La alta fidelidad se sienta a la mesa
Una experiencia gastronómica memorable es cuestión de detalles, incluso del sonido que nos acompaña. Para la consultora Alejandra Ansón, la estrategia musical de un restaurante en alianza con Bang & Olufsen es clave
La gastronomía es un arte que se disfruta con todos los sentidos, no solo con el gusto. Los alimentos son, claro está, la pieza fundamental, pero para que la experiencia se eleve aún más todo lo que les rodea es importante, desde la presentación hasta la iluminación, el mobiliario y también el sonido. En definitiva, los detalles importan, y mucho. Esta es la filosofía de Ansón + Bonet, una de las consultoras culinarias que está revolucionando el panorama de la gastronomía nacional, que en su estrategia para restaurantes prestan atención a este y otros muchos aspectos.
“La hostelería es cuestión de detalles y ser capaces de tener la sensibilidad para entenderlo y darle mucha importancia a ellos porque son lo que marca la diferencia en el sector”, corrobora Alejandra Ansón, cofundadora de Ansón + Bonet. “La excelencia, y no solo en la restauración de lujo, sino también en la restauración más informal, tiene que tener en cuenta la percepción que tiene el cliente al entrar: la iluminación, el sonido, los materiales que utilizas, tanto de la mesa como de las cartas…”, añade.
Sonido para crear ambientes
Si bien ya nos hemos habituado a tener en cuenta aspectos como la decoración, la vajilla o la iluminación del local cuando salimos a comer o a cenar, el sonido y la acústica es algo que todavía se suele pasar por alto, aunque pueden ser cruciales para el resultado final de nuestra experiencia. ¿Quién no ha estado sentado en un restaurante en el que el barullo hacía casi imposible la comunicación? “Que no puedas mantener una conversación es de lo más desagradable que te puede pasar en un restaurante”, corrobora Ansón. “El oído es clave, desde la acústica del local a la nitidez del sonido. La música elegida requiere de una estrategia y experiencia, te envuelve y te transporta. De una manera sutil o protagonista, te transmite lo que el restaurante te quiere contar, te genera un ambiente determinado”.
Esa capacidad de evocación del oído está muy relacionada con una disciplina, el neuromarketing, cada vez más sofisticada. “La estrategia de un restaurante tiene que tener en cuenta que existen muchos momentos de consumo y que no requieren la misma música un lunes para desayunar que un viernes para cenar”, apunta Ansón. “Al final, la calidad del sonido y de la música es de los elementos más importantes de un restaurante junto con la iluminación”.
Conseguir el entorno perfecto
Por esos motivos, Ansón + Bonet siempre cuentan con una estrategia musical en sus planteamientos, y los tienen en cuenta desde el principio de sus proyectos. “El restaurante tiene que tener una buena acústica y no tiene que tener reverberación, y tienes que contar con los mejores altavoces para que la música realmente se reparta en el espacio, porque igual de importante es la música que poder hablar”, señala la consultora. Ella apuesta por los equipos de sonido de Bang & Olufsen, la empresa danesa experta en alta fidelidad. “Además de tener el mejor sonido o fidelidad del mercado son bellos y tienen un diseño y un trabajo artesanal espectacular, enaltecen cualquier proyecto. Es probablemente el mejor del mercado”, asegura.
Uno de esos equipos es el Beolab 8, un altavoz inalámbrico diseñado como un cilindro esférico de aluminio pulido y rematado con láminas de roble escandinavo que, además de conseguir un sonido nítido y limpio, es en sí una pieza que produce placer estético. Como cada espacio tiene sus propias características acústicas, este equipo cuenta con un micrófono interno que registra el sonido en la sala y adapta la configuración de sonido idónea para el entorno en el que se sitúa. A partir de ahí, lo siguiente es encontrar la música perfecta. “Cada tipo de local debería llevar una estrategia distinta, con un tipo de música distinta. La estrategia musical es algo que en todos los sitios de éxito se cuida muchísimo y se cuida muchísimo el detalle”, explica Ansón. Al fin y al cabo, nos recuerda, “un restaurante es una experiencia sensorial completa. Necesitas tocar todos los sentidos para que realmente el cliente reciba lo que tú quieres”.