor repostero del confin...

En 2020 el actor y guionista Jordan Firstman (Long Island, 32 años) publicó en su cuenta de Instagram una serie de impressions, imitaciones en inglés, o sea, vídeos breves donde adoptaba el punto de vista de seres y entidades humanas y no humanas, desde un hombre heterosexual que hace una barbacoa hasta un apartamento. Uno de ellos, en el que se ponía en la piel del agente del bizcocho de plátano comunicando a su representado su elección como persona del año de la revista Time (en pleno furor repostero del confinamiento), se convirtió en un fenómeno viral. Firstman, que contaba con cierto recorrido en la industria audiovisual —como guionista en la serie Search Party y como director y productor de varios cortometrajes premiados— supo aprovechar el tirón y, este mes, llega a la plataforma Mubi su primer gran papel protagonista en la comedia negra Rotting in the Sun, dirigida por el chileno Sebastián Silva. Una trama perversa y disparatada que aborda con escalpelo (y abundancia de desnudos frontales) las contradicciones y privilegios de la clase creativa.

Acaba de firmar su primer papel como protagonista. Y hace de sí mismo. ¿Es un reto añadido? La película es mucho más meta de lo que la gente piensa. En 2021 estaba harto de Los Ángeles y pensé en escaparme unos días a Ciudad de México. Una noche le puse al chico con el que estaba una película de Sebastián Silva, y al día siguiente me encontré con él. Volvimos a vernos en una cena. Al principio no conectamos demasiado. Yo le parecí irritante y a mí él me pareció pretencioso. Y dos meses después me llamó y me dijo que quería hacer esta película y que yo me interpretara a mí mismo, centrándome en las peores partes de mi personalidad. Me dijo: “He visto tu Instagram y me parece sonrojante, lo peor. ¿Te animarías a hacerlo?”. Y acepté. Me pareció divertido.

De hecho, Silva dijo en una entrevista que, al principio, usted le parecía “desternillante y agotador”. Y que le pidió permiso para “humillarle y reírse de lo que hace, sin ironía”. ¿Le gustó la idea? Soy un poco exhibicionista. Siempre he provocado reacciones muy extremas, y me gusta saber por qué. A los veintipocos, si le caía mal a alguien, le acorralaba hasta que me decía qué era exactamente lo que no le gustaba de mí. Y, por supuesto, la respuesta siempre me hacía daño. Imagino que es mi lado masoquista. En la película, fue muy loco que me retratara alguien a quien, durante la escritura del guion, no le caía demasiado bien. Así que pude hacer realidad una de mis mayores fantasías: ver interpretadas las peores cosas que la gente piensa sobre ti. Es un ejercicio interesante: meterte de lleno en el dolor, en lugar de rodearlo.

Rotting in the Sun es una película con mucho sexo explícito. En su propio Instagram mostró un vídeo donde el público se refería al filme como “la peli de los penes”. La verdad es que al principio pensé que la parte sexual iba a resultarme más fácil. No es un secreto que soy un poco golfa, he chupado muchas pollas y viceversa. Así que pensé que sería como un día más. Pero el problema no eran las cámaras, sino el caos de cualquier producción, con pausas y repeticiones de escenas. En la primera escena de sexo que rodamos, una orgía, hay mucha trama. Y tenerlo todo listo manteniendo una erección fue muy complicado. Muchos de los chicos tenían experiencia en porno, pero ni siquiera ellos estaban acostumbrados a un rodaje convencional. Desde entonces, respeto mucho más a las estrellas del porno. Yo sabía que hacer esta película no iba a ser fácil, pero esperaba que el resultado fuese bueno. Soy muy fan del trabajo de Sebastián y era mi primer papel protagonista, así que quería hacerlo bien. Me impuse mucha presión. Pero confiaba en el proceso y en Sebastián. Quería que valiera la pena. Si la película hubiera resultado un truño, ahora mismo odiaría a Sebastián, por haberme hecho follar y reírme de mi Instagram para nada. Pero me encanta el resultado. Ha valido la pena.

En la película, usted aparece caracterizado como la estrella de Instagram que efectivamente es. ¿El éxito de sus imitaciones le pilló por sorpresa? Sí, aunque nunca he tenido tiempo para procesarlo del todo, porque sucedió muy rápido. Hice mis primeros vídeos y, a los pocos días, Ariana Grande los descubrió y empezó a republicarlos. Todo esto sucedió durante la pandemia, que me pilló solo, después de una ruptura. Así que empecé a hacerme “famoso” (ponle comillas, por favor) y no tenía nadie con quien celebrarlo.

¿Qué planes tiene para después? La verdad es que esta película me ha puesto el listón muy alto, porque es la clase de proyecto que siempre he querido hacer. Me gustan las películas densas, con muchas ideas. Una vez coincidí con Baz Luhrmann en una fiesta y me dijo: “Jordan, lo único que tienes que hacer es petarlo, petarlo, llegar y petarlo”. Y sé que tengo la capacidad de lograrlo. Me gustaría hacer otras cosas, pero siempre desde un punto de vista guay y subversivo.

La moda le adora. Le hemos visto en desfiles de Versace o JW Anderson, y en junio desfiló en París para Louis Gabriel Nouchi. Siempre me ha gustado la ropa. Me gusta forzar los límites, ser bobo y divertido y ver hasta dónde puedo llegar. Incluso desfilar puede ser una forma de subversión. Cuando sacaron el vídeo del desfile en internet, hubo muchos comentarios que se preguntaban qué hacía esa bestia gorda y velluda en la pasarela. Y fue una llamada de atención muy grande, porque en mi entorno la gente tiene mi aspecto, y ser peludo y no tener six pack se considera sexy.

Menciona mucho la subversión. ¿Por qué le interesa tanto? Siempre me ha interpelado mucho la hipocresía. En el colegio me metía en problemas por enfrentarme a los profesores por su forma de tratar a otros estudiantes. Siempre he sido así. Y hay muchas cosas que los medios no muestran. Hay mucha gente que vive en una versión del mundo aséptica y aburrida, en una burbuja. Pero la mayoría de la gente que conozco no se pasa el día haciendo galletas. Así que todo depende. En algunos círculos, no soy subversivo en absoluto, sino alguien muy básico. Pero si le preguntas a personas heterosexuales con dos hijos y un perro, se preguntan quién demonios es esta zorra desvergonzada. Así que depende de con quién hables.

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