Esta sandalia es un homenaje a Brancusi (y a la familia del diseñador)
Alecsander Rothschild, uno de los talentos del proyecto Birkenstock x Central Saint Martins, acudió a la memoria familiar para idear un diseño no binario y extravagantemente minimalista
El diseñador danés Alecsander Rothschild acudió a su abuela para crear la sandalia que aparece sobre estas líneas. “Le pregunté quién era su artista favorito. Me dijo que Constantin Brancusi, y empecé a trabajar a partir de ahí”, explica. Rothschild es uno de los cuatro diseñadores graduados en Central Saint Martins (Londres) que resultaron finalistas en el certamen que Birkenstock organizó junto a la famosa escuela londinens...
El diseñador danés Alecsander Rothschild acudió a su abuela para crear la sandalia que aparece sobre estas líneas. “Le pregunté quién era su artista favorito. Me dijo que Constantin Brancusi, y empecé a trabajar a partir de ahí”, explica. Rothschild es uno de los cuatro diseñadores graduados en Central Saint Martins (Londres) que resultaron finalistas en el certamen que Birkenstock organizó junto a la famosa escuela londinense.
El proceso comenzó en 2018 como una investigación académica destinada a encontrar nuevas lecturas en los 250 años de historia que atesora la casa alemana de calzado. De ahí surgió una convocatoria abierta de propuestas de diseño que ahora desemboca en la cápsula Birkenstock x Central Saint Martins. Este 1 de marzo se ponen a la venta los diseños de los cuatro talentos finalistas. Y el de Rothschild es una síntesis del itinerario vital de este danés que, antes de recalar en Londres, hizo prácticas en Mugler y aprendió a desarrollar un estilo propio que define como “glamur deconstruido”. “No me atrae la elegancia parisina, sino Divine, John Waters, los ochenta”, explica. “Me interesa la moda como performance. El exceso, la decadencia, formas de interpretar el glamur”. Muestra de ello sus colecciones personales: ropa interior, complementos y prendas deconstruidas que remiten tanto a la antimoda de los ochenta como a los excesos más gloriosos de la cultura de club.
En su colaboración con Birkenstock, sin embargo, la estridencia disminuye para dar paso a una suerte de minimalismo extravagante que, de nuevo, remite a la referencia proporcionada por su abuela. Así, la obra de Brancusi, se traduce en volumen. “La silueta de la pieza superior de la sandalia es, literalmente, el perfil de una de sus esculturas dada la vuelta”, apunta. “También me interesa el contraste de superficies que hay en la obra de Brancusi y que he tratado de reproducir alternando superficies mate y muy brillantes”.
La sandalia Bukarest, disponible en negro, en blanco y con detalles plateados, es el resultado de una colaboración con el equipo de diseño y desarrollo de Birkenstock. “Cuando tienes tanto tiempo para desarrollar hay mucho tiempo para hacer pruebas, es algo muy diferente a crear una colección en solitario”, explica. “Fue muy interesante viajar a Colonia [la sede de la firma] y conocer al equipo, explorar la idea inicial y hacer cambios a partir de ahí. Birkenstock tiene un modo único de hacer que las cosas funcionen”. Fruto de ese diálogo es la colección cápsula que forma parte de la plataforma 1774, que agrupa las colaboraciones de esta firma alemana famosa por la comodidad de sus sandalias. Las Bukarest, por supuesto, lo son. Y en ellas, la extravagancia que caracteriza a las colecciones en solitario de Rotschild se alía con sus raíces escandinavas para generar un diseño “fuera de lo binario, muy escultural, que puedes mirar desde cualquier punto de vista”.
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