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ICON DESIGN PARA BIMBA Y LOLA

La gran proeza de edificar el futuro

La nueva sede de la firma española BIMBA Y LOLA en Vigo es un ejemplo de rehabilitación inteligente que pone en valor la identidad de un edificio histórico

“La arquitectura no existe sin las personas”. El teorema del primer galerista noruego, Kjetil Trædal Thorsen, apela a la psique que debería regir cualquier espacio positivo y eficiente para sus trabajadores. La nueva sede en Vigo que acaba de inaugurar la firma española BIMBA Y LOLA ejemplifica las cualidades de ese edificio ‘humano’ según las múltiples vidas que arrastra.

La nave original emplazada en 1965 por Desiderio Pernas Martínez nació para albergar un concesionario y taller de coches, y cuenta en sus tres plantas principales con grandes proezas para la época, como el pabellón superior de exposición que sostiene una estructura de acero y grandes paños de vidrio que miran a la Avenida de Madrid. Un reflejo de la renovación formal que caracterizó al trabajo de una de las voces más notorias de la arquitectura gallega del siglo XX.

Poseedor de una mente adelantada a su tiempo, Pernas diseñó esta planta industrial según las tendencias internacionales del momento que asimiló en su periplo por escuelas europeas y Chicago, con una especial sensibilidad hacia las necesidades que surgieron en el sector del automovilismo de esta década. Fueron este el caso de las dos entreplantas que completaron al edificio en los años ochenta, o la ocurrencia de sustituir las carpinterías originales por un escaparate de vidrio y piedra.

Tras una intensa rehabilitación orquestada por la dirección creativa de la marca, el portugués Emanuel de Sousa y el estudio de arquitectura vigués Villacé y Cominges, el buque insignia de BIMBA Y LOLA luce ahora con un pátina vanguardista que respeta la identidad del edificio adaptada a su nueva función, la de sede de una de las firmas de moda españolas con mayor proyección internacional. “​​Cuando empezamos a buscar un nuevo edificio, la idea de conexión entre los distintos espacios que permitiera a los equipos reunirse y relacionarse, era muy importante para la marca”, explican desde la marca.

Con una parcela de 15.700 m2 que atañe a una zona ajardinada, aparcamiento y la circulación exterior de tráfico rodado y peatonal a tres niveles, se optó por revalorizar el carácter industrial y la configuración interior del edificio, como los pilares y vigas de hormigón armado con 11 metros de luz en los niveles inferiores y las cerchas metálicas curvas con una luz de 33 metros que proyectó Pernas. El objetivo sería levantar un atelier en el que conectaran las distintas disciplinas del edificio entre sí como talleres y salas de patronaje, showroom, platós de fotografía, espacios de reuniones o el archivo de colecciones que posee la firma.

Una de las grandes novedades que introdujo el proyecto de la marca y Sousa fue la de invertir la fachada principal para generar un acceso desde el interior de la parcela. “Un espacio verde, natural y tranquilo, en contraste con el bullicio de la Avenida de Madrid”, apuntan. La intervención de las fachadas laterales reforzaron a su vez el carácter de la estructura original de los pórticos construidos en hormigón armado.

Mientras, una gran escalera central sirve de esqueleto a las diferentes plantas comunicadas entre sí en torno a un patio ajardinado, que actúa de pulmón verde en el ecosistema de todo el edificio. “BIMBA Y LOLA está en constante evolución. Este edificio con sus espacios abiertos y versátiles, nos ofrece la flexibilidad necesaria para acompañar el crecimiento futuro reflejando el espíritu dinámico e innovador de la marca”. Un ejemplo de cómo edificar espacios según las necesidades y demandas de su equipo humano puede ser la solución más brillante.